miércoles, 11 de septiembre de 2013

Solo 4. Edición 486, del 07 de SETIEMBRE de 2013. Año IX


LA CITA:

«El fútbol era sólo cosa de machos (...) Quien no conoce las tristezas deportivas no conoce nada de la tristeza. Esa vez, como muchas otras veces, salimos del estadio con la muerte en el alma, desesperados de la vida, sin saber cómo podríamos consolarnos del fracaso de nuestro equipo.»

Julio Ramón Ribeyro, Atiguibas

LO ÚLTIMO: II Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”


En el marco de las celebraciones por los 51 años de fundación del diario Correo en la Región Junín, y el 10mo aniversario de nuestro suplemento, con la finalidad de contribuir a la producción literaria de nuestro país, convocamos al II Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”.
Los premios de este certamen serán de S/. 1000.00 para el primer lugar, S/. 700.00 para el segundo y S/. 300.00 para el tercero. El tema es completamente libre. La fecha y hora límites de recepción de trabajos será el viernes, 18 de octubre, a las 6 pm, en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo.
Las bases generales las podrán hallar en nuestro blog: www.suplementosolo4.blogspot.com; o en la página de Facebook “Suplemento Cultural Solo 4”. Corran la voz y participen.

El hombre de todas las letras


Sandro Bossio Suárez

«Hermanos, somos parte de un diverso y creciente movimiento teatral peruano, que con el tiempo adquirió una dinámica movilizadora con particularidades no sólo estéticas, sino en su capacidad organizacional».
Así habla Eduardo Valentín Muñoz, con voz firme y estentórea, sin reticencias. Hombre de letras de largo cuño, de propuestas, de acción en todas sus facetas, en los años setenta renovó la dramaturgia regional en la línea del teatro radical y experimentativo, de ese teatro que solo se puede hacer sobre los escenarios de la propia vida. Entregado desde entonces a un teatro más literario, menos artesanal, Valentín Muñoz siguió luchando contra lo que cree injusto y atacando sin miramientos los males de nuestro tiempo. Luchó contra la segregación del campesino, la dominación del obrero, las injusticias raciales, la falta de alimentación de los escolares. Luchó, y nadie lo puede negar, contra la violencia que extendía sobre nosotros sus monstruosas alas de murciélago, al punto que, tiempo después, fue uno de los más lúcidos y valerosos testimoniantes de la Comisión de la Verdad.
Valentín Muñoz es un actor nato, un maestro nato, un verdadero dramaturgo. Pero también es un docente de mucho éxito, un aguerrido funcionario, un gran propulsor cultural; incluso, un honesto dirigente sindical, rara especie en nuestra realidad. Con su trabajo incansable ha prestigiado de forma extraordinaria a Huancayo, a la región Junín y al Perú entero. Nació en Huancayo, creció en Huancayo, lidió por Huancayo, pero desde esta tierra, que es como un atalaya en el país, creció nacionalmente, desarrollando una de las propuestas más genuinas de la época.
Es autor de más de cincuenta obras entre poéticas, narrativas y teatrales. Por ello, y con justa razón, ha sido considerado en la antología “Voces del interior”, de la Universidad Norteamericana de Minessota – Pensylvannia, de los Estados Unidos de América y en la “Encyclopedia of Theatre and Performance” de la Universidad de Oxford del Reino Unido. Su voz surgió desde las entrañas de la tierra. Y sigue surgiendo: «El artista de los escenarios convencionales y de aquellos que han optado por la complejidad de los espacios no convencionales, articulan una red todavía difusa e inconsistente, pero solidaria y rica en humanidad».
Nos ha entregado más de cincuenta obras. Sus trabajos más resaltantes son “Vallejo profundo”, “La Mamacha de las Mercedes”, “Cáceres, el estigma de la guerra”, “Voz de tierra que llama”, “El retorno de Ulises”, entre otros.
Nosotros nos quedamos, claro, con “Voz de tierra que llama”, una obra ciclónica, poderosa, preponderante que, en su momento y con gran valentía, lanzó al aire el grito que los más pobres no podían lanzar en contra de la violencia y la opresión. Pero nuestro hombre de todas las letras también brilló como promotor cultural, pues fue el fundador del Festival Escolar de Teatro “Túpac Amaru”, en 1972, con 40 años de vigencia, y también del  Encuentro Nacional del Festta.
Sin embargo, su obra maestra se asienta sobre la fundación del Grupo de Teatro “Barricada”, fundada en 1976, con más de 35 años de labor inagotable, y una producción de 22 obras de teatro estrenadas, representando al Perú en eventos internacionales. Sus últimos desempeños han sido el de Presidente del Congreso Nacional del Movimiento de Teatro Peruano (2007) y el de Presidente del Movimiento de Teatro Peruano “Motín” (2009-2011).
Y como su voz es infatigable, indestructible, la resonancia de su palabra seguirá por mucho tiempo llenando los escenarios.

Cultura y sociedad


Jorge Escobar Galván


En el interior de una sociedad primitiva no puede haber separación entre los diferentes elementos de la población. Se pueden encontrar variantes de riqueza, pero la desigualdad que existe no es la misma que en la nuestra.
Las sociedades primitivas se caracterizan por no tener escritura, pero aparecen en ellas la explotación económica. En algunas se practicaba la esclavitud y había acumulación de riquezas en provecho de una clase. En las nuestras, en cambio, se manifiesta un desnivel impensable sobre esto.
Según Lévi-Strauss, en las sociedades complejas hay una gran diferencia entre el grupo que se dedica a la producción y el que elabora la cultura. Ocurre como si la conciencia hubiera pasado a ser patrimonio de un determinado número de individuos y los demás se hubieran quedado sin ella, como si se hubiera refugiado en una minoría o si el conocimiento se les hubiera escapado a algunos como si éste se encontrase demasiado lejos o fuese demasiado complejo.
Se trataría más de una especialización que de una jerarquización. En las sociedades indígenas la totalidad de la población participa, de manera mucho más plena y completa, en la cultura del grupo.
Nuestra comunidad no se reconoce en quienes elaboran su cultura. En las colectividades primitivas tenemos esa participación masiva en forma de grandes ceremonias, fiestas o danzas que ocupan un lugar considerable en su vida, incluso, más que en las actividades consagradas a la producción. Los sabios, los sacerdotes, los directores ceremoniales son la ejemplificación de un modo de vivir, de un tipo de conducta o una manera de comprender el universo que es el grupo en su totalidad.
Tomemos, por ejemplo, el caso de las castas de herreros en “otras” sociedades. Los herreros tienen que ver no con los animales y la vegetación, sino con el mineral que se encuentra en el interior de la tierra y con el fuego, son los poseedores de un saber y técnicas que pertenecen a un orden diferente. En consecuencia, se les asigna una posición particular, de respeto y temor a la vez, de admiración y hostilidad que se parece o tiende a asemejarse a la posición que ocupan algunos especialistas hoy en día.
En nuestra sociedad, los “sabios” generan sentimientos muy ambiguos que asocian temor y repulsión y, a la vez, una admiración casi mística y religiosa. Actitudes muy semejantes en las primitivas hacia los herreros.
Por “sabio” no hay que entender únicamente el significado literal de la palabra,  sino incluir a «todos los que crean un modo de pensamiento»: pintores, poetas, músicos, los “intelectuales” que en nuestras sociedades están cada vez más aislados. Elaboran la cultura, pero el grupo no considera que su cultura sea elaborada por una minoría.

IMPRESCINDIBLES / CINE (PRÓXIMOS ESTRENOS):


Selección y textos: Roberto Loayza Cárdenas

The Wolf of Wall Street


El ex fraudulento corredor de bolsa y, ahora, orador motivacional Jordan Belfort, es el nuevo personaje maldito dentro de la filmografía de Martin Scorsese y es también la más reciente caracterización de Leonardo DiCaprio. Este dúo ya ha demostrado grandes cosas y se espera con interés para fines de año. La mafia y Wall Street, que “no es lo mismo pero es igual”, en otro descarnado retrato neoyorquino. Se estrenará el 15 de noviembre en los Estados Unidos.

Blue Jasmine


Luego de la mediocre A Roma con amor, parece que Woody Allen vuelve a sus fueros con Blue Jasmine, donde la pálida Cate Blanchett dará vida a una “socialité” en quiebra que encontrará su supuesta salvación en Hal, un hombre adinerado e interpretado por Alec Baldwin. Allen regresa a Nueva York, lugar donde vieron la luz sus mejores filmes. Con un poco de suerte se verá en las salas peruanas en las próximas semanas. Los que la vieron dicen que está entre lo mejor de la última filmografía de su genial creador.

Oldboy


A Spike Lee se le debe el clásico contemporáneo Haz lo correcto, entre otros grandes films. Por su parte, se dice que Old Boy es la mejor película coreana de la historia. Hecha la ecuación, no es apresurado decir que el “remake” es uno de los estrenos más esperados del año, esta vez el sufrido protagonista será interpretado por Josh Brolin (Llewelyn en Sin lugar para los débiles). El estreno en nuestro país está programado para el 31 de octubre, a cruzar los dedos.

COLUMNA: DESDE EL ATELIER


Eamon Oré Girón: resistencia, protesta y poética

Josué Sánchez


Eamon Oré Girón nació en 1973, en Tucson, Arizona (EE.UU.), de padre peruano y madre americano–irlandesa.
Desde muy temprana edad mostró inclinación hacia el arte, ganando un segundo premio de pintura en el estado de Colorado siendo aún estudiante de secundaria. Por esos años realizó una exposición en el AKA Theatre Tucson Art que afianzó su vocación y lo decidió a estudiar dibujo y pintura, estudios que realizó en el Art Institute de San Francisco los años 1992 a 1996.
En la actualidad, es ya un artista consagrado. De sus inicios se recuerda sus exposiciones en San Francisco, California, en las galerías de arte “Freespace”, el año 1994, y “Diego Rivera”,  los años 1994, 1995 1996. Desde entonces, a la fecha, ha realizado múltiples exposiciones, destacando su muestra individual “Contrabando del Sol” realizada en junio pasado en la Gallerie Nicelle Beauchene. Hoy, tiene una exposición titulada “Esto no es Estados Unidos: resistencia, protesta y poética”, en el Museo de Arte de la Universidad del Estado de Arizona. 
A través de todos esos años, la obra de este joven pintor ha experimentado un proceso de cambio, pasando de lo propiamente académico aprendido durante sus años de estudio, a lo que realiza hoy, y que configura un estilo que se puede definir como conceptual-figurativo, término que alude a una conceptualización de la realidad a través de símbolos significativos.
Eamon Patrick Oré Girón (Tucson, Arizona – 1973).
En el caso de Oré Girón, esta conceptualización tiene que ver con una particular forma de ver el mundo a partir de su muy especial circunstancia como descendiente de inmigrantes. El artista tiene un sentido sumamente crítico y hasta cierto punto “justiciero” —podría decirse— de visualizar las diferentes actitudes y conductas de su entorno, practicando un grafismo crítico que nos permite una lectura, cual historieta, de una realidad que transcurre como un largo viaje sin retorno a través de una cinta sin fin que se desplaza, con un movimiento melódico, en medio de un desolado túnel, planos con entradas y salidas desconocidas que simbolizan la danza de la vida y de la muerte y donde entes extraños cobran aliento evocando las fantásticas y las traviesas criaturas de El Bosco, pintor al cual el artista confiesa admirar. 
Esta dualidad vida–muerte está presente en toda su obra, asumiendo diversos simbolismos que Oré Girón toma de distintas filosofías, a las cuales ha podido acceder a través de sus muchos viajes por el mundo. Transeúnte atento de antiguos caminos, México y la India le son tan familiares como Perú e Irlanda. En todos estos países ha buscado y encontrado la persistencia de la historia, la fuerza de los antepasados y su continuidad en una permanente búsqueda de la identidad como ser humano y como joven de hoy.
Joven pintor de origen peruano-norteamericano, sus dibujos y grabados combinan el diseño gráfico contemporáneo con el folclor turístico y el arte popular, gracias a su profunda capacidad de observación y abstracción de la naturaleza humana en su siempre móvil contexto social.

PERFUME DE MUJER:


Los inocentes

Oswaldo Reynoso



Rapidito me fui a casa de Alicia. Silbé. Salió. Y estaba bien rica: ojerosa y con olor a cama sucia que arrechaba. La invité al cine. Me dijo que su mamá no la dejaba salir y que, además, tenía dolor de cabeza. Siempre lo mismo conmigo. Con Carambola es diferente. Para Carambola, su mamá la deja salir hasta de noche. Y ¿por qué, entonces, coquetea conmigo? (...) Le hubiera besado las manos y nada más. En ese momento la odié, la quise ver muerta, muerta; pero, ahora, qué raro, la quiero. No hay caso, estoy sufrido por ella. Templado hasta la remaceta.

POESÍA: El alfabeto


Josué Galdós Talaverano

Idioma de suave y melodioso timbre,
de palabra radiante y reflexiva
con majestad enlazas mitos y luego el verbo
de la escritura a la lectura.

Con estas dos ágiles manos
inmensas como la playa
y con las miradas torpes
pero con el verbo más sencillo.

En donde sufre y agoniza el alma
Con el gesto desesperado
Que llega tan fácil al pensamiento
Al corazón de los hombres.

Mamacha Cocharcas incrustada entre rocas


Nilo Inga Huamán

Barrio Virgen de Cocharcas – Sapallanga.
Es más de las once de la mañana. «Nos toca alistar el escenario», comentan los actores, mientras el escarabajo blanco nos lleva al barrio Virgen de Cocharcas, allá en Sapallanga.
A lo lejos vemos la pequeña capilla rojiza. «Mi corazón salta de entusiasmo», dice el actor. No puede ser mejor, pues toda la población, en faena comunal, alista la plazuelita que será el escenario. «Vamos a ayudar».
Es la una de la tarde: «Juan, Chino, Patricio, vayan a su lugar».
Quimichi ya está bajando del cerro Ullacoto, cual caminante a paso de peregrino nos canta un triste jarawi. En su espalda lleva consigo la imagen de Mamacha Cocharcas. Algunos pobladores la esperan con rezos, flores y chicha de jora para aplacar su sed.
Así se viene la noche. Un poblador caritativo le ofrece posada, pero nuestro caminante, antes de cerrar los ojos, levanta su mirada y en su oración le pide a la Virgen que cure sus males y que, al final de su sendero, brille la luz junto a una familia.
El canto del gallo anuncia el nuevo amanecer, Quimichi descubre la cajuela donde llevaba a la virgen y su rostro nos deja entender que la Mamacha ha desaparecido. Desesperado la busca en todo el pueblo y luego de un buen rato cae al suelo arrodillado. Mirando al cielo se persigna, toma sus cosas y se va para nunca más volver.
Han pasado los días, entre rocas y retamales han brotado aguas cristalinas del manantial. Una pastorcilla que ha traído sus carneritos para alimentarlos escucha entre el matorral el llanto de un bebé. Se asoma curiosamente y ve a una mujer con su hijo en la espalda, lavando pañales. No tarda mucho en surgir una linda amistad entre las dos.
Así, la niña cada día, alegremente, le ayuda a lavar los pañales y a jugar con el bebé. Sin embargo, desde entonces, llega más tarde de lo acostumbrado a casa. Por esto, un día sus padres la siguen. Cuando ven lo que pasaba, un relámpago hace que desaparezca la señora junto a su hijo.
La familia consternada trata de encontrar una respuesta lógica a lo ocurrido. Todo se torna misterioso, más aún cuando en el lugar encuentran, incrustada entre las rocas, la escultura de una mujer con su hijo entre brazos: es Mamacha Cocharcas convertida en una hermosa piedra.
No dudan en avisar a los vecinos y, en asamblea comunal, los pobladores recuerdan las travesías de Sebastián Quimichi. Una anciana del pueblo, con su buen wanka limay, dice: «La mamacha en sueño me ha revelado que quiere quedarse con nosotros, hay que demostrarle con alegría, con canto, con rezos, con danzas que la queremos».
Efectivamente, toda la comunidad se organiza por barrios. Vienen con la Chonguinada, el Apu Inca, las Collas y los Calachaquis. Así, la Mamacha, por fin, puede desprenderse de la roca. Ahora, con alegría desbordante la llevan al santuario mayor de la iglesia de Sapallanga.
«¡Corten! Bien muchachos terminó el ensayo, hay que alistarnos para la escenificación de mañana. Vámonos, suban al escarabajo».