lunes, 22 de julio de 2013

MICROCUENTO:


Vanagloria

Andrea Marinelli


Al entrar, la imponente luz lo cegó. Una cálida voz lo invitaba a sentarse. Presentó con malicia su carta de renuncia, mientras agitaba plácidamente su reluciente cabellera.
Instantes después, era despojado con crueldad de su hermoso plumaje y arrojado a los mares impíos. Judas lanzaba las redes al agua.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la publicación, es para mí todo un honor. Un fuerte abrazo.

    Andrea Marinelli

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