domingo, 2 de septiembre de 2012

Solo 4, “433”, del 01 de SETIEMBRE de 2012, año IX


LA CITA:

“Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.

Julio Cortázar, Rayuela

LO ÚLTIMO: Convocatoria al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”


En el marco de las celebraciones por los 50 años de fundación de Correo en la región Junín, y la próxima edición 444 de nuestro suplemento, con la finalidad de contribuir a la producción literaria de nuestro país, convocamos al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”.
Los premios de este certamen serán de S/. 1000 para el primer lugar, S/. 700 para el segundo y S/. 300 para el tercero. El tema es totalmente libre. La fecha y hora límites de recepción de trabajos será el viernes, 05 de octubre, a las 6 pm, en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo.
Las bases generales las podrán hallar en nuestro blog (www.suplementosolo4.blogspot.com) o en Facebook como “Suplemento Cultural Solo 4”.

Michael Jackson, el rey eterno


Roberto Loayza



Era jueves y aún se sentían los estragos de una descomunal resaca cumpleañera. En medio de la mala costumbre de escuchar música y ver TV al mismo tiempo, el zapping cayó en la CNN. La noticia no podía ser más horrible: “Se cree que Michael Jackson ha fallecido en su mansión alquilada en Holmby Hills, Los Ángeles”.
Sin duda alguna, la estrella más grande en los años 80, y con toda certeza uno de los artistas más populares de la música de todos los tiempos, Michael Jackson tuvo una infancia difícil, llena de abusos y maltratos por parte de su inefable padre. Su desfogue fue la música, demostrando desde muy pequeño una habilidad sobrenatural para el canto y el baile. Al poco tiempo de cumplir los once años, ya salía su primer single “I Want You Back”, junto con los Jackson 5: sus hermanos Jackie, Tito, Jermaine y Marlon, y bajo el madrinazgo de la gran Diana Ross. El éxito fue instantáneo.
Temas claves como “ABC”, “The Love You Save”, “I’ll Be There”, entre otros, le dieron la idea a su avaro padre de que podría lucrar mucho más explotando al más carismático y talentoso de los cinco, como resultado “Jacko” debutó en 1972 de solista con el regular “Got To Be There” del que recordamos el contagiante “Rockin Robin”.
Lo siguiente fue “Ben” un señor disco de baladas en donde la melancolía de la joven estrella se manifiesta en el tema del mismo nombre. Con “Music & Me” no le fue tan bien y, a pesar de que “Forever Michael” ya mostraba lo que se iba a venir, especialmente con esa maravilla llamada “One Day In Your Life”, la Motown cometió un error histórico y no apoyó al joven “Jacko”, obligándolo prácticamente a regresar con los Jackson 5, durante 1976 hasta 1978, y a cambiar de sello musical, la Epic Records.
Lo que continuó fue histórico, mientras grababa el ya olvidado musical “El Mago de Oz”, conoció a Quincy Jones, dando como resultado una de las comuniones melódicas más exitosas y celebradas de todos los tiempos. Es así que en agosto de 1979 sale a la luz “Off The Wall”, un LP tan célebre como genial donde descubrimos que Michael no solo era un fenomenal cantante y bailarín, además era un compositor de primer nivel, siendo su primer éxito un tema propio: “Don’t Stop ‘Til You Get Enough”, atrayendo luminarias como Paul McCartney y Stevie Wonder. En la ola soul, funk, disco y rock, la crítica y el público se rindió ante este magnífico combo.
Lo siguiente tenía que ser mejor y lo logró: “Thriller” (1982) es aún el disco más vendido de la historia, con más de 65 millones de copias distribuidas y siete exitosos singles, entre ellos los himnos “Billie Jean” y “Beat It”, ambas composiciones de Michael.
Podemos arriesgarnos a decir que es el mejor álbum que se haya escuchado en toda la década. “Thriller” era la cumbre del talento de “Jacko”, y el video del tema homónimo también es frecuentemente signado como el mejor hecho en la historia. La presentación televisiva de su paso lunar en “Billie Jean” fue comparado con las actuaciones de Los Beatles y Elvis. Fue entonces cuando lo empezaron a llamar el “Rey del Pop”.
Entre quemaduras y enfermedades, Michael continuó siendo el Rey Midas de la música. El vitíligo lo atormentaba, la anorexia lo debilitaba, y sus excentricidades empezaban a llenar tabloides, mientras el mundo volvía a rendirse con otra maravilla: “Bad” llegó a tener cinco números “1” en las listas, todo un record.
Los 90’s los inició con “Dangerous”, su último gran disco, sus presentaciones eran cada vez más grandiosas y fue entonces que le estocaron por la espalda una herida de muerte: las advenedizas acusaciones, nunca probadas, de abuso sexual. Buscando refugio en el amor se casó con la hija de Elvis, aunque no sirvió de mucho. Seguiría su ambicioso proyecto inacabado “History” en 1995 y la llegada de sus hijos Michael Joseph, Paris y luego Prince, pero nunca la paz. Siguieron más acusaciones de abusos, problemas con la Sony, su álbum final “Invincible”, que salió en mal momento, y la retirada.
Los juicios prosiguieron al igual que sus rarezas, el devastador efecto que las múltiples operaciones dejaron en su cuerpo y una poco difundida adicción a la morfina y otras “golosinas” similares. Sin embargo, cual fénix se logró levantar para volver por la puerta grande.
En los días que antecedieron su partida, se encontraba en los atareados ensayos para lo que iba a significar su triunfal regreso a los escenarios, doce años después de su “History Tour”. 50 conciertos en el hermoso “O2 Arena” de Londres, donde iba a presentar nuevas canciones junto con los clásicos de siempre. Las coreografías, tal como se puede observar en el documental que salió luego, eran, como siempre, extraordinarias, “This Is It” se iba a llamar la que tal vez sería su última gira. Hasta que llegó esa maldita tarde de junio, de dolor de cabeza y lágrimas. El miércoles último hubiera cumplido 54 años.

Bribonadas culturales


Jhony Carhuallanqui



En agosto de 1972, la prestigiosa revista National Geographic presentaba en portada la sorprendente historia de un grupo de primitivos varados en la edad de piedra: los Tasaday. La isla de Mindanao se convertía así en el punto de encuentro de antropólogos, historiadores, sociólogos, psicólogos y lingüistas, todos impacientes por comprender y aprender de este retazo de historia de la humanidad preservada en la jungla filipina.
Vivían en cavernas, usaban taparrabos de hojas de orquídeas, comían raíces, hojas, frutas silvestres; desconocían la agricultura y ganadería, eran los típicos recolectores y cazadores.
A través de Manuel Elizalde, el gobierno filipino mandó cimentar un muro (custodiado por militares) alrededor de ellos para no “contaminarlos” de civilización: consumismo, egoísmo, ambición y frivolidad.
En 1980, el escándalo superó la curiosidad: vivían en chozas, usaban jeans, tenían cuchillos de metal y habían firmado un “contrato” con el gobierno para “actuar como cavernícolas”, y obtener regalías de los turistas y académicos dispuestos a verlos o estudiarlos en su “hábitat natural”. Artículos, conferencias, memorias, ensayos, documentales y reseñas terminaron en el basureo y ningún académico que se respetase volvió a tocar el tema.
Los Tasaday fueron una gran mentira y los científicos sociales ¡se la creyeron! Quizá por la buena actuación de los nativos o tal vez por la poca pericia científica que los obnubiló.
Igualmente, hubo culturas vilmente utilizadas: en Perú, el boom del caucho obligó a pincelar el cuerpo de nativos Boras, Uitotos y Andoques para hacerlos ver más primitivos (salvajes) a fin de justificar su incapacidad de ser pasibles de derechos, y así ser esclavizados en la explotación del “shiringa”. Cuanto más salvaje se veían, menos derechos tenían.
Unos 30000 nativos fueron exterminados, entintaron con sangre el Putumayo por la codicia de Julio Arana y su Peruvian Amazon Company. Este “Barón del Caucho” mandó edificar la ostensible Casa de Hierro (Iquitos) que simbolizaba la osadía e impunidad de un hombre que hacía y deshacía contratos con la misma arrogancia que inmolaba a los nativos.
Por otra parte, en ocasiones, extrañas y a veces extraordinarias, las tribus han aparentado ser ingenuas a fin de que el investigador “se vaya contento”: Nigel Barley publicó una suerte de novela - memoria titulada: “El antropólogo inocente”, en la que cuenta con  humor —y a veces resignación—, sus peripecias con la tribu Dowayo (Camerún). El extraño era él y los nativos se burlaban, pues su desconocimiento de los sistemas culturales  le hacía cometer cada humorada que los locales creían que se hacía al tonto. Confesaría luego que él no se hacía, lo hacían tonto.
Así es que entre tribus inventadas, manipuladas o burlonas, el hombre va conociendo el espectro cultural que lo rodea, aunque su entusiasmo desmedido a veces lo ha limitado en su objetividad: cómo no mencionar el célebre eslabón perdido: El Hombre de Piltdown, que 45 años después sabríamos con asombro y desconsuelo que se trataba de un cráneo “armado” con los dientes en quijada de un orangután, el diente suelto de un mono y el cráneo de un hombre de la edad media.
A pesar de todo, aún seguimos buscando el eslabón perdido. Konrad Adenauer  tiene la respuesta: “Creo que he encontrado el eslabón perdido entre el animal y el hombre civilizado: somos nosotros”. Totalmente de acuerdo.

IMPRESCINDIBLES / MICHAEL JACKSON:


Selección y textos: Roberto Loayza

Off The Wall (1979)



El real descubrimiento del talento de Michael, quien aun nos asombra con su brillantez compositiva e interpretativa en esta joya. Los éxitos bailables solo eran la máscara de lo que en realidad esconde este disco: exuberantes baladas (“She’s Out Of My Life”), soul suave (“Girlfriend”), un seductor golpe funk (“Off The Wall”) y grandes temas para bailar hasta morir (“Don’t Stop ‘Til You Get Enough y Rock With You”). La magia creada por Jackson y el productor Quincy Jones emocionan a la primera escucha, tanto como a la milésima también. Imprescindible.



Thriller (1982)



Michael y Quincy no estaban preparados para lo que resultaría de su siguiente proyecto juntos, en realidad nadie lo estaba. La palabra perfección queda corta ante esta obra maestra de la música. La genialidad y el éxito estuvieron como nunca de la mano. Desde la delirante “Wanna Be Startin’ Somethin’”, pasando por el durísimo “Beat It” (con el mismísimo Eddie Van Halen y su guitarra), “Billie Jean”, quizás la mejor canción del disco a pesar de que Quincy pensó que eran un desastre, y la hermosa “Human Nature”. Sin duda, este disco va a quedar como vestigio de la humanidad.


Bad (1987)



Era imposible superar a “Thriller” pero con este plato “Jacko” se acercó mucho. Volvió a ampliar sus horizontes y perfeccionó la técnica en el estudio. En esta ocasión el viaje tampoco tiene pierde, desde el tema que empieza y da título al disco (cuyo video fue dirigido por Scorsese nada menos), la clonación de su voz con la de Siedah Garrett en la preciosa balada “I Just Can’t Stop Loving You”, la irresistible “The Way You Make Me Feel”, y la amada y odiada “Man In The Mirror”. De esta manera terminaría la trilogía maravillosa del tándem Jackson-Jones.

COLUMNA: DESDE EL ATELIER


Autodesarrollo campesino

 Josué Sánchez
 


Oruro es una región minera que produce oro, plata y estaño. Este departamento boliviano tiene alrededor de medio millón de habitantes y cuenta con una riqueza cultural y artística notable. Hace unos años, fui ahí para dictar un taller de diseño en una comunidad de la región. Previamente, en la ciudad recopilé diseños geométricos, zoomorfos y fitomorfos, de los diferentes restos líticos, cerámicos y textiles guardados en sus museos, bibliotecas, iglesias y cementerios. En el Museo Arqueológico de Oruro, por ejemplo, encontré pequeños diseños textiles de animales contenidos en otros mayores, cual si fueran placas radiográficas; así como diseños de animales de dos cabezas, todos tejidos en fina trama y urdiembre.
Pero si la ciudad fue una importante fuente de información más lo fueron las pequeñas comunidades aisladas del altiplano orureño distantes unas cinco o seis  horas de la urbe, cuyas iglesias rurales, perdidas majestuosas y enigmáticas en la soledad de la llanura, son las más hermosas que he visto en América. Es desconcertante encontrar en medio del llano, rodeadas apenas por dos o tres casitas rurales, edificaciones de las dimensiones y belleza plástica de estas iglesias.
La iglesia de Curahuara en la frontera con Chile, por ejemplo, es una impresionante construcción de adobe de casi una cuadra de extensión, circundada de arquerías;  en el centro, se alza una torre de aproximadamente 8 metros de alto, con una cúpula en la parte posterior y una capilla adicional, que desemboca en un patio también rodeado de arquerías. En el interior, en medio de la penumbra, la luz del sol filtrándose por las pequeñas y múltiples ventanas ilumina algunos fragmentos de los murales de tema religioso y andino que cubren totalmente el recinto, desde el altar mayor hasta las ventanas y las puertas, entremezclando pasajes bíblicos con escenas de la vida agraria y minera y con decoraciones de animales y plantas, en un extraordinario muestrario iconográfico.
Luego de identificar estilos y clasificar diseños, debía efectuarse el taller de diseño en la comunidad de Titiri, pequeño pueblo situado al suroeste de Oruro, a más de 8 horas de viaje. Barridas por los gélidos vientos del altiplano procedentes del Antártico, veinte casitas de adobe con techos de paja conformaban Titiri. Los campesinos que las habitaban vivían de la crianza de llamas y alpacas. La carne la usaban para la alimentación y la lana como materia prima para el desarrollo de su actividad principal: la elaboración de tapices en un centro artesanal comunitario, usando telares verticales de gran tamaño.
El trabajo técnico era excelente, pero los diseños eran monótonos. El taller debía orientarse a enriquecer el vocabulario estético de los artesanos de la zona y de otros llegados de diferentes lugares especialmente para el curso. Pronto descubrí que sería muy fácil. Los campesinos relataban con suma facilidad los mitos y leyendas de la rica literatura oral boliviana manifestando una afianzada identidad cultural. A partir de esto, sólo fue necesario encaminarlos en las técnicas del dibujo usando como muestras las iconografías recopiladas anteriormente para lograr que de ellos brotaran inagotablemente nuevos diseños al trasladar a los tapices las bellas historias de su pueblo. Fue un mes de maravillosa confraternidad artística.
Con la riqueza cultural de países como Bolivia y el nuestro, el desarrollo del campo no es un sueño imposible de lograr. La base ideológica está dada, aparece en la vestimenta, en la vivienda, en la literatura, en los usos y costumbres; lo único que hay que hacer es reconocerles a nuestros campesinos la capacidad de transitar sus propios y auténticos caminos.

MICROCUENTO:


El video de satán

Luis Puente de la Vega Rojas



Montesinos hizo un pacto con el diablo para obtener todo su poder, pero antes Satán le pidió cumplir con dos condiciones: «Primero, me entregarás tu alma; segundo, no le contarás de nuestro trato a nadie». “El Doc” aceptó y fue un hombre muy poderoso. Años después, el demonio regresaría para llevárselo, sin embargo, Montesinos tenía un video de su trato. Hasta hoy, Satán aguarda asustado el día que lo llamen a declarar a la fiscalía.

PERFUME DE MUJER


“La santa”

Gabriel García Márquez



La hizo desnudarse en su alcoba, la baño con jabón de olor, la secó, la perfumó con su agua de colonia personal, y la empolvó de cuerpo entero con su talco alcanforado para después afeitarse. (…) La bella desnuda atravesó en puntillas la casa en penumbras, como un sueño de la siesta, y dio dos golpecitos tiernos en la alcoba del fondo. (…) Margarito asimiló el golpe con una gran dignidad. Adabó de abrir la puerta para darle paso, y ella se tendió en la cama mientras él se ponía a toda prisa la camisa y los zapatos para atenderla con el debido respeto.

Esperando a Superman


Enrique Ortiz Palacios



A propósito de la huelga magisterial escuché decir a alguien que para solucionar el problema de la educación peruana “deberían traer a profesores de EE.UU.”. Recordé entonces los razonamientos de mi niñez cuando a cualquier problema le encontrábamos una solución muy sencilla: “Por qué no traemos a Superman y otros superhéroes”, tal vez invocaban a Rambo.
El problema de la educación peruana no solo recae en el docente sino que también implica al padre de familia y al Estado, sin ellos “unidos” no habrá quien nos salve, ni siquiera los héroes de los cómics. Además quiero aclarar que EE. UU. no es el paraíso en educación. La Evaluación PISA 2009 (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, en español) ubica a ese país en el puesto 17 en habilidad lectora —mientras que Shanghái (China) está en el primero—, puesto 31 en Matemáticas y lugar 23 en ciencias, en tanto que China ha obtenido los primeros lugares de los 65 países evaluados.
Esta situación puede ser corroborada viendo el documental “Waiting for Superman” (Esperando a Superman), donde se puede apreciar los niveles terribles de la educación norteamericana y sus soluciones al estilo “Tinka peruana”, y un sindicato muy parecido al nuestro —en el sentido de que son muy reacios a cualquier cambio planteado por el estado—. También pueden ver la película “Bad Teacher”  o “Malas enseñanzas”, donde la protagonista Elizabeth Halsey es una profesora con poca vocación de enseñanza, además de inmoral, viciosa y abúlica. Un reflejo tal vez de ese sistema educativo estadounidense que tanto admiramos algunos. Sin embargo, me quedo con ese capítulo de “The Simpsons” en que a los alumnos más incompetentes y malcriados —incluido el director Skinner— son “premiados” con un viaje, cuando en realidad quieren deshacerse de ellos para que en la evaluación general no salgan perjudicados.
Viendo “Esperando a Superman”  nos enteramos que en “Gringolandia” premian con un bono a las escuelas y profesores si sus estudiantes han obtenido altas calificaciones. Nuestros problemas educativos serán solucionados en la medida que TODOS los involucrados  participemos verdaderamente, sin imitar modelos educativos como el antes mencionado.
El “bullying” —mejor decir acoso escolar o lo que antaño llamábamos “lorneo”— existe porque el profesor ha perdido el horizonte en la educación, ha dilapidado su credibilidad.  El Estado en vez de darle alicientes ha pregonado a todos los vientos que el maestro es ocioso, borracho, violador, cuando es el mismo gobierno quien lo cobijo por cinco años en las aulas universitarias y luego le entregó su “licencia para enseñar”.
Muy saludable, entonces, sería leer el capítulo III de “La civilización del espectáculo” de Mario Vargas Llosa, titulado “Prohibido prohibir”, y les aseguro que de alguna forma se recuperará esa dignidad que todo ser humano necesita, por nuestros hijos, por nuestros estudiantes, para ser un verdadero Superman.