Poema I
Pablo Neruda
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos
Te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
Y hace saltar al hijo del fondo de la tierra. (…)
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡ Ah tu voz lenta y triste!
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