
Luego de lanzar algunas arengas a los soldados contra el capitalismo occidental y “ese liberalismo que había afeminado al Japón”, intentó convencerlos de iniciar un levantamiento general a fin de devolver al emperador a su sitial como encarnación viva de la divinidad. Pero fue abucheado y hasta le lanzaron, entre otras cosas, latas de gaseosa.
Poco antes acababa de entregar a la imprenta el manuscrito de “La corrupción de un ángel”, última parte de su tetralogía “El mar de la fertilidad”.
Su primera y más afamada novela, “Confesiones de una máscara” (1949), cuenta el despertar de su homosexualidad. El gran éxito de sus obras le permitió ser nominado hasta en tres oportunidades al Premio Nobel de Literatura.

Cabeza de Yukio Mishima poco después de su decapitación ceremonial.
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