domingo, 23 de septiembre de 2012

I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”

Diseño: Robhert Pimentel


El Suplemento Cultural “Solo 4” del diario Correo de Huancayo, en el marco de las celebraciones por los 50 AÑOS DE FUNDACIÓN DE CORREO en la región Junín, y la edición 444 de su suplemento, con la finalidad de contribuir a la producción literaria de nuestro país, convoca al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”, con arreglo a las siguientes bases:

Bases:

1.     Podrán participar todos los peruanos y peruanas mayores de 18 años.
2.     Cada participante podrá presentar hasta dos cuentos.
3.     Los participantes concursarán bajo seudónimo por cada cuento presentado.
4.     El tema es completamente libre.
5.     El cuento deberá ser INÉDITO, escrito en español, y no haber sido presentado con anterioridad a otro concurso nacional o internacional cuyo fallo esté pendiente.
6.     La extensión máxima será de 1200 palabras, digitadas a doble espacio, en fuente Arial 12.
7.     Los trabajos se presentarán en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo, en un sobre de manila tamaño A4 CERRADO dirigido a: I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”;  que deberá contener:
a)  El cuento impreso por una sola cara en papel A4, en TRES EJEMPLARES LEGIBLES, debidamente compaginados, numerados en el extremo inferior derecho. Cada ejemplar impreso deberá contar con una carátula en la que se consignará el nombre del cuento y el seudónimo del participante.
b)  El cuento en soporte electrónico, es decir grabado en un disco compacto (CD), rotulado con el título del cuento y el seudónimo del autor.
c)  Un sobre tamaño carta o similar CERRADO, que en su exterior consigne el correspondiente nombre del cuento y seudónimo, y en su interior una página con los nombres y apellidos del autor, lugar de nacimiento, dirección domiciliaria, dirección electrónica, teléfono (imprescindible) y un breve resumen biográfico, además de una fotocopia simple del documento de identidad (DNI) por ambos lados.
8.     La fecha y hora límites de recepción de los trabajos será el viernes, 05 de OCTUBRE de 2012, a las 6:00 pm. Los trabajos enviados por correo serán considerados válidos siempre y cuando se registre en el matasellos la fecha y hora mencionadas.
9.     El Jurado Calificador estará conformado por tres escritores de reconocido prestigio nacional e internacional, y se dará a conocer junto a su veredicto.
10.  El Jurado Calificador elegirá tres trabajos ganadores, que se harán acreedores a los siguientes premios:
1er puesto: S/. 1,000.00 (Mil Nuevos Soles) y diploma de honor.
2do puesto: S/. 700.00 (Setecientos Nuevos Soles) y diploma de honor.
3er puesto: S/. 300.00 (Trescientos Nuevos Soles)  y diploma de honor.
Además, según su criterio, elegirán a los cuentos finalistas que serán reconocidos por Menciones Honrosas.
11.  El cuento ganador, el segundo y tercer lugar serán publicados, indefectiblemente,  en la edición especial n° 444 del Suplemento Cultural “Solo 4” del diario Correo de Huancayo. Además, junto a los finalistas, serán publicados en los sitios web oficiales de “Solo 4”, en Facebook y en el respectivo blog.
12.  El fallo del Jurado Calificador será INAPELABLE y se publicará 30 días después del cierre de convocatoria, en el diario Correo y en su suplemento “Solo 4”.
13.  Finalizado el concurso, los trabajos que no hayan sido premiados serán incinerados.
14.  La participación en este certamen implica la ACEPTACIÓN DE TODOS LOS PUNTOS antes señalados.
15.  Cualquier omisión de cualquiera de los estamentos en las presentes bases implicará la inmediata descalificación del cuento concursante.
16.  Los casos no previstos se resolverán a criterio del Jurado Calificador y la organización.
                                                                                       
Huancayo, julio de 2012.

Solo 4, “436”, del 22 de SETIEMBRE de 2012, año IX


LA CITA:

“En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural”.

Edgar Allan Poe

LO ÚLTIMO: I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”


En el marco de las celebraciones por los 50 años de fundación de Correo en la región Junín, y la próxima edición 444 de nuestro suplemento, con la finalidad de contribuir a la producción literaria de nuestro país, convocamos al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”.
Los premios de este certamen serán de S/. 1000 para el primer lugar, S/. 700 para el segundo y S/. 300 para el tercero. El tema es totalmente libre. La fecha y hora límites de recepción de trabajos será el viernes, 05 de octubre, a las 6 pm, en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo.
Las bases generales las podrán hallar en nuestro blog: www.suplementosolo4.blogspot.com; o en Facebook como “Suplemento Cultural Solo 4”. Recuerde que ya solo quedan un par de semanas.

Dime qué música escuchas y te diré quién no eres


Jhony Carhuallanqui


Lucho Quequezana

La sorpresa de los vecinos se sumó a la curiosidad de los transeúntes cuando a Ollanta Humala se le ocurrió “modernizar” el cambio de guardia en Palacio de Gobierno, y autorizar que se haga al compás del pegajoso ritmo brasileño “Ai se eu te pego”, y es que escuchar a la banda de los Húsares de Junín interpretar este hit musical —tan distante de la protocolar forma militar—, no podía pasar inadvertido.
Recordemos que cuando Tongo presentó “La pituca” en su versión inglesa, creímos verlo —oírlo— todo; sin embargo, nos dimos cuenta que apenas entendíamos una creciente tendencia musical que para este rollizo intérprete se coronaria con su “Lady be”: una particular forma de homenajear el clásico “Let it be” de The Beatles al arribo de Paul McCartney.
Por eso, no nos sorprende escuchar orquestas típicas tocando rock, pop, salsa o cumbia. La Banda Show Internacional Túpac Amaru interpreta “Lamento boliviano” de los ochenteros Enanitos Verdes y la Banda Nueva Juventud Star ha enaltecido “Soy muchacho provinciano” de Chacalón que, también fuera interpretado por Bareto.
De otro lado, con el “look” de Juan Gabriel y algunos pasos forzados del rey del pop, Michael Jackson, Chiquitín de los Andes interpreta la mulisa “¿Dónde estás my love?”, representación que le valió el título farandulero de “El Michael Jackson de la canción huanca” o si quieren, “El Juan Gabriel del folclor”. ¿Qué opinaría Picaflor de los Andes sobre el moderno estilo de su heredero?
A decir de Néstor García, estamos en la era de las “hibridaciones y apropiaciones culturales”, por ello, no es de sorprendernos escuchar “Para Elisa” de Ludwig Van Beethoven en la afanosa melodía de Los Destellos, sí, en una versión de este grupo de cumbia famoso por su tema “La colegiala”. Así, tampoco debiera impresionarnos el saber que en Nueva York se presentó “Dragon Ball sinfónico”.
Quizá lo más elaborado en este tema es la etnofusión. Un estilo iniciado por Miki González cuando mezcló música afroperuana y andina con jazz y rock, y que a la postre ha encumbrado con fastuosos trabajos Lucho Quequezana, quien nos ha enseñado que combinar charango, quena, zampoña, timbal, guitarra, batería, saxo, bajo y demás, es una forma de integrarnos en la música.
Damaris
Damaris es otro muy buen ejemplo. Una Gaviota de Plata en el Festival de Viña del Mar por “Tusuy kusun” es la mejor prueba. Aquel día, inició su presentación soplando un “waqra pucu” (trompeta de cuerno) para luego dar un espectáculo lleno de talento, destreza e identidad.
Así mismo, Jaime Cuadra presentó su disco “Cholo soy”, y nadie presagió el éxito que tendría. Su arte reinventa la música criolla y el vals en formas electrónicas que las hacen acústicamente más absorbentes. Un estilo que se compensó cuando tres de sus canciones formaron parte de la banda sonora del agente 007 en “James Bond, Quantum of Solace”. Escuchar Mi propiedad privada” acompañada con violonchelo, trombón, saxofón, mezclas electrónicas y fragmentos de la voz original de Lucha Reyes es un regocijo único.
Como vemos, las “hibridaciones y apropiaciones culturales” no son un fenómeno reciente, pero empiezan a masificarse. Así que a disfrutar de Uchpa y sus blues en quechua, y de los Terapeutas del Ritmo con “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd en cumbia.
La aldea global de McLuhan ha hecho posible que escuchemos cumbias en china, y que orquestas típicas sean aplaudidas en Francia. Dejemos la discusión de alienación y mercantilización de identidad a obcecados intelectuales, quienes no  tardarán en entender que se trata de una nueva forma de identidad global: lo “glocal”.

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE


Música para mis oídos

Sandro Bossio Suárez

No recuerdo las nanas de mi madre, ni las de mi abuela, que jamás entonaron nada, acaso solo las de mi tía Raquel, quien canturreaba suavecito para que me durmiera. Lo cierto es que el recuerdo más nítido que tengo de la música me remite a los huaynos y mulizas de Picaflor de los Andes. Recuerdo con más claridad las hermosas canciones “Corazón mañoso” y “Un pasajero en el camino”. Hasta ahora sigo pensando que este generoso cantautor huancaíno, junto con Zenobio Dhaga, son lo mejor que ha dado en música esta parte del país.
Todas las canciones de la Nueva Ola (sobre todo Tormenta, Rabito, Leonardo Favio, Leo Dan y Palito Ortega) acompañaron mi crecimiento, porque era la música que escuchaba mi tío Fernando en su radio portátil mientras se rasuraba, aunque también disfruté con mi madre a la Sonora Matancera (qué imborrables se me hacen las voces de Bienvenido Granda y Celia Cruz). Pero, no contento con estos bellos cubanos, ni con el trío Los Panchos, ni con Celina y Reutilio, también acompañaba a mi tía Maggi a escuchar tangos inolvidables (los de Libertad Lamarque me magnetizaban) y boleros eternos a mi padre (Vicentico Valdés, Lucho Gatica, los Hermanos Rigual, las geniales Xiomara Alfaro y Armando Manzanero).
Al entrar a la adolescencia, se arrimaron a mi vida los cantantes más simples, los más naturales, pero al mismo tiempo los más sentidos y arrolladores, que me sembraron la fascinación por la música romántica: Nino Bravo, Django, Miguel Gallardo, Camilo Sesto (su tema “Con el viento a tu favor” es apasionante y “mendigo de amor” inspiró la anécdota de todo un capítulo de una de mis novelas), Raphael (su canción “No puedo arrancarte de mí” me conmueve hasta las lágrimas), Miguel Bosé (su balada “Morir de amor” sigue siendo mi favorita). Hay una canción especialmente hermosa, “Porque te vas”, de Jeanette que no me deja vivir.
Existen cantantes poco conocidos de esa época ante quienes también me rindo: Albano y Romina (esposos talentosísimos); Amanda Miguel y Diego Verdaguer (otros esposos sobresalientes); Juan Pardo; Massiel; en fin.
Descubrí por entonces al más grande músico de mi vida, al que acompañó mis días desde entonces, al que tocó el fondo de mi corazón: José Luis Perales. Algún día escribiré una larguísima crónica con todo lo que me comunicaron sus canciones. Ahora solo puedo decir que se trata de un compositor extraordinario, descomunal, de una brillantez poética y musical inigualable: los más grandes éxitos de la música romántica han sido compuestos por él, incluyendo “Porque te vas”. Su canción “Buenos días tristeza” es una poesía genuina. Lo mismo puedo decir de la gigantesca capacidad de Juan Gabriel, el mexicano, para cautivar, envolver, indignar con cada una de sus canciones.
Mi interés por la música me llevó a explorar otros rumbos: el rock y el pop. Entonces aparecieron The Rolling Stones, The Beatles, los Bee Gees, los Village People, Tina Turner, Shocking Blue, que eran más antiguos pero recién descubiertos por mí. Llegué incluso a escuchar ‘thrash metal’ y ‘heavy metal’, pero, con honestidad, mi mollera apenas alcanzó para escuchar a Metallica y AC/DC. Entonces volví a los grupos de moda: Men at work, Alphaville, Baltimora, Aerosmith, Pink Floyd, Led Zeppelin, aunque también empecé a alternar con Janis Joplin, Joan Baez y los Guns and roses, de épocas distintas, revueltas, pero de talentos equiparables.
Mención aparte merecen The Police y Queen, dos bandas realmente geniales. El primero sencillamente excepcional. Excepcional por Freddie Mercury, por Brian May, por Roger, por Deacon, por todo. El segundo, a mi gusto, un grupo punk con pinceladas de reggae y no de rock clásico, pero precisamente por ello muy rico. Mis solistas de la época: Peter Shilling, Laura Branigan, Rod Stewart, Falco, David Bowie.
El rock alternativo también me sedujo: me encantan Dido, Radiohead, U2, Oasis, The Cramberrys. Los sigo escuchando.
Un bombazo remeció mi pequeño mundo en 1986: “Devuélveme a mi chica” de los Hombres G (a quienes vi en un concierto fenomenal no hace mucho y todavía con la misma fuerza). Luego vino todo el poderoso rock en español: sobreviven Virus (de los Moura, portentosos) y Soda  Stereo (de Gustavo Cerati, realmente deslumbrante).
En la universidad viré un poco mi interés musical y, extremándolo, me aficioné al gran Chacalón y al grupo Pintura Roja; y al mismo tiempo descubrí la música clásica, sobre todo la barroca, cuya textura me fascina: Vivaldi, Bach, Telemann, Rameau, Handel, Pachelbel, Albinoni. También escuché canto gregoriano.
Como periodista, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchos músicos y cantantes, a Ricardo Montaner, a Olga Tañón (que me gusta mucho), a León Gieco, a Fito Páez, a Susana Baca, pero saboreo mejor la música desde mi sillón: disfruto con Lady Gaga, con Shakira, con Marc Anthony, pero también con Chabela Vargas, con Caetano Veloso, con Chico Buarte, con Omara Portuondo y con la deífica Cesárea Évora.
Ahora, a mi edad, he aprendido a escuchar de todo un poco.

En Abbey Road


Roberto Loayza Cárdenas

Estudios Abbey Road

 Hartos de todo, The Beatles pensaban seriamente en separarse, ya no daban conciertos y acordaron darse un tiempo. Cada quien por su lado, John hizo una película de guerra, George se fue a la India, Ringo partió a casa y Paul se puso a trabajar en un “soundtrack”.
The Beatles
En ese trance, fue McCartney a quien se le ocurrió la idea de formar un grupo ficticio, desasociar la cansada imagen que tenían de ellos mismos y crear algo nuevo. De esa manera surgió la Banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Por aquella época aún había voluntad de trabajar y un orden muy estricto bajo la atenta mirada de George Martin; las sesiones serían nocturnas y se les brindó acceso total al mejor estudio con el que contaba: Abbey Road, el número dos.
Es así que el martes 6 de diciembre de 1966, empezaron a grabar las primeras tomas de una antigua canción de McCartney en clave “music hall”, «When I’m Sixty-Four». Durante las sesiones se estrenaron equipos tales como el pedal Wah-Wah, el Fuzzbox, altavoces Leslie y el ADT, que fue inventado a pedido de Lennon. Esta tecnología permitía manipular las voces para conseguir un efecto múltiple. En “Lucy In The Sky With Diamonds” se aprecia el uso de este sistema.
George, que estaba con toda la temática hindú encima, llevó al estudio a cuatro músicos nativos para “Within You Without You”; nadie más de los “Fab” participó. Paul no se iba a quedar atrás y llevó a diez intérpretes clásicos para su “mozartniano” «She’s Leaving Home».
Para el atronador acorde con el que finaliza «A Day In The Life», utilizaron tres pianos de cola y un complicado sistema de altavoces para sostenerlo durante 40 segundos, este efecto se grabó el viernes 21 de abril de 1967. El disco estaba terminado.
Unas semanas antes, Norman Smith trabajaba en otra de las salas de Abbey Road con Pink Floyd, en su disco debut “The Piper At The Gates Of Dawn”, y a golpe de las 11 de la noche los llevó al estudio dos para que conocieran a los The Beatles, quienes estaban inmersos en “Lovely Rita”; unos tibios saludos sellaron el encuentro.
Sin embargo, el estudio Abbey Road sería testigo de otros de los mayores acontecimientos de la música. Roger Waters estaba preguntándose qué es lo que hace que la gente se vuelva loca, ya lo habían experimentado en cierta forma con el fundador de la banda, Syd.
Junto a los otros tres chicos, cayeron en cuenta de que podría ser, entre otras cosas, los conflictos, la codicia, el paso del tiempo: una buena idea para un disco conceptual, sin duda. Mientras ensayaban en un almacén de propiedad de The Rolling Stones fueron adquiriendo dispositivos nuevos como un inmenso megáfono PA, una mezcladora de 28 pistas y un alucinante equipo de luces. Nueve toneladas en total y tres camiones para transportarlos.
Pink Floyd
El jueves 1 de junio de 1972, en Abbey Road, los Pink Floyd empezaron a trabajar con un viejo tema de Rick, compuesto como parte de la banda sonora de una cinta de Antonioni, “Us And Them”. Alan Parsons, quien había trabajado previamente con The Beatles en el disco del paso de cebra, fue el encargado de la ingeniería del álbum y se fue a una relojería a grabar los sonidos característicos de “Money”. También sería quien presentaría al grupo a Clare Torry para los lamentos de “The Great Gig In The Sky”.
Waters por su parte fue entrevistando a algunas personas que andaban por el estudio para hacerles preguntas diversas, sobre la muerte, la ira y, por supuesto, la locura, e incluirlas en el disco. Luego de una segunda sesión, en enero de 1973, esta pieza para lunáticos variados estaba concluida.

COLUMNA: UN MUNDO PERFECTO


Las canciones de Almodóvar

Jorge Jaime Valdez




La banda sonora en una película es fundamental y los grandes creadores lo supieron desde siempre. Se recuerdan asociaciones brillantes de músicos y cineastas: Bernard Herrmann y Alfred Hitchcock, Angelo Badalamenti y David Lynch, John Williams y Steven Spielberg, Danny Elfman y Tim Burton, Howard Shore y David Cronenberg, Alberto Iglesias y Pedro Almodóvar; la lista podría seguir, pero nos detendremos en esta última dupla para referirnos al universo musical del director español.
El estilo de Almodóvar es una marca registrada, y parte importante de este logro es la música compuesta y dirigida por Alberto Iglesias, el responsable de ponerle sinfonías al cine intimista del manchego, casi tan universal como el Quijote.
Sin embargo, no sólo la columna sonora de Iglesias es memorable en los filmes de Almodóvar, sino también su exquisita selección de temas de la música popular de diferentes partes del mundo, que dan cuenta de una sensibilidad especial para elegir temas y ubicarlos en el momento preciso y decisivo para conmover con naturalidad a sus rendidos  admiradores.
Varios cantantes interpretaron personajes dentro de la ficción, como Alaska en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (1980), primer largo del cineasta, o Miguel Bosé en “Tacones lejanos” (1991). Otros tantos aparecieron interpretando sus propios temas, con sus voces y presencias pusieron un sello particular a la galería de personajes memorables del variopinto universo “almodovariano”.
Recordemos a Chavela Vargas en “La flor de mi secreto” (1995), a Caetano Veloso cantando “Cucurrucucú paloma” en “Hable con ella” (2002) —mientras varias “chicas Almodóvar” lo contemplan y el actor argentino le dice conmovido a Rosario Flores (hija de otra grande, Lola Flores), que “ese Caetano le parte el alma”—, o a Concha Buika, cantante de origen africano, en “La piel que habito” (2011).
Por otro lado, intérpretes del son popular fueron rescatados del injusto olvido, y los escuchamos con sus inconfundibles voces poniéndole alma a las ficciones, en algunos casos exageradas, del buen Pedro. “Lo dudo” de Los Panchos en “La ley del deseo” (1987) no podía sonar mejor, para dar cuenta de un amor homosexual que se debate entre el deseo y la muerte, o “Ne me quitte pas”, ese clásico francés, en la misma cinta.
Lola Beltrán cantando la ranchera “Soy infeliz” resulta una compañía inmejorable para las “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988), o La Lupe cerrando este filme con “Puro teatro”, que le dio presencia internacional a su director. El gran cantante cubano Bola de Nieve y Chavela Vargas acompañan en su dolor a una mujer caracterizada por Marisa Paredes que sufre por amor en “La flor de mi secreto”.
Otro grande que acompañó a Almodóvar en “Tacones lejanos” fue Ryuichi Sakamoto, quien había ganado el Oscar por “El último emperador” (1987) de Bernardo Bertolucci. Marisa Paredes aparece en el escenario cantando “Piensa en mí”, ese bolero inmortal, que en realidad pertenece a Luz Casal, con esa voz que acaricia.
En  “Todo sobre mi madre” (1999), Ismael Lo, cantante senegalés, acompaña con “Tajabone” a Cecilia Roth volviendo a Barcelona para reencontrarse con su pasado. En “Volver” (2006) vemos a la hermosa Penélope Cruz cantando ese tango desgarrador que da nombre a la cinta, sin embargo, está detrás la voz de la catalana Estrella Morente.
Además de los mencionados, colaboró con Pedro Almodóvar, Ennio Morricone que compuso la banda sonora de “Átame” (1990), que mezcla a Miles Davis y “Resistiré” del Dúo Dinámico cantado por Antonio Banderas, Victoria Abril y Loles León al final de la historia. Extravagancias que pueden resultar solo con un artista de la talla del creador que nos ocupa. Lo exquisito y lo “kitch” se dan la mano sin sonar discordantes.
Cerramos este apretado repaso hablando de “Carne trémula” (1997), que tiene uno de los “soundtracks” que más se recuerda, no sólo por las partituras de Alberto Iglesias, sino por la voz agrietada de Chavela Vargas cantando ese bolero de siempre: “Somos”, mientras dos amantes se quieren con pasión. “Sufre como yo” es una canción de despecho absoluto interpretada por Albert Plá, o “El rosario de mi madre” compuesta por el peruano Mario Cavagnaro, ese clásico de la música criolla, suena inmejorable en su versión flamenca, poniéndole sonido al dolor lacerante de Javier Bardem.

MICROCUENTO:


El fantasma de la ópera

Alberto Benza González



En las noches,  mientras Giácomo termina de cantar la ópera “La triavata” de Verdi, se muestra afligido al saber que el personal de seguridad comenta que escuchan a una alma en pena.

PERFUME DE MUJER


Silencio de Blanca

José Carlos Somoza



Apreté los dientes mientras frotaba el rostro contra la tensa irrupción de sus pechos y golpeé con fuerza su nalga derecha. Ella se venció haca delante, como faltándole el equilibrio, y lanzó un gemido ahogado. Sus pechos golpearon mis mejillas como el rostro de dos niños; en ningún momento mis manos los habían tocado, pero estaban casi desnudos: el sujetador, de una sola banda horizontal, no los contenía y se alzaban impúdicamente sobre ellos mismos.

Joy Division


Ricardo Rodríguez Zegarra



Era 1976 y el punk había tomado como suyo parte del Rock & Roll. Su actitud de destrozar todo, de ser contracultural, rebelde,  movilizaba a la juventud inglesa. La ideología partía del “Hazlo tú mismo”, y con esta perspectiva cuatro jóvenes de Manchester decidieron formar una banda después de ver a Sex Pistols en una presentación ruidosa, enérgica, agresiva.
Ian Curtis, Bernard Summer, Peter Hook y Stephen Morris no definieron su sonido ni nombre hasta 1978. Comenzaron como una banda punk llamada Warsaw, y como cualquier otra del estilo sus canciones estaban marcadas por la  fuerza y agresividad. «El punk te permitía decir "Vete al diablo” (fuck off). Pero de alguna manera, no podía avanzar. Sólo era una simple frase de furia de dos sílabas venenosas que era necesaria para volver a encender el rock'n'roll. Pero tarde o temprano alguien querría decir más que "vete al diablo". Alguien querría decir "estoy arruinado". Y fue Joy Division la primera banda en hacerlo. Usar la energía y la simplicidad del punk para expresar emociones más complejas» (“Joy Division Documental” de Grant Gee).
Además del cambio de expresión en lo que Joy Division quería decir, estaba lo sencillo de su ejecución y lo complejo del sonido. La guitarra y el bajo se encontraban en constante competencia, por veces saturados, y por momentos con pausas cadentes, que incitaban al baile de Ian Curtis. La batería de Stephen Morris tenía una ejecución nueva, sus ritmos acelerados dejaban la base exacta para “riffs” desenfrenados o algún otro cambio de intensidad.
Todos estos nuevos sonidos encajaron de forma mágica y perfecta con la voz de Curtis, su tono de voz grave que estallaba en el momento exacto, imprimía de oscuridad y tinieblas las canciones. Martin Hannet, el productor de los discos de Joy Division describió su sonido como: “Música de baile con sobretonos góticos”.
«Y quedó paralizada en el suelo, pensé que había muerto. Ella dijo: he perdido el control otra vez, ella perdió el control. Y se paseaba sobre el borde de ningún escape» (“She’s Lost Control” del álbum “Unknow Pleasures”).
Su historia pudo haber sido como la de cualquier otra banda, un primer disco con sonido y concepto nuevos, buena performance y un talento innegable. No imaginaban que desde Manchester escribían el inicio de la historia del Rock de los últimos 30 años.
Curtis fue quien hizo mítica la historia de la banda, su baile desenfrenado terminó por ser un real ataque de epilepsia que lo enterró en una profunda depresión a sus 22 años, esto sumado a sus problemas sentimentales por la infidelidad en su matrimonio, lo que lo desestabilizó hasta llevarlo a un  intento de suicidio sin éxito.
«Cuando la rutina aprieta y las ambiciones están por los suelos, el resentimiento aumenta, pero las emociones no crecen. Y al cambiar nuestros caminos, tomamos carreteras diferentes. El Amor, el amor nos destrozará otra vez» (“Love Will Tear Us Apart” del single Love Wil Tear Us Apart”).
“Closer,” el segundo y último disco, fue más introspectivo, con canciones mejor compuestas y producidas, dentro de un espectro musical más amplio. Los sintetizadores y efectos tomaban el protagonismo en los instrumentos, mientras se escuchaba a Ian mucho más oscuro y destrozado. El resto de la banda creyó que estaba siendo profundo, no que en sus canciones hablaba sobre él.
«Tengo que encontrar mi destino, antes de que sea demasiado tarde. Así que esta es la permanencia, el amor es el orgullo destrozado» (“Twenty Four Hours” – del álbum “Closer”).
Ian Curtis se suicidó el 18 de mayo de 1980, en la cocina de su casa después de discutir con su esposa. Se colgó mientras escuchaba “The Idiot” de Iggy Pop. Fue este hecho lo que terminó haciendo mítica la historia de Joy Division. Hay quienes dicen que este suceso puede estar por encima de la muerte de Lennon, y que terminó marcando el concepto de una generación, que terminaron siendo bandas como The Cure, The Smiths, Radiohead, Caifanes, Dolores Delirio, R.E.M., U2, Bauhaus, Interpol, Cardenales, Voz Propia y un infinito etcétera.