Cuadrúpedo
Rogger Bustamante
Estoy harto de la postura bípeda. Ojalá, algún día, se me presente la oportunidad y así poder entrenar las extremidades superiores —quizás podría quitarles aquella desazón y recelo por el contacto con la superficie o cualquier otro tipo de material tangible—. De esta forma, generaciones futuras adoptarían el hábito de que, al momento de interactuar, las relaciones que generen estén respaldadas por constantes roces o palmadas animadas por la cancelación de tantas inhibiciones físicas.
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