martes, 4 de junio de 2013
Solo 4. Edición 472, del 01 de JUNIO de 2013. Año IX
LA CITA:
«Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos, y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada.»
Carlos Fuentes
LO ÚLTIMO: Fiesta de la palabra
Lo invitamos a ser parte de la "Fiesta de la
Palabra", un evento cultural para unir, crear y compartir música,
narración oral y comedia. El evento se desarrollará hoy, 01 de junio, desde las
7:00 pm, en el auditorio del Colegio Andino (Jr. 2 de mayo, 551 - Huancayo).
Nos acompañará la cantautora revelación del año: Danitse,
quien estrena su segundo disco donde juega con el pop, el jazz y el folk, se
presentará junto la reconocida chelista Eugenia Orellana. Además, tendremos a José Antonio Núñez (Ukumari),
representante activo de "Cultura viva", quien hará un espectáculo de
narración y música en vivo, con cuentos populares y de tradición oral de
distintas culturas. Desde Bogotá, Colombia, Leonardo León, artista escénico y
escritor nos hará reír con un "stand-up comedy". La entrada es
completamente libre.
Cuando la juventud apagó la ciudad luz
Jhony Carhuallanqui
Con las tapas de los botes de basura como escudos en una mano y pedazos de adoquines listos para lanzarlos en la otra, la «dulce guerrilla urbana en pantalones de campana… y niñas en minifalda» resistía y desafiaba la severa represión que los “gendarmes” intentaban imponer —a nombre de la autoridad—, en el Barrio Latino de París. Se había originado la más grande revuelta estudiantil de todos los tiempos: Mayo del ´68.
La búsqueda de un nuevo mundo (o al menos mejor) era el espíritu que los unía y movilizaba. Resguardados en improvisadas barricadas, pedían a gritos demoler el orden imperante del autoritarismo, la intolerancia, la ortodoxia y el tabú sexual. Representaban una amenaza al sistema que se había instituido y que los había exiliado del poder. El “stablishment” respiraba “la rabia de las calles” y transpiraba miedo.

Engalanan sus reclamos las melodías de The Beatles, los Rolling Stone y Bod Dylan. “El Hombre Unidimencional” de Marcuse es el manantial ideario, leen y proclaman a Sartre, Guy Debord, Rosa de Luxemburgo, Habermas, Adorno y Horkeimer y, en ellos, arropaban la revuelta que traspasaría las fronteras de la “Ciudad Luz” (París), llegando a tener replicas en Roma, Berlín, Tokio, Chicago, México, Argelia, Londres y otros.
“Dany el Rojo” (Daniel Cohn Bendit), de la Universidad de Nanterre se convierte en la figura distintiva: había protestado contra las restricciones de acceso a la universidad que el gobierno impondría, también lo había hecho contra la prohibición de los varones de ingresar a la residencia de las mujeres, pero la dimensión de la revuelta crece cuando en días posteriores se empieza a cuestionar el sistema educativo en general, a la par, el desempleo era creciente, las condiciones laborales inadecuadas y los salarios mezquinos; además, había una creciente oposición a la guerra de Vietnam. Ahora nueve millones de personas estaban en las calles.
El régimen político insensible veía al hombre como peón, a la sociedad como mercado, a la cultura como mercancía y la multitud estaba dispuesta a cambiar esto. La cultura de masas había de ser derrocada: la revolución cubana con El Che lo había logrado y su máxima: «Prefiero morir de pie que vivir arrodillado», era la inspiración. Los hippies materializaban del mundo de “Paz y Amor” que querían.
De otro lado, los medios de comunicación les cerraron las puertas a los manifestantes y ellos convirtieron las paredes en elocuentes murales que guarecían grafitis nacidos de la poesía: «Tomemos enserio la revolución, pero no nos tomemos enserio a nosotros mismos»; «A ti la angustia, a mí, la rabia»; «La barricada cierra la calle, pero abre el camino».
En un ambiente anárquico, las barricadas eran muros contra la opresión, los adoquines la fuerza de la libertad y los grafitis el alma: «Seamos realistas: pidamos lo imposible»; «Dios: sospecho que eres un intelectual de izquierda»; «El patriotismo es un egoísmo en masa»; «No es una revolución, majestad, es una mutación»; «La burguesía no tiene más placer que el de degradarlo todo» y claro, los dos más recordados: «La imaginación al poder» y «Prohibido, prohibir».
El poder político tambaleó y la dimisión del presidente Charles de Gaulle coronó la revuelta. Hoy, Cohn Bendit es “Dany el Verde”, un Eurodiputado del partido ecologista reformista y prefiere no hablar del tema. Como canta Ismael Serrano: «Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis, que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París, sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual: las hostias siguen cayendo sobre quien habla demás».
Con las tapas de los botes de basura como escudos en una mano y pedazos de adoquines listos para lanzarlos en la otra, la «dulce guerrilla urbana en pantalones de campana… y niñas en minifalda» resistía y desafiaba la severa represión que los “gendarmes” intentaban imponer —a nombre de la autoridad—, en el Barrio Latino de París. Se había originado la más grande revuelta estudiantil de todos los tiempos: Mayo del ´68.
La búsqueda de un nuevo mundo (o al menos mejor) era el espíritu que los unía y movilizaba. Resguardados en improvisadas barricadas, pedían a gritos demoler el orden imperante del autoritarismo, la intolerancia, la ortodoxia y el tabú sexual. Representaban una amenaza al sistema que se había instituido y que los había exiliado del poder. El “stablishment” respiraba “la rabia de las calles” y transpiraba miedo.

Engalanan sus reclamos las melodías de The Beatles, los Rolling Stone y Bod Dylan. “El Hombre Unidimencional” de Marcuse es el manantial ideario, leen y proclaman a Sartre, Guy Debord, Rosa de Luxemburgo, Habermas, Adorno y Horkeimer y, en ellos, arropaban la revuelta que traspasaría las fronteras de la “Ciudad Luz” (París), llegando a tener replicas en Roma, Berlín, Tokio, Chicago, México, Argelia, Londres y otros.
“Dany el Rojo” (Daniel Cohn Bendit), de la Universidad de Nanterre se convierte en la figura distintiva: había protestado contra las restricciones de acceso a la universidad que el gobierno impondría, también lo había hecho contra la prohibición de los varones de ingresar a la residencia de las mujeres, pero la dimensión de la revuelta crece cuando en días posteriores se empieza a cuestionar el sistema educativo en general, a la par, el desempleo era creciente, las condiciones laborales inadecuadas y los salarios mezquinos; además, había una creciente oposición a la guerra de Vietnam. Ahora nueve millones de personas estaban en las calles.
El régimen político insensible veía al hombre como peón, a la sociedad como mercado, a la cultura como mercancía y la multitud estaba dispuesta a cambiar esto. La cultura de masas había de ser derrocada: la revolución cubana con El Che lo había logrado y su máxima: «Prefiero morir de pie que vivir arrodillado», era la inspiración. Los hippies materializaban del mundo de “Paz y Amor” que querían.
De otro lado, los medios de comunicación les cerraron las puertas a los manifestantes y ellos convirtieron las paredes en elocuentes murales que guarecían grafitis nacidos de la poesía: «Tomemos enserio la revolución, pero no nos tomemos enserio a nosotros mismos»; «A ti la angustia, a mí, la rabia»; «La barricada cierra la calle, pero abre el camino».
En un ambiente anárquico, las barricadas eran muros contra la opresión, los adoquines la fuerza de la libertad y los grafitis el alma: «Seamos realistas: pidamos lo imposible»; «Dios: sospecho que eres un intelectual de izquierda»; «El patriotismo es un egoísmo en masa»; «No es una revolución, majestad, es una mutación»; «La burguesía no tiene más placer que el de degradarlo todo» y claro, los dos más recordados: «La imaginación al poder» y «Prohibido, prohibir».
El poder político tambaleó y la dimisión del presidente Charles de Gaulle coronó la revuelta. Hoy, Cohn Bendit es “Dany el Verde”, un Eurodiputado del partido ecologista reformista y prefiere no hablar del tema. Como canta Ismael Serrano: «Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis, que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París, sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual: las hostias siguen cayendo sobre quien habla demás».
COLUMNA: EL BUEN SALVAJE
Santísima
Trinidad
Sandro Bossio Suárez
Huancayo, como pueblo de indios, fue formándose a lo largo de los años (por lo que insistimos en negar su fundación) después de haber sido entregado a su santa patrona: la Santísima Trinidad. En varios documentos coloniales aparece con su nombre completo: Santísima Trinidad de Guancayo.
Nuestra ciudad, bajo la protección de esta divinidad (en este caso a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, dogma fundamental del cristianismo), celebra sus raíces indígenas y guarda su identidad primigenia: un auténtico pueblo de indios que conmemora con exultación su fiesta patronal.
En ese sentido, desde épocas tempranas, agasaja a su patrona con saludo al alba, procesiones y danzas de la capitanía, desfile de caporales y negritos, y otras maravillas más que se han ido quedando en el camino. Recuerdo todavía el hermoso concurso de arcos de papel que adornaban las calles de Huancayo y, sobre todo, la competición de comparsas de cada uno de los barrios que conformaban la ciudad.
Históricamente, esta
fiesta tuvo dificultades en ser instituida. Al parecer, la festividad de la
Santísima Trinidad comienza a celebrarse el domingo siguiente a Pentecostés en
los monasterios benedictinos hacia el siglo X. Roma se opuso en un principio a
esta fiesta porque, decía, toda fiesta santa tiene un rasgo trinitario y, por
ello, no veía con buenos ojos una fiesta solo para ella. La Orden de la
Santísima Trinidad fue alentando poco a poco su celebración hasta que Juan XXII
la establece para toda la Iglesia en el año 1334.
La Santísima
Trinidad, así como la fundación española de Huancayo, fue siempre blanco de
dudas e incertidumbres. Quien la criticó con mucha virulencia, fue el Médico y
teólogo español Miguel Servet, por lo que, acusado de blasfemo en 1553, murió
en la hoguera, en Ginebra, a instancias del propio Calvino.
Lo cierto es que
Huancayo, cuando llegó el supuesto fundador Jerónimo de Silva (en 1571), ya
existía: tenía nombre, habitantes, campiña. Según Jiménez de la Espada, la
advocación de Santísima Trinidad le había sido impuesta al poco de llegar los
españoles, alrededor de 1535, cuando, además, se mandó a construir el primer
templo de Huancayo. Así, queda establecido que nuestra ciudad, definitivamente,
fue reducida mucho antes de 1572. Desde entonces baila y canta en honor a su
santa patrona. Y es lo que debemos seguir haciendo (si es en tres días, mucho,
muchísimo mejor) en lugar de desfilar marcialmente por una postiza fundación
española.
Huancayo en la visión de Arguedas
Jorge Escobar
Galván
Según Manuel J. Baquerizo, Arguedas
residió en esta ciudad durante el año 1928, cuando estudió en el Colegio
Nacional “Santa Isabel”. En las décadas del 50 y 60, radicó por varias
temporadas en el Valle del Mantaro, ésta vez ya como investigador de asuntos
antropológicos. Hizo notar la gran importancia cultural de esta zona,
publicando artículos breves sobre artesanía, música, danzas y literatura oral.
Huancayo ha sido el foco de atracción
de Arguedas. Este vivo interés tuvo una clara motivación: creía hallar en esta
región una muestra de «integración pacífica de las castas y culturas andina y
occidental». «Ninguna región de la sierra —dice— ha fortalecido tanto su
personalidad cultural como el Valle del Mantaro». Arguedas sostuvo la tesis
según la cual el mundo andino no desaparecería al incorporarse a la cultura
europea. Preveía el surgimiento de una sólida cultura mestiza. Pensaba que el
reemplazo de algunos elementos de la cultura externa como la vestimenta, la
vivienda o la música, no significaba de ningún modo la desaparición de los
valores espirituales o morales indios.
Se basaba en el hecho de que, a pesar
del largo período de dominación española, la cultura quechua había sabido
resistir y sobrevivir. Lo que es incontrovertiblemente cierto. Pero también es
inexcusable hacer notar que estudió el mundo campesino del Valle del Mantaro
cuando «esa máquina destructora de cultura que ha sido y sigue siendo el
sistema capitalista», todavía no había penetrado con la fuerza avasalladora con
que lo hace hoy en día.
Cuando Arguedas escribió estos
trabajos estaba fuertemente influido por la antropología culturalista de
procedencia norteamericana que confundía e identificaba la cultura con la
sociedad.
Según Baquerizo: «Arguedas no veía con
suficiente claridad que la cultura se entrelaza orgánicamente con el sistema
social, por lo mismo no ponía en tela de juicio la validez de la cultura
dominante y creía más bien en la llamada ‘aculturación’ o ‘integración
cultural’. Resulta de suma importancia saber qué cultura es la que se propaga,
qué cultura es la integradora». Porque «en la cultura, lo mismo que en la
economía, la tendencia a la internacionalización en la sociedad capitalista
tiene (…) la señal del aplastamiento y destrucción de las culturas de los
pueblos oprimidos, de imposición a éstos de modelos de cultura burguesa».
Esto lo habría comprendido y denunciado Arguedas en los
últimos años de su vida. Indicaba con gran lucidez: «Las potencias que dominan
económica y políticamente a los países débiles intentan consolidar tal dominio
mediante la aplicación de un proceso de colonización cultural. Por medio del
cine, de la televisión, de la radiodifusión, de millones de publicaciones, se
trata de condicionar la mentalidad del pueblo. Esta gran empresa tiene
auxiliares influyentes y poderosos consorcios que están identificados con sus
propios intereses y, por tanto, con el tipo de vida, con las preferencias y
conceptos del bien y del mal, de lo bello y de lo feo, de lo conveniente; que
más los aviene».
BREVIARIO: Ganadores del Festival de Cine de Cannes 2013
El jurado del
Festival de Cine de Cannes 2013 anunció, el último 26 de mayo en el cierre del
evento, a los ganadores de las Palmas de Oro. La mejor película: “La vie
d’Adèle” (“Blue is the Warmest Colour”) de Abdellatif Kechiche; el Gran Premio
del Jurado: “Inside Llewyn Davis” de Joel y Ethan Coen; el Mejor director: Amat
Escalante, por “Heli”; Premio del Jurado: “Like father, like son” de Hirokazu
Kore-Eda; el Mejor actor: Bruce Dern, por “Nebraska” de Alexander Payne; la
Mejor actriz: Bérénice Bejo, por “Le passé” de Asghar Farhadi; el Mejor guión: Jia
Zhangke, por “A touch of sin”; la Cámara de Oro a la mejor ópera prima: “Ilo
Ilo” de Anthony Chen; Palma de Oro al mejor cortometraje: “Safe” de Moon
Byonung-Gon; y en la sección “Una cierta mirada”, la Palma de Oro se la llevó
“The missing picture” de Rithy Panh.
La oscuridad del trisagio
Lilia Figueroa Manyari
Uno de los más grandes poetas de nuestra región, autor de
diversos libros que enriquecen nuestra literatura, nos presenta “Antes del
trisagio”, libro que condensa magistralmente otra faceta de este autor: el
cuento. Hoy, también, festejamos con él un año más de tenerlo con nosotros.
Felicidades maestro Garcíarosales.
En la década de los 80, el grupo de
investigación y estudio de la literatura peruana “Kachkaniraqmi”, de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, hizo un interesante estudio de la literatura del
Valle del Mantaro. La evaluación de dicho trabajo indicaba que uno de los
escritores con mayor profesionalismo y creatividad, calidad poética y
tratamiento temático, era Gerardo Garcíarosales, pues su poética difería de lo
que, hasta entonces, se había hecho, reiterando de este modo que era una voz
singular, con una propuesta propia que enriquecía la literatura de la región;
así, el valle, se ubicó en un lugar privilegiado por la propuesta presentada.
El tiempo ha pasado y aquella
apreciación se refuerza: el arte y la literatura han ganado a un escritor de
polendas, pues Garcíarosales logró, a través de estos años, avanzar en su
quehacer literario, dándonos propuestas interesantes tanto en lo poético como
en lo narrativo, género que en esta última década, le ha dado enormes
satisfacciones.
Si bien, como decíamos, Garcíarosales
ha definido su pluma literaria en el ámbito poético, éste le ha dado la
posibilidad de abordar el campo narrativo mediante su lenguaje metafórico,
entregándonos, de esta forma, obras sobresalientes como “Luna de agua”, “Una
extraña aparición”, o de carácter antropológico e irónico: “Entre caretas y
cullucaras”, “Narraciones del viejo Shul” y más.
Hoy recibimos, después de una
anhelante espera, “Antes del trisagio”,
cuya estructura tiene como hilo conductor una temática tierna y misteriosa,
embebida de un halo fantástico. Este libro que enriquecerá nuestro mundo,
contiene treinta y cinco cuentos divididos en tres partes, organizados a partir
de la intencionalidad generatriz de su propósito temático.
Así “Cuentos
de ternura” evoca anécdotas, lugares, personajes emotivos y tiernos como
sugiere el título de esta sección. La segunda parte, “Antes del trisagio”, nos revela cuentos fundamentados en aquellas
narraciones oscuras de las abuelas, centradas en la significación del trisagio
—la conceptualización popular de Dios Padre, hijo y Espíritu Santo, en la
conformación de un solo Dios— y la aparición de seres o hechos malignos antes
de la toma de conciencia del mismo. Y la tercera parte, denominada “Luna de
sillares”, cuyos cuentos nos enfrentan a nuestros miedos de la vida, después de
la muerte.
“Antes
del trisagio” tiene el sello inconfundible de Gerardo Garcíarosales, al
mantener su manejo del lenguaje poético con la calidad de imágenes de fácil
comprensión. Este libro de cuentos cortos de finales sorprendentes, sin duda
alguna, nos dará la posibilidad de rememorar y evocar hechos pasados a quienes
caminamos por el lindero de la mágica oralidad; y a los jóvenes que han sido
exentos de esta riqueza, la posibilidad de penetrar a un mundo desconocido, de
una manera fácil, dúctil y motivadora.
Con este libro creemos que Garcíarosales
completa el ciclo de su producción, mostrándonos sus diversos rostros y su
facilidad de caminar por las diferentes formas expresivas de la literatura.
PERFUME DE MUJER:
Srngarakarika
Kumaradadatta
Su aliento es
como miel aromatizada con clavo de olor;
Su boca,
deliciosa como un mango maduro.
Besar su piel es
como probar el loto
La cavidad de su
ombligo oculta acopio de especias.
Qué placeres
yacen después, la lengua lo sabe,
pero no puede
decirlo.
MICROCUENTO:
Alta
médica
Ana María Intilli
Cierta vez, mi brazo había enfermado de gravedad.
Sospeché de Gangrena instalándose ferozmente. Decidí desarticularlo la altura
del hombro y proceder a su internamiento en Hospital Adjunto. Después de examen
riguroso, Vampiro de Servicio uniformado galeno, desestima el caso: en estado
crítico no proporcionaría ni gota de rojo-vital-elemento. Decidió Interconsulta
a Cuervo Carroñero, quien retornaba de Festín Mistura: Excéntricas Sobras, y no
interesó. Cirujano de Guardia ingresa a la unidad. Revisada la historia clínica
procede (como no evidenciaba acecho de Muerte Inminente) al Alta Médica. Me
notificaron el hecho y procedí regresarlo a su lugar. Resignado lo extiendo
plañideramente por Limosna de Turno.
“Kausay Pacha” e “Imagen y memoria”
Solo 4
“Kausay
Pacha” resume los antecedentes del nacimiento de SEPAR durante los años de
violencia política, el shock económico y los primeros esfuerzos de
sobrevivencia y recomposición de la población afectada.
Este importante texto documenta no
solo el trabajo de esta institución, sino también aborda parte de la historia
de toda la región central de nuestro país, desde los años 80 hasta el creciente
trabajo en interculturalidad, desarrollo territorial y ambiental, así como los
proyectos en agroindustria rural, género, derechos humanos y desarrollo
sostenible. Además, “Kausay Pacha” —alusión quechua a “lucha o trabajo por la
vida”— cuenta con una extensa gama de testimonios de quienes alcanzaron mejores
condiciones de vida a partir de su contacto con esta importante organización.
Por otro lado, “Imagen y memoria” es una publicación, sobre todo fotográfica, de la
actividad del Grupo SEPAR —pues una imagen puede decir y probar más que muchos
libros— tras más de un cuarto de siglo promoviendo programas y proyectos de
contenido social. Entre ellos se cuentan: la revaloración de la artesanía y el
arte popular como legado ancestral de la región; la promoción de la papa
nativa, la kiwicha y la maca ecológica, convertidas hoy en un emblema
gastronómico de todo el Perú; la organización y participación de la mujer rural
en la gestión del desarrollo local; así como la organización y atención
humanitaria de la población desplazada por la violencia política, entre muchos otros
temas que se podrán conocer con este documento gráfico de más de 100 páginas.
Este tipo de publicaciones, a pesar de
parecer netamente institucionales, hablan por sí mismas del gran trabajo
desempeñado en nuestra región y más por la, tan mentada, “inclusión social”,
desde años antes que este término fuera acuñado por los gobiernos en turno.
Conocemos de cerca muchos de los
grandes y muy loables resultados del trabajo de SEPAR, con ya 26 años en la
brega por lograr la equidad social, educativa y económica de la gente a la que
apoya. Nuestras felicitaciones y que el trabajo continúe.
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