El diablo cruzó el charco
Sandro Bossio
Suárez
Isabel Córdova
Rosas es la escritora peruana más traducida de la historia del país. Ha escrito
más de treinta libros y pasea su celebridad por diferentes ciudades europeas. A
veces –dice– recuerda su terruño, su gente,
sus costumbres. Y entonces escribe. De esa añoranza, de su profundo
conocimiento del alma del hombre andino, nace el libro que ahora nos presenta
como un cálido homenaje a su mundo no olvidado.
Antropóloga de profesión, además de
humanista y profesora, posee un agudo conocimiento sobre la mitología y las
tradiciones orales de los Andes peruanos. De ese interés, volcado desde su
juventud en diversos textos y ensayos, nace un estupendo libro antropológico:
“El diablo en la ideología del hombre andino”. En él plantea que el diablo,
como personaje mitológico, es europeo, que no tiene génesis ni raigambre en la
cultura andina. Traído por nuestros conquistadores, este personaje se integra a
nuestra mundología y, desde entonces, se crean cientos de historias y crónicas
principalmente para el control social para, como dice su autora, «dominarnos
más».
A Isabel le fascinan cada uno de estos
temas y para ampliar sus conocimientos hizo los doctorados en Literatura
Hispanoamericana, en Antropología Social y en Historia de América, en la Universidad
Complutense de Madrid. Estos conocimientos le sirvieron mucho para reinventar
historias que van de “lo real a lo imaginario”.
“El diablo en la ideología del mundo
andino” es una parte de su tesis en Antropología, donde asegura que en la
religiosidad popular del mundo andino jamás existió el elemento diablo, tal
como lo representa la religión cristiana. Asegura: «Mi tesis es que es traído
por el español para dominar más al pueblo conquistado. En el imaginario
colectivo del mundo andino se creía en el Cay pacha, Janan pacha y en el Ucuy
pacha. En ‘el mundo de aquí’ los hombres aparecen con sus instrumentos de
trabajo y su vida cotidiana. En ‘el mundo de arriba’ los hombres se convertían
en constelaciones, en fenómenos de la naturaleza como el rayo, el trueno, el
granizo o el viento. Y en ‘el mundo del subsuelo’ habitaban los seres que habían muerto, pero
se encontraban en estado de latencia para luego salir por los ojos de las
cuevas, como los Hermanos Ayar, y brotar por las espumas de la aguas como la
pareja primordial, Manco Capac y Mama Ocllo, fundadores del imperio de los
incas”.
Se trata de la tercera edición. La
primera salió en Lima, la segunda en España y ahora en Huancayo.
El libro, además, contiene cuentos y
tradiciones orales de los Andes, con los que su autora sustenta que nuestra
tradición literaria empieza con la oralidad, miles de años antes de que se inventaran los
alfabetos. Para ella el hombre andino recreó sus orígenes con mitos y leyendas,
rubricó amores y despedidas con canciones, y cuando quiso enseñar elucubró
moralejas, sentencias y refranes, incluso, creó una especie de teatro muy
antiguo, pero profundamente simbólico y representativo. «No hay que olvidar que
la creación oral sirvió de base para la fundación de las literaturas en todos
los países y continentes, con una especial significación en las culturas de la
América pre colombina», preconiza.
Pero eso no es todo: varios de estos
cuentos aparecen en quechua y en quechua wanka. Al respecto, Isabel afirma:
«Tenemos dos idiomas oficiales en el Perú, ¿por qué olvidarnos de esa lengua
flexible y maravillosa que es el quechua y parte de nuestras raíces y nuestra
cultura?».
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