sábado, 18 de junio de 2011

Solo 4 “370” del 18 de junio de 2011

LA CITA

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes.”
Vladimir Nabokov, Lolita

LO ÚLTIMO

Este 22 de junio se inaugura FELIZH 2011
La expectativa es creciente en la ciudad de Huancayo ya que este miércoles, 22 de junio, se inaugurará la III Feria del Libro Zona Huancayo – FELIZH 2011. Más de 100 actividades, entre la asistencia de conspicuos escritores, músicos, actores y demás artistas, harán de esta fiesta cultural un espacio propicio para toda la familia. Las editoriales y librerías más importantes también estarán presentantes, con miles de libros en ediciones para todos los gustos y bolsillos.

Durante la FELIZH 2011, se premiará a los ganadores de los concursos nacionales de Cuento y Poesía “Premio FELIZH”, y también se hará lo propio con los ganadores del I Concurso Nacional de Microcuento “Premio Solo 4”, organizado por nuestro suplemento cultural. Las puertas de la feria estarán abiertas desde este miércoles al medio día, en la explanada de la Plaza Huamanmarca. La agenda completa de actividades la puede descargar desde el blog y perfil en Facebook de Solo 4.

Un homenaje a todos los padres

Leonardo Mendoza Mesías

El Día del Padre es una celebración que varía de país a país, por ejemplo, en Perú, China, Jamaica, Reino Unido, Zimbabue, Estados Unidos y otros se les recuerda el tercer domingo de junio; algunos otros países lo celebran en fechas diferentes, como es el caso de Corea del Sur que lo hace en mayo o el Uruguay en julio. Este día en algunos lugares tiene ciertas connotaciones como es el caso argentino, cuya primera celebración fue el 24 de agosto de 1958 en honor a José de San Martin, llamado Padre de la Patria.

La primera celebración moderna del Día del Padre sucedió en Estado Unidos y su promotora fue la Sonora Smart Dodd, quien tomando como referencia las celebraciones que se le hacían a las madres, se le ocurrió hacer otra misa para homenajear a su padre, un veterano de la Guerra Civil que había enviudado quedando a cargo de cinco niños, criándolos como padre y madre. Es así como el primer día del padre tuvo lugar en Washington el 19 de junio de 1910. La voz se había corrido y la gente se unió a las celebraciones; pero, es en 1966 que el presidente Lyndon B. Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como fecha para la celebración del Día del Padre.

Pero, ¿cuál es el avatar del padre? Es la de ser un maestro. Hoy en día, se distorsiona la imagen del “buen padre”, como el “proveedor”: aquel que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para que “no les falte nada a los hijos”, trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. Así se desgasta febrilmente, sin darse un respiro para disfrutar lo importante: la experiencia única de ver crecer a sus descendientes. Esta es la imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo como la nuestra.

Sin embargo, hoy, los padres van logrando vencer las tradiciones atávicas de ser meros proveedores, compartiendo más el goce de la crianza de los hijos y hablan de una nueva dimensión en la convivencia familiar. A pesar de los iracundos reproches de quienes pretenden perpetuar el tabú inmemorial de que cuando el padre se involucra emocionalmente con el hijo se torna suave como una segunda madre, y que si participa en el cuidado y atención del hijo se convierte en simple “mandilón”. Cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus vástagos y en los cursos prenatales.

Se necesitan dos para engendrar un niño. También se necesitan dos para su desarrollo. La madre establece una comunicación vital con el hijo o hija desde el momento de la concepción. Interpreta las señales de temor en el infante y con mimos lo tranquiliza y conduce. Mientras que el padre da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de la conducta infantil y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional. La madre dice: “con cuidado” y el padre dice: “una vez más”, estimulando a sus pequeños a subir la cima. El padre es catapulta del hijo.

Para terminar quiero aprovechar la oportunidad de hacer llegar mis saludos afectuosos, junto con Solo 4, a todos los padres de la región Junín y del Perú, jóvenes y mayores, a los que nos acompañan y a los que partieron, pero sobre todo a aquellos que luchan denodadamente por sus retoños y por lograr un futuro mejor. Feliz Día del Padre, querido padre.

Los fantasmas que respiran sueños

Francis Scott Fitzgerald: «El gran Gatsby»


Juan Carlos Suárez Revollar

Como el propio Francis Scott Fitzgerald, Jay Gatsby trataba de impresionar a la alta sociedad. Eso explica las enormes fiestas y los pantagruélicos banquetes que organiza en su palacete para arribistas, aprovechados y unos pocos ricos. Su verdadero fin es atraer a Daisy Buchanan, la muchacha a la que amó en su juventud, pero que ahora está casada con un tipo rico y violento —Tom—, quien es en el fondo bobo y risible. Esa es parte de la esencia de «El gran Gatsby», la mejor novela que escribió Fitzgerald, allá por 1925.
La personalidad de Gastby es peculiar. Ha construido un mito sobre sí mismo, y una fortuna a partir de la nada —aunque hay pocos detalles, el romántico y platónico Gatsby se ha hecho un gángster como aquellos que pueblan las novelas negras publicadas por la misma época—, únicamente para disponer del dinero necesario que le permita recuperar a Daisy, y a ese pasado en que se amaron, poco antes de separarse por ser él un pobre diablo sin fortuna. Quiere también, ingenuamente, borrar el pasado de Daisy en que ella no lo amó a él, sino a su marido. Desde su mismo nombre —el verdadero parece ser James Gatz—, mucho de lo referente a él es inventado. Así, la realidad se diluye hasta casi desaparecer, salvo por aquellos sucesos que nos devuelven a ella de golpe.
Para dar sustancia a lo que, desde el inicio, es una historia de ensueños, Fitzgerald eligió al afable Nick Carraway como personaje narrador. Desde este punto de vista nos hace el retrato de la alucinada Nueva York anterior a la Gran Depresión. Así, somos testigos de la opulencia de la época, de las desenfrenadas fiestas, y de la serie de prodigiosos sucesos que conforman la historia de amor que es la novela. En realidad, los personajes (cínicos, egoístas, deshonestos, desvergonzados, arribistas, frívolos y ridículos) son peores de como los describe Nick, pues el autor hace muchas concesiones a través de la gentileza de su narrador, quien acaso queriendo, oculta detalles porque también él, en cierta forma, tiene los mismos defectos que los otros. El mundo de la novela es de gentes interesadas, pues es también el interés el que acerca a Gatsby y Nick, al ser éste primo de Daisy, y por eso, el perfecto intermediario para volver a trabar relaciones con ella.
Hay asomos de Fitzgerald en Gatsby, pero también en Nick. Los tres viven deslumbrados por esa extraña raza a la que pertenecen los ricos, y poco más o menos, son sus víctimas. A lo largo de la novela Nick se va desencantando y regresa finalmente a su ciudad, derrotado en su empeño inicial, y asqueado de la sociedad a la que se introdujo, deseoso de hacer fortuna, y donde sentimentales como Gatsby o él no podrían encajar. Ha sido esa sociedad la que ha matado a su amigo, mientras Wilson, el lunático con la pistola, era apenas un instrumento, pero no del marido de Daisy, sino del destino (hay un error de Fitzgerald aquí, pues el encuentro de Wilson y Tom, en que se supone éste envenena el alma del primero para que mate a Gatsby, no tiene cómo ser conocido por el personaje narrador, y por eso mismo, no podría incluirse en su relato). Sólo Nick comprende que Gatsby, en medio de los cientos de desconocidos que se sirven a sus expensas, ha estado siempre solo. Y en las últimas páginas, ya con el impotente acompañamiento del lector, ello reluce más aún.
Al igual que algunos de sus personajes más memorables, Fitzgerald creía en el dinero como la vía para alcanzar la felicidad. Cuentos suyos como «Sueños de invierno», «Lo más sensato» o «Dados, nudillos de hierro y guitarra» tienen a un joven, pobre pero emprendedor, que ama, sueña y choca estrepitosamente contra la barrera que le imponen los ricos. En «El gran Gatsby» los personajes deambulan intentando concretar sus ilusiones. Y Gatsby en particular se entrega a ellas, el todo por el todo, hasta su derrota final, en que pierde a Daisy y la vida. A fin de cuentas, como lo dice en la novela, puede que todo aquello que nos rodea no sea más que «un nuevo mundo, material sin llegar a ser real, donde los pobres fantasmas respiran sueños en vez de aire».

MÁS DATOS CON EL TÍTULO:
F. SCOTT FITZGERALD

Nacido en Minnesota en 1896, es junto a William Faulkner, John Dos Passos y Ernest Hemingway uno de los grandes representantes de la novela norteamericana de la primera mitad del siglo XX. Es autor de «A este lado del Paraíso» (1920), «Suave es la noche» (1934), «El último magnate» (1942); «Flappers y filósofos» (1920), «Cuentos de la era del Jazz» (1922), entre otros. «El gran Gatsby» (1925) es su novela más famosa. Murió en California en 1940.

Microcuento

Uno Nunca sabe
Orlando Mazeyra Guillén

El enigma seguía vigente, "vivito y coleando", diría mi abuela. ¿Por qué quería terminar la novela si todavía la primera página estaba sin rastros de historia? La tomé, la palpé, e inclusive la olí con ansia. Le di la vuelta y todo era blanco, blanco y blanco. No había enigma entonces: no sabía escribir, nunca supe hacerlo. "Coge una lampa y ayuda en la chacra", diría mi abuela. Le tendría que hacer caso o empezar con esa frase. Uno nunca sabe.

PERFUME DE MUJER

La ciudad de los herejes
Federico Andahazi
El corazón de la abadesa se agitó al ver como aquellos pechos, generosos y firmes, se movían sutilmente mientras la novicia hundía la pluma en el tintero. No pudo, ni quiso, evitar que su mano se metiera debajo del hábito, hasta encontrar el resquicio vertical que reclamaba caricias. El dedo mayor de la madre Michelle iba y venía de una comisura a la otra que formaban aquellos labios mudos, al tiempo que observaba cómo los pezones de la joven monja rozaban el papel mientras buscaba en el aire la palabra justa que habría de escribir.

En exclusiva para “Solo 4”

La nueva novela de Sandro Bossio Suárez se lanzará pronto a nivel nacional. Aquí en adelanto exclusivo del primer capítulo del libro.
El cuerpo estaba detrás del escritorio, recargado contra el espaldar de la silla, y una capucha negra le cubría la cabeza. Las persianas cerradas mantenían el despacho en la penumbra y el ventilador, inútil, soplaba sin remover la atmósfera. Al ver el cuerpo, Eduardo pensó que el decano, por algún motivo que no alcanzaba a entender, deseaba gastarle una broma, pero advirtió de inmediato que una actitud como aquella no conciliaba con la personalidad del facultativo, siempre áspera y rezongona, y entonces comprendió que había algo que temer. Se acercó con precaución hasta el borde del escritorio, llamando al viejo como quien llama a alguien que se encuentra profundamente dormido, y el mal pálpito creció hasta cortarle la respiración, porque la respuesta siguió ausente. Una sudoración, que presagiaba copiosa, emprendía su ofensiva en la parte alta de la espalda. Las manos le hormigueaban, mientras su cuerpo ambicionaba retroceder, evadirse, emanciparse de los furiosos latidos de su corazón. Un momento después, venciendo la parálisis, rodeó el escritorio, llegó hasta el cuerpo y extendió la mano para tocarle el cuello. La ausencia de pulso hizo que el sudor, más candente y viscoso, corriera espalda abajo. Ningún esfuerzo era capaz de contener el creciente pavor que nacía en sus entrañas. Sabía que los cadáveres no deben manipularse antes que la policía. Sin embargo, estimulado por la curiosidad, liberó el capuchón, las manos estremecidas, y cuando la cabeza quedó ante sus ojos, éstos se dilataron, espeluznados, y su cuerpo se reblandeció por dentro, como si sus órganos hubieran terminado por disolverse.
Poco antes, cuando apenas empezaba a clarear, había ingresado a la universidad decidido a solicitarle al decano una evaluación diferida. Sabía que el doctor Braiman trabajaba desde la madrugada, incluso mucho antes de que llegara la secretaria, así que llamó a la puerta del despacho varias veces. Como nadie respondió, consideró prudente inspeccionar: sin un lamento, la puerta cedió al leve empuje de su mano, y entonces se desencadenó el vendaval de acontecimientos que ahora lo estremecía de pies a cabeza. Aunque desde el primer año de facultad había tenido experiencias con cadáveres, en ese instante volvía a sentir la desconfianza, el sobresalto, la repulsión de la primera vez que lo metieron al mortuorio para cerciorarse de su vocación. Sobrecogido, ahogándose en su propio sofoco, incluso le pareció percibir el mordicante olor del formol, y sintió que su estómago se revolvía, y que una saliva floja inundaba su boca, y que sus oídos se llenaban de un ruido silbante, y que todo empezaba a girar, mientras sus pies se negaban a obedecerle y el sudor seguía en avanzada. Fuera se escuchaban las voces de los primeros estudiantes quienes, inocentes de todo, conquistaban los pabellones. Devolvió el capuchón a su lugar, para dejar de ver lo que tenía delante, y sólo entonces se replegó, tambaleante, dispuesto a coger el intercomunicador para llamar al departamento de seguridad. Esperó que alguien contestara para decir:
—El decano está muerto —y acezó—. Muerto.

EL FOLKLORE QUE YO VI

Taita Padre: Santísima Trinidad

Luis Cárdenas Raschio

Cuando se realizó el empadronamiento de indios, se efectuó también la entrega de cofradías, a los principales personajes de los barrios marginales de Huancayo. Estas cofradías consistían en un plato de unos diez centímetros de diámetro, con una cruz al centro, de doce centímetros de alto y casi un kilo de peso. Estas eran guardadas en los barrios de Chilca, Azapampa, Cajas Chico, Umuto y Sapallanga.
Este símbolo sirvió para realizar diferentes faenas y fiestas, desde la época colonial, republicana, y hoy queda solamente en la llamada fiesta del Tayta Padre. Aquí, vemos el fervor religioso del campesinado Huanca. Podemos apreciar a los negritos, o también llamados los Morenos, de Cajas Chico, con pantalones de montar, botas, camisa blanca, saco de bayeta y sombrero de paño negros, pañuelo rojo al cuello, máscara de badana y un fuete para hacer su “sumbanacuy”. También resaltan los capitanes, personajes que antiguamente usaban una chaqueta finamente bordada con hilo de plata, pantalones negros, camisa blanca, un quepí adornado con plumas y su espada en la mano. Estos oficiales tenían un dominio sobre el animal, que incluso llegaban a entrar a la iglesia bailando. Tuve la oportunidad de ver las piruetas que hacían los capitanes. Hoy en día han cambiado de ropa por un terno negro y se colocan una banda de color rojo con el nombre del capitán.
En los inicios de la república, cada barrio tenía que realizar un día de corrida de toros, en la antigua plaza de tauromaquia, que estaba en el recordado mercado de abastos que hoy es un coliseo en ruinas.
Esto es lo que todavía se recuerda del día de la Santísima Trinidad, conocido como Tayta Padre, entronizado por doña Inés Muñoz de Alcántara.
Pronto podremos asistir a la misa de fiesta en la Catedral y también en Sapallanga para deleitarnos con la Chonguinada.

Ganadores del III Concurso Nacional de Cuento y II Concurso Nacional de Poesía “Premio Felizh-2011”

El comité organizador de la III Feria del Libro Zona Huancayo y el sello editorial Bisagra Editores, anuncian a los ganadores del III Concurso Nacional de Cuento y II Concurso Nacional de Poesía “PREMIO FELIZH-2011”.

De entre un total de casi 700 trabajos participantes, se premiarán a los ganadores de ambos concursos durante la FELIZH 2011 que se llevará a cabo del 22 de junio al 3 julio, en el Parque Huamanmarca. El premio consistirá en un monto pecuniario y la publicación de los mejores trabajos en el sello editorial Bisagra.

En la categoría de cuento, el primer premio se lo llevó “Tanatonauta” de Gianfranco Languasco Bellido; el segundo lugar fue para “Barro negro” de Javier Gonzales Flores; el tercer premio es de “Veneno de orquídea” de Juan Manuel Juárez Verástegui. Los cuentos finalistas son “Revelación”, “Historia de Gabriela” y “El descanso”.

En la categoría de poesía el ganador fue Manuel Herencia Villasante con su poemario "Poemas del romántico egoista". Como finalista resultó “El paisaje desnudo” de Eduardo Borjas Benites.

I Concurso Nacional de Microcuento “Premio Solo 4"

ACTA DE JURADO

Los suscriptores integrantes del Jurado del Primer Concurso Nacional de Microcuento “Premio Solo 4”, tras la lectura de los microrrelatos han comprobado que este género ha despertado el entusiasmo entre los escritores del Perú, y que prueba de ello es la gran participación alcanzada.

Tras un arduo trabajo acordaron seleccionar los siguientes finalistas:

El crimen de mi sombra (El misántropo)
Por siempre (Mendrugo)
Metamorfosis (Orpheus)
La muerte (Quilla Huayta)
Mesías (Marco)
La promesa (Lovespring)
Belleza 6 (Maymun)
Oveja (Mandrágora)
Cuarto bestiario (Posible Baldi)
Cicatriz (Maplo)
Hermanos (Penélope)
3. (Henry Onodi)
Respuesta (Madrugada)

De los 13 textos finalistas se eligieron, por mayoría, los siguientes textos ganadores:

1er puesto: La muerte (Quilla huayta)
2do puesto: Belleza 6 (Maymun)
3er puesto: Cicatriz (Maplo)

Asimismo, por unanimidad, el Jurado acordó otorgar Mención Honrosa a los siguientes textos:

Crimen de mi sombra (El misántropo)
Por siempre (Mendrugo)
Metamorfosis (Orpheus)
Mesías (Marco)
Hermanos (Penélope)
Oveja (Mandrágora)
Cuarto bestiario (Posible Baldi)
La promesa (Lovespring)
3. (Henry Onodi)
Respuesta (Madrugada)

El jurado deja constancia de la valiosa contribución de los escritores participantes y el remarcable nivel de los trabajos seleccionados que hicieron muy difícil la selección de los ganadores.

Lima, 13 de junio de 2011.


Carlos Meneses Ricardo Sumalavia
Escritor Escritor


Rony Vásquez Guevara
Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana.


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GANADORES:
1er puesto: La muerte (Quilla huayta) Jovana Calderón Llacta
2do puesto: Belleza 6 (Maymun) Marlon Caro Ojeda
3er puesto: Cicatriz (Maplo) Marco Alegre Palomino
FINALISTAS:
El crimen de mi sombra (El misántropo) Jean Quispe Chanca
Por siempre (Mendrugo) Erik Robles Janampa
Metamorfosis (Orpheus) Hugo Velazco Flores
Mesías (Marco) Marco Alegre Palomino
La promesa (Lovespring) Jovana Calderón Llacta
Oveja (Mandrágora) Graciela Ramírez Santos
Cuarto bestiario (Posible Baldi) Marlon Caro Ojeda
Hermanos (Penélope) Irwin Aguilar Zevallos
3. (Henry Onodi) Enrique Contreras Gutiérrez
Respuesta (Madrugada) Graciela Ramírez Santos

Programa Oficial FELIZH 2011

PROGRAMA OFICIAL FELIZH 2011