PiroposJorge QuiñonesHéctor solía decirle muchas cosas bonitas a Marianela. Al principio ella se reía o se sonrojaba, pero últimamente las escuchaba y se molestaba un poco.
Un día fueron a la playa. Héctor la fue a recoger a su casa y al verla con su shortsito y top le dijo: “Amorcito, ahora sí te como toditita”.
Desde entonces Marianela no ha regresado a su casa y a Héctor lo anda buscando la policía.
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