La entidad oculta

Giannina Sovero

Conocí a Carlos Trujillo, el autor, a finales de otoño del año pasado, cuando salía aprisa de mis clases de la universidad. Me alcanzó el borrador de este texto: «Lo revisaré en mis ratos libres», pensé, pero cuando comencé a leerlo me atrapó  con su  estilo directo y finales inesperados.

Me vi sumergida en mundos atípicos donde cualquier cosa podría ocurrir. Desde extrañas maldiciones con entes supernaturales, pasando por personajes anómalos, hasta historias de amor con tristes desenlaces. Unos trágicos, otros sombríos y algunos con un marcado humor negro.

Sin duda, estamos ante una obra que rompe con todo convencionalismo: historias góticas, de corte psicológico, surrealistas y más, lindan con el estilo fantástico. Se nota la influencia de autores como Edgar Allan Poe y Julio Cortázar. Sin embargo, como todo discípulo dispuesto a seguir su propio camino, se libera de los dogmas de sus padres artísticos, para hacer algo nuevo. Sus historias no sólo están influenciadas por la literatura, sino también por otras expresiones artísticas y no artísticas, como el cine, la música, la pintura, la bohemia, las noticias, la vida o la rebeldía.

Podemos comparar algunas de sus historias a películas de autor como las de Kubric o Tarantino, por sus protagonistas antihéroes y lo explícito de la violencia; a nocturnos de Chopin por lo melancólica y románticas tesitura de sus relatos , o al trash metal por lo caóticas; a pinturas de Goya, Dalí o El Bosco por lo gráficas y sugestivas: un hombre ahorcado en el cuento “Perro ahorcado”, el infierno del Jardín de las Delicias en “El fin de todo”, o el castillo en medio de la selva en “El castillo Piccolomini”. Y es que el arte no está limitado, siempre está en constante evolución y qué mejor que combinarlo con otras influencias.

Otro detalle que llamó mi atención es que sus historias no están sujetas al contexto. Son de carácter cosmopólita, tanto en la ambientación externa como en la expresión emocional de sus personajes: “La entidad oculta” explora distintas facetas de la naturaleza humana, acaso escondidas, ese lado oscuro, inexplorable que todos tenemos.