Jhony Carhuallanqui
Foto: Pool Pua Salgado |
Alfredo Bryce Echenique
removió el ambiente cultural y político en 2003 cuando afirmó que Javier Silva
Ruete (Ministro de Economía), era un “ignorante” y “bruto” por postergar la Ley
del Libro y haber dictaminado más impuestos a los espectáculos artísticos que,
de por sí —en su mayoría—, son poco rentables. Tras creativas protestas, como
representar el fusilamiento de la cultura, el gobierno mantuvo las
exoneraciones y promulgó la Ley del Libro
y Fomento de la Lectura, vigente hasta hoy.
Además, en un hecho
insólito, la estatua de Francisco Pizarro fue retirado de la plazuela del mismo
nombre, a lo que Mario Vargas Llosa calificó como un “Hispanicidio” absurdo, recordándonos que la peruanidad, nos guste o no, tiene tantos elementos incaicos
como hispanos y que esta mezcla ha hecho la diversidad que hoy nos enorgullece.
En el ámbito
internacional, en 2003, “Chicago” era
galardonada con el Oscar a Mejor Película, y el de Mejor Guión Original era
concedido a Pedro Almodóvar por “Hable
con ella”.
El Nobel de literatura se concedía a
John Maxwell Coetzee y El Príncipe de Asturias
de Comunicación y Humanidades se entregaba al “Frankfuniano” Jûrgen Habermas, y
el de Ciencias Sociales a Gustavo Gutiérrez y Ryszard Kapuscinski, éste último,
autor del célebre ensayo “Los cínicos no
sirven para este oficio”.
Sin dudas, existen diversos hechos
culturales que se van dando en diferentes ámbitos y que ameritan ser
difundidos, explicados y claro, registrados, porque sólo así la cultura
sobrevive y se fortalece como creación humana, y es por eso que en Huancayo, el
5 de julio de 2003, salió el primer ejemplar de “Solo 4”, un suplemento
cultural del diario Correo que trata —en la medida de sus posibilidades y a
veces mucho más— de cumplir con esta misión, y que durante 10 años es el
principal referente cultural en la región central. Julio de 2003 es el comienzo
de este periodismo cultural tan necesitado y que coincidió con el mes de la
muerte de Compay Segundo, Celia Cruz y Roberto Bolaño, que fueron ya comentados
en sus ejemplares iniciales.
En su primer número, Julio Vargas con
“¿Dónde reposa la cultura?”, agradecía a la gente que aún a
sacrificio de su economía y tiempo, siguen en esta noble tarea de difundir —y
hacer— cultura, además denunciaba la
falta de una política cultural que, 10 años después, se pretende revertir con
la creación del Ministerio de Cultura. También, Josué Sánchez criticaba la
desidia por conservar el Mural de la Cultura Huanca que embellecía un tramo de
la Av. Giráldez y que hoy es sólo un buen recuerdo, pues se tuvieron y se
tienen funcionarios que creen que la cultura es rémora de la modernidad, cuando
debieran entender que pueden ser aliados, pues nuestra identidad debe ser
fortalecida (no aislada) para ubicarse (no imponerse) en este mundo global
donde el entretenimiento (escándalo) parece ser el único argumento.
Gracias a sus publicaciones no
olvidamos los aportes de Manuel Baquerizo, Luis Cárdenas Raschio, Benjamín
Gutiérrez Verástegui… Y gracias también a este suplemento recogemos con alegría
el reconocimiento de Josué Sánchez en la Felizh 2013 y como “Personalidad
Meritoria de la Cultura”, como lo fuera para María Teresa Zúñiga y Ariel
Beriche y, claro, la distinción a Pedro Gonzáles por parte del Congreso, o las
entrevistas a Isabel Allende, Edmundo Paz Soldán o a Edgardo Rivera Martínez,
por mencionar sólo algunos de los hechos significativos que fueron publicados
en sus páginas y que son la muestra de su capacidad.
En esta fecha de aniversario, es propicio
recordarle a “Solo 4” que su periodismo y gestión cultural capitaliza
conciencia e identidad, elementos indispensables para existir como persona,
pueblo y nación, y que la satisfacción de sus miles de lectores son la mejor
recompensa que pueda recibir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.