El padrino cumple 40 años
Jorge Jaime Valdez
Si tuviera que hacer el ranking de las 10 mejores películas de mi vida, sin duda alguna “El Padrino” ocuparía alguno de los primeros lugares. Pocos filmes influyeron tanto en la historia del cine y este año se cumplen cuarenta de su estreno. Marlon Brando se posicionó en el imaginario colectivo como el prototipo de mafioso todo poderoso. “El Padrino”, en sus dos primeras partes son obras maestras, la tercera no tuvo la misma suerte pero es una película excepcional.
Se puede abordar esta mítica cinta por diferentes aristas, pero en su conjunto es una obra deslumbrante y una historia como pocas, que representa el valor casi sagrado de la familia que, junto a los negocios, lo son todo para Vito Corleone. Este legado lo seguirá con convicción su hijo favorito y heredero de su imperio criminal: Michael Corleone, interpretado soberbiamente por Al Pacino.
La saga logró reunir a tres de los más grandes actores norteamericanos de las últimas décadas: Marlon Brando, Robert De Niro y Al Pacino, además de varios intérpretes secundarios notables como Robert Duvall, Diane Keaton o la propia hija de director, Sofía Coppola, hoy en día, convertida en una sobresaliente directora con solo cuatro cintas en su haber: “Vírgenes suicidas”, “Perdidos en Tokio”, “María Antonieta” y “Somewhere”, siendo la segunda su mejor película, hasta el momento, con una Scarlett Johansson muy carnal y un Bill Murray en su mejor momento.
Se cuentan muchos mitos sobre la filmación de este largometraje: que los productores no querían a Francis Ford Coppola como director, tampoco a Marlon Brando como el jefe de la familia y a Al Pacino como el sucesor del patriarca. Y los resultados demostraron lo equivocados que estaban. A pesar de que en su momento la película fue muy juzgada por una parte de la crítica especializada, se convirtió en un clásico y ganó varios Óscar incluyendo a mejor película, tanto la primera como segunda entrega en 1972 y 1974, respectivamente.El gran Marlon Brando ganó el Óscar a mejor actuación que, dicho sea de paso, rechazó e incluso mandó a una india americana a recoger la codiciada estatuilla. Robert De Niro obtuvo el Óscar a mejor actor secundario por su impecable interpretación de Vito Corleone joven, en la segunda parte de la saga.
Se dice que pocas películas superaron a los libros en que fueron inspiradas, y “El Padrino” es una de las excepciones a la regla. El libro de Mario Puzo no es tan bueno como las cintas filmadas por Coppola. El lenguaje literario es muy difícil de ser completamente adaptado al lenguaje cinematográfico; sin embargo, en esta saga de mafiosos, el celuloide supera largamente a las páginas de papel que cuentan el ascenso y caída de los Corleone como familia del crimen.
La película es un fresco enorme del ascenso de un migrante italiano en la Nueva York de inicios del siglo pasado, su consolidación y caída como la familia del crimen más organizada, pero sobre todo es una historia que indaga en la naturaleza humana y en el valor de la familia. La violencia, la fe, la lealtad, el honor, los lazos sanguíneos y fraternales nunca fueron mejor retratados. La estructura patriarcal y la sociedad norteamericana están representadas en una cinta con una dirección, fotografía, banda sonora, dirección de arte, edición y actuaciones excepcionales. La música de “El Padrino” compuesta por Nino Rota es un clásico moderno, y las partes finales de la trilogía, por separado, son momentos plenos. Es como una tragedia griega donde el mal y el destino van ejerciendo su dominio. La secuencia cuando Michael Corleone está bautizando a su hijo y renunciando al mal, mientras que en plena ceremonia religiosa su gente está matando uno a uno a todos los enemigos de la familia, es notable. Es como una ópera trágica y una lección de buen cine por donde se le mire.
Se han escrito tesis y ensayos completos sobre esta trilogía. Seguramente la discusión seguirá en determinar cuál es superior, si la primera o la segunda parte. Personalmente, yo prefiero la segunda por sus dimensiones épicas. Pero la tercera, tan criticada es muy superior a tantas cintas que se han filmado sobre gánsters. En el colmo de lo absurdo el año que fue nominada al Óscar a mejor película fue derrotada por “Danza con lobos”, y curiosamente competía con la obra maestra de Martin Scorsese: “Goodfellas” o “Buenos Muchachos” como se le conoce aquí.
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