Roberto
Loayza Cárdenas
La última década no ha
sido, precisamente, la mejor que el séptimo arte haya visto en sus 117 años de
historia oficial; sin embargo, un puñado de estupendas películas, futuros
clásicos del cine, pueden ser consideradas entre lo más destacable que se
estrenó durante los primeros 10 años de historia de “Solo 4”.
2003: Destacan dos cintas muy distintas entre sí, la oscura crueldad de
“Oldboy” del surcoreano Chan-Wook Park, ganadora de Cannes y segunda parte de
su “Trilogía de la venganza”; y la épica conclusión de la adaptación de la obra
de Tolkien, “El señor de los anillos: el retorno del rey” de Peter Jackson, que
arrasó con los Premios Oscar.
2004: Jim Carrey en su cinta más extraña y genial, “Eterno resplandor
de una mente sin recuerdos”, del francés Michel Gondry, nos introduce a un
mundo quimérico donde podemos “borrar cassette” a nuestro antojo, gracias a un
software. Originalísimo drama sentimental con el toque inconfundible del
escritor Charlie Kaufman.
2005: Difícil escoger la obra maestra de un autor como Michael Haneke,
pero “Escondido” se acerca mucho. Un tratado sobre la paranoia y el miedo, con
la mirada personal de uno de los directores más cautivadores de la actualidad.
Ese año, también, Christopher Nolan llevaría a la excelencia el cine de
superhéroes con “Batman inicia”.
2006: Otro alemán y otra cinta sobre la paranoia, Florian Henckel von
Donnersmarck hizo historia con “La vida de los otros”, un filme que nos ilustra
de forma vibrante los días en que Alemania estaba partida en dos. Martin
Scorsese, por su parte, volvía a sus fueros violentos con “Los infiltrados”.
2007: Dos obras maestras, “Petróleo sangriento” de Paul Thomas
Anderson, la demostración definitiva de que Daniel Day Lewis es el mejor actor
de los últimos años en el papel de un tipo sin alma, y “No es país para
viejos”, de los Coen, con otro peso pesado, Javier Bardem.
2008: Tal vez el mejor filme de la década, “El caballero oscuro”, con
un desquiciado Heath Ledger en una performance legendaria, poco antes de partir
a mejores rumbos.
2009: Impecable Quentin Tarantino y el hallazgo del fantástico actor
austriaco Christoph Waltz, en su divertido y alucinado “Bastardos sin gloria”
2010: El “mainstream” hollywoodense y su poderío, esta vez con dos
filmes tan vendedores como brillantes, Pixar y la melancólica tercera parte de
Toy Story, y Christopher Nolan con su desmesurada y extraordinaria “El origen”.
2011: Año de las cintas extranjeras, el poderoso drama iraní de Asghar
Farhadi, “Una separación”, y el humor inteligente de “Amigos”, obra de los
franceses Olivier Nakache y Eric Toledano, quitan el estigma de inabarcable a
cintas de otros fueros.
2012: Otra vez Tarantino, el único realizador en estar presente dos
veces entre lo mejor de la década con “Django sin cadenas”. Al fin, el chiflado
de Tennessee dirige su esperado Western y logra sacar otra actuación de
antología a Christoph Waltz.
En lo que va del año destacamos “Star Trek, en la oscuridad”,
seguimos a la espera de más cine y que San Auguste y San Louis Lumiere guíen
por el buen camino a nuestros, por lo general, despistados programadores de
cine.
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