Páginas

sábado, 16 de abril de 2011

PERFUME DE MUJER

El crimen del padre Amaro
Eça de Queirós

Amaro se volvía hacia ella como hacia un refugio, le rezaba la Salve; pero, al contemplar la litografía, olvidaba la santidad de la Virgen, sólo veía ante sí a una hermosa muchacha rubia; la amaba, suspiraba, al desnudarse la miraba de reojo lúbricamente; y su curiosidad hasta se atrevía a levantar los castos pliegues de la túnica azul de la imagen y suponer formas, redondeces, la carne blanca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí.