domingo, 30 de diciembre de 2012

Solo 4, “450”, del 29 de DICIEMBRE de 2012, año IX


Edición Fin de 2012

LA CITA:

Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.

Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento

LO ÚLTIMO: Descargue el libro digital “Premio Solo 4”




Hace poco premiamos a todos los ganadores y finalistas del I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”, y publicamos en nuestra edición 444, los relatos ganadores. Sin embargo, aún tenemos algunos textos que usted, estimado lector, no ha descubierto.
Las fiestas de fin de año aún se celebran, hay algunos días de descanso y, si así lo desea, usted podrá descargar, completamente gratis, el libro electrónico “Premio Solo 4”. Esta edición reúne todos los cuentos premiados y estará disponible para ser leído en cualquier medio digital.
Lo único que tiene que hacer es visitar nuestra página en Facebook, o nuestro blog (http://suplementosolo4.blogspot.com/), y bajarlo a su computadora.
Es un regalo para usted y su preferencia. ¡Próspero año nuevo!

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Los Auquish, fiesta de año nuevo


Nilo Inga Huamán



“Los Auquish” es una manifestación cultural, viril, alegre y jocosa, que se celebra, mayoritariamente, en Huáchac, distrito de Chupaca – Junín. Esta danza ancestral, guerrera y religiosa, se baila los primeros días del año en homenaje al nacimiento del Niño Jesús, como parte de las festividades del valle del Mantaro por año nuevo.
En su etimología, “Auquish” proviene del vocablo quechua que significa anciano o viejo, quien recibía el liderazgo único de autoridad por su sabio conocimiento. Su origen data desde épocas preincaicas, enmarcándose en antiguos vestigios de pobladores que moraban en las majestuosas tierras de “Hanan Wanka”. Entre estos mudos testigos, se encuentra el antiguo pueblo de Waturi, que en sus faldas aloja los poblados de Marcatuna, Antapampa, Huayao y Huáchac.
Los moradores de entonces desarrollaron manifestaciones con las que se daría inicio a esta costumbre, pero no como un baile, sino como una celebración a sus Dioses, las divinidades de la naturaleza.
Al tomar posesión del territorio, la cultura Inca implantó sus creencias y costumbres sobre los Wankas, los que fueron sincretizados con el paso del tiempo.
Claramente se puede identificar en esta danza características y números coreográficos, entre los que destacan la salida y bajada de los cerros, las ceremonias, las vueltas y pisadas del águila, el “Cundurmuyuy” (la vuelta del cóndor), el “Amalumuyu” (la vuelta de la culebra), el bastón en forma de serpiente, las estrellas en relación a la Cruz del Sur, entre otros.
Con la colonización, la ideología divina y religiosa de los españoles se impuso también en “Los Auquish”, reemplazando algunas de las particularidades ancestrales por la veneración de imágenes de santos, cascabeles, sonajas, el quitarse el sombrero, o la adoración al Niño Jesús, y muchos más. De esta forma, el catolicismo iba evolucionando e incrustándose como una expresión espiritual más del poblador.
El año 1879, durante la guerra con Chile, la población de entonces salió a defender nuestras tierras. Tras este hecho histórico, los valientes guerrilleros sobrevivientes retornaron a Huáchac con “guapidos” de coraje, llevando consigo la bandera peruana en la espalda. Con la tristeza de algunos y la alegría de otros, tomaron, cantaron y bailaron lo que ya tenían como costumbre.
De esta forma nace “Los Auquish” como tal, teniendo en sus características mayores la capota con la bandera peruana a la espalda, el desfile, y los pasos coreográficos inspirados en los ejercicios guerrilleros durante la Guerra del Pacífico.
Posteriormente, se conservó esta costumbre por los licenciados del ejército que, al concluir su servicio militar, se encargaban de organizar y bailar esta danza utilizando el atuendo característico de milicia. Así, se ha mantenido en el tiempo, y se celebra indefectiblemente cada inicio del año en Huáchac.

Visite Huáchac:

Hermoso y atractivo pueblo ubicado en la margen derecha del Valle del Mantaro, a 17 km de la provincia de Huancayo. El espacio natural “bendecido por Dios”, a decir de muchos, inspira a denominación: “La sucursal del cielo”, y lo invita a disfrutar de su fiesta, “Los Auquish”, desde el 01 hasta el 04 de enero.

Discos 2012


Roberto Loayza Cárdenas



Balance del 2012 en música: Oídos sangrantes de Wachiturros, de coreanos aparatosos, de un baile equino, de casi todo lo que suena en las radios y hasta en los canales de música por cable, pero ¿quién dijo que todo está perdido?
Leonard Cohen, viejo zorro, vuelve esta vez iluminado con su relajado y repleto de buen humor “Old Ideas”, el primer gran disco de este año que, felizmente, se termina.
A pesar de ser apenas su segundo álbum y de estar inmersos en el “indie” Fun, sorprende con su segundo disco: “Some Nights”, tal vez la mejor banda de este género tan manoseado. Del que se esperaba más es de “The Boss”. Bruce Springsteen presentó en marzo su “Wrecking Ball”, el de New Jersey anda muy político desde el 09/11 y este disco, si bien no desentona, se hace pesado por momentos.
A manera de hallazgo, aparece Grimes, denostando toda la parafernalia de Lady Gaga y surgiendo como una verdadera princesa alienígena del pop con el fascinante “Visions”.
Jugando entre el desamor y el abandono, pero con una hermosa calidez Jack White, ex White Stripes, nos brinda su enorme debut solista “Blunderbuss”, contradictoriamente deliciosa. Otra que anduvo con el corazón desangrando fue Norah Jones, tensa y conmovedora, pero con elegancia en “Little Broken Hearts”, dolor que seduce.
El enorme Rufus Wainwright adorna todos los recuentos anuales con discos maravillosos, esta vez “Out Of The Game”, producido por Mark Ronson, nos lo muestra más disipado y hasta bailable. Garbage, siempre de la mano de Shirley Manson, prueba madurez, y eso puede quitarle seguidores a “Not Your Kind Of People”, nostalgias del pasado.
Desde Islandia, Sigur Rós y mucho del mejor rock experimental que se hace en el globo con “Valtari”, un elevador hacia mundos intensos, mágicos, aterradores y bellos.
Tal vez, solo tal vez, el disco del año sea el de Fiona Apple, acostumbrada a extensos e irrecordables nombres de álbumes, éste empieza con “The Idler Wheel Is Wiser Than The Driver of the…” Tardó siete años la bella cantautora para emprender un viaje lleno de amor, paranoia, dulzura y diversión.
Desperezados de la pompa de su disco anterior, Smashing Pumpkins vuelve a sus mejores dominios con “Oceania”, bellamente producida y cerca a ser la obra cumbre de la banda.
Rompiendo el equilibrio entre placer y dolor, Antony And The Johnsons, y la mejor producción en vivo del año: “Cut The World”.  Una orquesta de cámara le brinda el entorno necesario al psicodrama del genio oscuro y bello que es Antony Hegarty. Otro concierto que no tiene pierde es el de Blur y su ansiado retorno, a propósito de su presentación en los Juegos Olímpicos de Londres. “Parklive” se llama el disco doble.
Swans, poco conocidos pero con una gran historia, nos demuestran otra obra imprescindible: “The Seers”, a descargarla de inmediato. Mark Knopfler, ex Dire Straits, para los despistados, y su obra más ambiciosa, la doble “Privateering”, todo el arsenal de este monstruo de la música de manifiesto.
El plato más esperado del año llegó en setiembre, Bob Dylan, 50 años después, demuestra que está en pleno uso de sus poderes, aunque con algunas caídas. “Tempest” es un disco de primera.
Pet Shop Boys con “Elysium” nos hacen temblar a los fans con los rumores del fin del dúo, el disco tiene canciones monumentales, pero también resbalones serios. Neil Young se rectifica de su tremendo error llamado “Americana”, lanzado también este año con el ruidoso y genial “Psychedelic Pill”.
Por último y para los nostálgicos, llegó el inolvidable concierto de reunión de Led Zeppelin de 2007, en filme y audio bajo el nombre de “Celebration Day”, y con el hijo de John Bonham, Jason en las baquetas. Poco más que decir, por falta de espacio y más discos buenos.

IMPRESCINDIBLES / LIBROS DEL AÑO


En busca de la sonrisa encontrada

Oswaldo Reynoso 



“Creo que ahí descubrí la secreta pasión de mis viajes: la contemplación mística, sensual, de los rostros: el verdadero paisaje de mi país.” Esta es la frase que cierra el libro en la contratapa (Cascahuesos, 2012), pues Reynoso nos encandila siempre, con cada uno de sus detalles. Este texto tendrá que ser descubierto por su lector, quien querrá saber si es poesía, si es novela o cuento, o tal vez, una resumida biografía.


La ciudad y los perros

Mario Vargas Llosa



«Hace cincuenta años la editorial Seix Barral publicaba, tras muchas peripecias para sortear la censura española, “La ciudad y los perros”, la primera novela de Mario Vargas Llosa. Al cumplirse el cincuentenario de su publicación, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española quieren rendir homenaje a nuestro premio nobel con una nueva edición de la obra que marcó el comienzo de su trayectoria». (Presentación de Alfaguara)


Tromba de agosto

Jorge Pimentel



Roberto Bolaño declaró sobre “Tromba de agosto”: «Tromba de Agosto, Pimentel parte de Vallejo (en Ave Soul el punto de partida era la cultura) y llega a una zona oscura en donde intuimos se agitan bultos que son seres humanos. Esos seres humanos en “Ave Soul” hablaban, explicaban sus historias de folletín, a veces incluso danzaban. En "Tromba de agosto" simplemente están allí, como figuras de un mural gigantesco, y lo único que nos comunican es el horror». No es necesario decir más de un imprescindible.

COLUMNA: UN MUNDO PERFECTO


Cine 2012: las mejores películas

Jorge Jaime Valdez

Como ya es una penosa costumbre, lo mejor del cine no llegó a Huancayo. Varios de los mejores filmes que se proyectaron fueron del 2011, sin embargo, por problemas de distribución, recién las vimos este año. A continuación, una lista arbitraria, desde mi modesto punto de vista, de lo mejor que vimos en nuestro único multicine:



La invención de Hugo Cabret (2011) Un hermoso homenaje a los primeros años del cine, de la mano de su primer mago, George Meliès, revisado por un amante confeso del séptimo arte y uno de los grandes creadores contemporáneos: Martin Scorsese.

J. Edgar (Clint Eastwood, 2011) Seguramente, la mejor película que vimos este año. La historia de John Edgar Hoover, el eterno jefe del FBI, que era anticomunista, maquiavélico, manipulador, homofóbico y racista. Lo curioso es que nunca pudo confesar su entrañable historia de amor homosexual. La última joya de este maestro del cine.

La chica del dragón tatuado (David Fincher, 2011) Basada en la exitosa trilogía escrita por el sueco Stieg Larsson, conocida como “Millennium”. Daniel Craig y Rooney Mara protagonizan el “remake” americano de la primera entrega de la exitosa saga. El director de “Seven” y “Zodiaco” convence con otro thriller poderoso e inquietante.

Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) No solamente es una extraordinaria cinta de cine negro o film noir, va más allá, es un intenso drama de dos soledades encontradas; más aún, es la confirmación de Ryan Gosling como un gran actor. La actuación de su vida hasta la fecha.

Poder y traición (George Clooney, 2011) Una obra que nos muestra las miserias de la política, desde dentro de una campaña electoral en los Estados Unidos. Ryan Gosling, otra vez, y  Philip Seymour Hoffman se debaten en un duelo actoral de antología. Clooney los dirige con mano firme y se consolida como un notable cineasta.

Batman, el caballero de la noche asciende (Cristopher Nolan, 2012) Un cierre redondo para una de las trilogías más impactantes de los últimos años. No llega al nivel de la segunda, sobre todo por la actuación magistral de Heath Ledger como el Guasón, sin embargo, este Batman es tan oscuro como en sus predecesoras, con un Christian Bale que compone a un contrariado y vulnerable hombre murciélago.

Operación Skyfall 007 (Sam Mendes, 2012) El mejor Bond en mucho tiempo, tiene la fuerza, el encanto y la dureza de las mejores cintas del agente británico. Daniel Craig trata de dar la talla ante gigantes de la actuación como Judi Dench, y un villano memorable, el español Javier Bardem. Mendes se encarga de darle nuevos y épicos aires a un personaje que parecía agotado.
Otras buenas películas, en orden de ingreso a la cartelera, fueron: “Moneyball” (Bennett Miller), “50/50” (Jonathan Levine), “Caballo de guerra” (Steven Spielberg) y “Los descendientes” (Alexander Payne), todas del 2011. Del cine peruano, lo mejor fue “Cielo oscuro” del huancaíno Joel Calero.







LO PEOR DEL AÑO:
Como siempre, los filmes que no pudimos ver. Solamente las estrenaron en Lima y en otras ciudades. “El Artista”, a pesar de ganar el Oscar a mejor película, nunca la estrenaron aquí. De igual forma: “Shame”, “Una separación”, “Un método peligroso” (David Cronenberg), “Agentes secretos”, “Mi semana con Marilyn”, “Amigos” y “El reino bajo la luna”. “El Padrino” se entrenó en su versión digital después de cuarenta años, pero la mezquindad de los programadores de nuestro cine nos negaron verla en pantalla grande, una injusticia. De la cartelera nacional vimos “Coliseo”, que es una cinta, lamentablemente, fallida, y “El buen Pedro”, un bodrio sin igual.

PERFUME DE MUJER:


Te llamaré Viernes

Almudena Grandes



Una mujer también desnuda, pero no bella como la Redgrave, aparecía de perfil dentro de una gran copa de coñac, cubriéndose el pecho con los brazos cruzados, las manos estiradas y los dedos juntos en un torpe gesto de bailarina tailandesa, mientras que sus piernas dobladas en cuclillas ocultaban completamente su sexo. Llevaba una fina pulsera dorada en un tobillo y una especie de banda fabricada con dos cintas de colores entrecruzadas ceñía su frente, llamando la atención sobre su rostro tanto al menos como la excesiva sonrisa que deformaba su boca levemente caballuna.

BREVIARIO: WhyNot nº 14




Esta revista de colección, pequeña, de bolsillo, ha llegado a su número 14, y aborda las fiestas navideñas y de año nuevo. Ha sido sumamente elogiada por formato innovador y su presentación impecable. Es el complemento perfecto para las fiestas, y para los cada vez más desnutridos bolsillos de  nuestros lectores.
No se preocupe más, se vende al menor precio (S/. 1) y puede ser el mejor regalo en estas fiestas de fin de año. Búsquela en las librerías Íbero y La Familia, o en quioscos del centro de nuestra ciudad.

Entre lo popular y lo más popular


Ricardo Rodríguez Zegarra



Un programa nocturno en la televisión parece haber hecho revivir a muchos cantantes. Entre artistas hoy muertos, olvidados y gastados, están figuras que fueron leyenda en su género, en su estilo, en su idioma; todos metidos en una “coctelera” de 120 minutos de mezcla constante. Esta mezcla fuera del talento y esfuerzo de los participantes, me parece que es lo más interesante.
El 2012 ha sido más que bueno para las chicas —porque las chicas buscan alguna otra chica a quien escuchar y poder sentirse identificadas, esta sería también la respuesta para que Gloria Trevi tuviera tantas seguidoras en su momento—: Lana del Rey, Regina Spektor, Cat Power, y el estupendo álbum de Fiona Apple (The Idler Wheel… ), son ejemplos más que claros para decir que “ellas” —me refiero a todas en general— tuvieron gran protagonismo este año. Y no solo como solistas, “Bloom” de Beach House en la voz de Victoria Legrand es fuera de serie, es magia sumada a las guitarras acopladas de su segundo disco.
El 2012 también nos mostró a Jack White como solista, uno muy maduro y enérgico, digno de recibir el título de “ícono del rock n’ roll” —si es que no lo tuvo hace algunos años—, a Grizzly Bear bastante prolijo con su cuarta larga duración, y el regreso de Sigur Rós con atmósferas vocales e instrumentales en “Valtari”, su sexto disco que trajo junto a cada canción la producción de un videoclip, cerrando el espiral para formar una obra audiovisual completa, una obra de arte que tuvo su nacimiento este año.
¿Y si se acababa el mundo?  La verdad nunca creí en esas predicciones (y no lo digo porque ya pasamos la fecha, es cierto) pero pudo servir como pretexto para que leyendas se juntaran o confirman que otra vez estarán juntos. Así tenemos los 50 años de The Rolling Stones, a Blur sobre los escenarios, un amorfo Nirvana con Paul McCartney como remplazo de Kobain, y a Pulp con el carismático Jarvis Cocker y la energía de esos lejanos 90’s en cada recital.
Latinoamérica también trajo cosas muy interesantes, Pegasus y su disco homónimo es minimalista, electrónico, acelerado, sintetizado, explosivo; de lo mejor que se ha podido escuchar este año. Café Tacuba siempre vanguardista, Carla Morrison como un manjar para los oídos, y pasando un poco hacía España, Love of Lesbian vino con un poco de más de lo mismo, pero siempre bien hecho.
En nuestro querido país —de lo que pude ver y oír—, Pelo Madueño no terminó de cuajar bien con “Nivel Nacional”. La salsa dura la trajo Sabor y Control ampliando su discografía con “El más buscado”; Los Mortero, banda punk que se afianza en la escena “underground” y que estuvo por Huancayo a fines del 2011, lanzó hace poco un segundo disco que espero escuchar pronto. 
En la región, “Selvámonos” fue lo más interesante si de música queremos hablar, un festival que va por su cuarta edición y que en este año logró atrapar parte de la cumbia en su expresión, con bandas peruanas como Uchpa, La Nueva Invasión, Los Terapeutas del Ritmo, y la formación del grupo Cumbia All Stars (clara referencia de La Fania All Stars) con músicos que hoy son leyenda en la cumbia, cuando en los 70’s la cumbia era una expresión psicodélica selvático-urbana.
Huancayo tuvo conciertos interesantes: Hombres G, Jarabe de Palo, El Gran Combo, presentaciones que hacen bien al movimiento local. La conexión que tiene La Oroya con el Synthpop y el electrodark es sorprendente, siempre con grupos de la talla de OBK, Elegant Machinery, etc.
En la música latinoamericana, desde Bolivia, Amaru tuvo presentaciones muy enérgicas y agradables, de lo mejor que pudo llegar en este “género” junto a Proyección. Ambos no dejan de ser buenos, pero parece que caen en un círculo tocando siempre lo mismo. Surandino viene con un disco muy bien producido, pero con el recurso de utilizar éxitos pasados.  
Para terminar, no dejen de hacer “play” en todo lo que puedan este 2013, busquen “Pentafónica” en Facebook, un proyecto radial que en algún momento tendrá que ampliarse, y como aquí no puedo dejar videos les dejo una canción para que la busquen en Youtube:  Grizzly Bear – “Sleeping Ute”. Que tengan buen año.

lunes, 24 de diciembre de 2012

¡¡¡Feliz Navidad!!!



Gracias por su preferencia. Desde el enlace, descargue el eBook con los ganadores del I Concurso Nacional de Cuento "Premio Solo 4".

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Solo 4, “449”, del 22 de DICIEMBRE de 2012, año IX


Edición navideña

LA CITA:

« La Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, y por eso todo es más suave y más hermoso. »

Norman Vincent Peale

LO ÚLTIMO: Tenemos un regalo para nuestros lectores


Hace poco premiamos a todos los ganadores y finalistas del I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”, y publicamos en nuestra edición 444, los relatos ganadores. Sin embargo, aún tenemos algunos textos que usted, estimado lector, no ha descubierto.
La Navidad está a la vuelta de la esquina, es por ello que desde este lunes, 24 de diciembre, al medio día, usted podrá descargar, completamente gratis, el libro electrónico “Premio Solo 4”. Esta edición reunirá todos los cuentos premiados y  estará disponible para ser leída en cualquier medio digital.
Lo único que tiene que hacer es visitar nuestra página en Facebook, o nuestro blog (http://suplementosolo4.blogspot.com/), y bajarlo a su computadora.
Es un regalo para usted y su preferencia. ¡Feliz Navidad!

Julio Ramón Ribeyro, la tentación del fracaso


Jorge Coaguila



La presencia de Julio Ramón Ribeyro en la literatura peruana es ineludible. Sus relatos concentran la humanidad del fracaso y la marginalidad del ser, sin tentar falsos maniqueísmos, y con un uso excepcional de la formas narrativas. Falta poco para Navidad y, como un obsequio para nuestros lectores, queremos regalarles esta entrevista hecha y cedida para esta edición por uno de los más grandes amigos y conocedores de la obra de Ribeyro, Jorge Coaguila.

¿Por qué se muestra reacio con los periodistas, señor Ribeyro?
En realidad, por dos motivos: el primero es que la mayoría de periodistas que vienen a entrevistarme no saben nada de literatura. El segundo, porque creo que ya lo dije todo, porque siempre vienen con las mismas preguntas. Estoy cansado de responder a lo mismo: ¿y cómo escribe usted?, ¿por qué escribe usted?...

Deben ser miles las entrevistas que ha concedido.
No, miles ni hablar. Serán cien —digamos— o, quizá, un poco más.

Entonces miles las rechazadas.
Sí. (Risas).

Además de ello, usted evade la publicidad.
Porque no me gusta promocionar un libro por todo el mundo luego de publicarlo. En ese sentido, no me siento tan presionado por mis editores como lo están Alfredo Bryce y Mario Vargas Llosa.

¿No le resulta paradójico que usted, el menos publicitado, tenga la mayor preferencia del público lector?
Pues no sé. Tal vez se deba a que las personas que me leen encuentran muy suya esa atmósfera de frustración, de desadaptación, de marginalidad que caracteriza a mis relatos. Acaso porque los lectores sufran los mismos chascos y humillaciones, acaso porque en mis cuentos no haya vencedores.

Se refirió a la frustración. ¿No se considera usted una persona frustrada?
No, porque he realizado lo que he querido. Yo he querido viajar a Europa, publicar libros, casarme con la mujer que quiero, tener un hijo, tener una casa en Barranco y otra en Europa, y lo he conseguido. No, no me siento frustrado. Aunque no puse en estas cosas el empeño que otros ponen.

¿Cuál es su mayor orgullo, entonces?
(Breve silencio). Ser reconocido por algunas personas cuando camino, por una parejita de enamorados y que diga: «Mira, ese es Ribeyro». Por el mozo del hotel Bolívar, por un chofer de taxis. (Nueva pausa). Siento cierta satisfacción.

¿A usted, cuando era joven, no le agradaba o trataba de conocer a los escritores que tenía a su alcance, como Ciro Alegría, José María Arguedas...?
No, nunca.

Sin embargo, más tarde, conoció a Borges.
¿Cómo sabe?

Lo leí en una revista de los años sesenta. Había allí una entrevista a Borges, que había ido a Alemania, adonde fue usted también.
Sí, fue en el año 1964. Fui invitado, como muchos otros escritores, al Congreso por la Libertad de la Cultura. Ahí también se encontraban Miguel Ángel Asturias, João Guimarães Rosa, Eduardo Mallea, Günter Grass, Ciro Alegría y Roa Bastos. (Toca su rostro con la palma derecha). Recuerdo que había dos bandos: uno con Borges y el otro con Asturias. Mientras Asturias se ponía a hablar de literatura comprometida, Borges, en cambio, hablaba de la estética, y no le hacía caso. Asturias era un demagogo. Todo esto es muy gracioso, ¿no?

¿Y usted a qué bando iba?
Un rato estaba en una mesa y otro rato en la otra. Recuerdo también que por esa fecha llegó un cable que decía que la novela de Vargas Llosa, “La ciudad y los perros”, había sido quemada en el patio del Colegio Militar. Enterados, Roa Bastos y yo redactamos una protesta por ello y firmamos todos los escritores presentes. Es el único documento en que aparecen juntas las firmas de Borges y Asturias. Pero este documento no se hizo público porque Mario dijo que no había necesidad.

En todo caso, a usted siempre se le vincula con la izquierda.
No soy izquierdista, aunque he tenido actitudes y acciones izquierdistas. Por ejemplo, apoyé a la guerrilla del 64, de Javier Heraud, o a la guerrilla del 65, de Guillermo Lobatón, Paul Escobar y otros. Me acuerdo que en París, Guillermo Lobatón dijo que había llegado el momento de la decisión: que quiénes iban a la lucha. Todos levantaron la mano, menos yo (sonríe nuevamente). Pero qué iba a hacer; yo no tengo espíritu de soldado. No obstante, Guillermo Lobatón, que además fue mi compañero en la universidad, me dijo: «No te critico, podrás servir aquí». Eran más o menos treinta los que levantaron la mano, pero era por pura figuración, ya que al final solo fueron cinco; los cinco que murieron. Los otros levantaron la mano solo para hacerse los machos.

Dígame, señor Ribeyro, ¿por qué usted que tenía tantos amigos en la Universidad de San Marcos, no estudió allí?
Porque en la Católica el ambiente era más tranquilo, sin huelgas, con poca política. Si yo frecuentaba la Casona era para hacer amigos y conversar luego con ellos en los bares. De ese grupo éramos Wáshington Delgado, Eleodoro Vargas Vicuña, Alberto Escobar, Carlos Eduardo Zavaleta, Alejandro Romualdo, Pablo Guevara, Francisco Bendezú, Pablo Macera y Carlos Germán Belli, a quien no le gustaba mucho el trago. En cambio, la Universidad Católica era muy seria para mí.

(La entrevista completa podrá hallarla en: http://jcoaguila.blogspot.com)

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE


Cien mundos para el fin

Sandro Bossio Suárez

Me veo llorar abrazado de una columna de la cocina de mi casa materna a la espera del fin del mundo. Una de mis tías solía decirme que el fin se acercaba y, por ello, debía portarme bien para que el cielo me premie. Esperé con fervor que el mundo se agotara, que empezara a dar vueltas, que el cielo se desfondara, que los terremotos agrietaran la superficie donde vivía, pero de tanto esperar me aburrí, dejé de llorar y me fui a comer mazamorra de naranja y a ver la repetición de Ultramán.
Este es el primer recuerdo que tengo del fin del mundo. Presumí que algo como lo vivido en mi niñez iba a acontecer pronto, pero no imaginaba (no podía imaginar) la cantidad de fines del mundo que tendría que sortear.
Cuando tenía cinco años un tío abuelo, Moisés Sánchez, testigo de Jehová a ultranza, llevó a mi casa el pronóstico oficial de que ese año, 1975, todos pereceríamos. Otra vez lloré, pero, decepcionado, otra vez comí mazamorra. Para colmo, ese mismo año, un tal Moses David, fundador de los Niños de Dios, anunció que un cometa chocaría contra nuestro ya cientos de veces destruido planeta, pero nada, más mazamorra y, en lugar de Ultramán, el divertido Hombre Nuclear.
Bueno, ingresé a la secundaria en 1981 y Hal Lindsey, evangélico de renombre mundial, pronosticó que el fin de la humanidad llegaría el 31 de diciembre de ese año. Se habló, además, de alineamientos de planetas, convulsiones de tierra, ciclones, maremotos (aún no existía el término “tsunami”)  y catástrofes nucleares ocasionadas por el resentimiento entre los Estados Unidos y la CCCP (disculpen, pero yo, a esa edad, creía que el acrónimo significaba “cucurrucucú paloma” o algo por el estilo y me costaba relacionarlo con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).
Al año siguiente, la hermandad Tara Centers participó al mundo de la nueva llegada de Jesús y prometió, antes de diciembre, revelar su nombre. Llegado el momento, mientras veíamos televisión a colores, nos enteramos que los anunciantes se habían retractado y que no iban a revelar el nombre divino porque  “Jesús no es figuretti”.
En 1984, el gurú Bhagwan Shree Rajneesh, lanzó una nueva teoría (sobre la que tuve que hacer mi tarea en lugar de salir con mis amigas del María Auxiliadora a patinar) acerca de un fin del mundo poco fulminante, más bien demorón, que tardaría hasta 1999 para destruirlo todo con inundaciones desmesuradas.
En 1988 me enteré que al fin del mundo también se le llamaba “rapto”, pero me enteré de algo mucho mejor: había una novela magistral sobre el tema escrito por Mario Vargas Llosa. Fue así como me encerré en mi habitación durante días para sentarme a leer “La guerra del fin del mundo”, que, desde luego, me obsesionó. ¿Llegaría el mundo al año 1900? Una guerra apocalíptica que me sigue quemando en las entrañas.
Un astronauta predijo el “rapto” para 1988, pero como nada ocurrió se rectificó y aseguró que sería en 1991. Ese año el islámico Louis Farrakhan dijo a la CNN que la Guerra del Golfo Pérsico era el punto de partida del Armagedón y en 1992 una iglesia coreana fijó la fecha del fin para el 28 de octubre de ese año.
¿Se acuerdan de Moses David? Ese mismo, el de 1975, reapareció en 1993 para decir que ahora sí aparecería Jesús y se acabaría, finalmente, este mundo de “mierda”. Dijo algo interesante: este era el verdadero año del “rapto”, pues con Apple había sacado mejor las cuentas y había hecho el cálculo más exacto.
Se asomó el nuevo milenio y, como lo venía escuchando desde mi infancia, llegaría indefectiblemente con él el fin del mundo. Lo que no sabía era que ese final iba a ser informático: el Apagón Informático, que demolería todos los sistemas computarizados del mundo, echando a tierra los aviones, borrando los sistemas bancarios, arrebatándonos (lo peor) nuestras comunicaciones por el celular.
Hubo un divertido Armagedón: sería en 2001, porque se sacó mal la cuenta y no existe el año 0. Ocurría porque ya se sabía del mejor fin del mundo, el más moderno y marketero, el pronosticado por los mayas como su fin de era Baktún, que hasta ahora sigo esperando.

Llegar a los cuarenta

Enrique Ortiz Palacios



A uno de mis mejores amigos no se le ocurrió mejor idea que celebrar los cuarenta en una isla paradisiaca de Puerto Rico. Las fotografías que luego colgó en Facebook así lo demostraron. Bellos paisajes del viejo San Juan, encantadoras sirenas boricuas y otros detalles fabulosos fueron el colofón de un rito que, para algunos hombres o mujeres, es tan importante para cerrar y abrir etapas de nuestra existencia.
Llegar a los cuarenta ya es un milagro de la vida. Es convertirse por primera vez en un hombre, un hombre que deja las ilusiones del adolescente que cree que todo lo puede, y que la muerte es una invención de los viejos para no tener libertad de hacer todas las mataperradas.
Llegar a los cuarenta es como estar «a la mitad de la carrera de la vida» a decir de Alighieri, y cuando volteas la mirada hacia el pasado, recuerdas esas conversaciones con los buenos amigos, los libros variados que nos interpelaron y nos enseñaron a ser mejores personas. Rememoras aquellas películas que nos hicieron derramar alguna lágrima tímida, vienen a la mente aquellos lugares por los que se caminó. Es la edad en la que se empieza a entender al padre, es cuando con mayor fuerza quieres ser un mejor hijo.
Llegar a los cuarenta no es empezar a ser más viejo, es volverse añejo, es decir, que por haber durado muchos años, has mejorado de condición: es el ideal. Es mirarse al espejo y comprobar que los objetivos trazados fueron cumplidos con lealtad, es volverse a mirar al espejo y ver a un ser humano íntegro, a carta cabal.
Llegar a los cuarenta sin haber agradecido la infinita paciencia y el colmado amor de tu pareja, resulta verdaderamente espeluznante, ya que gracias a ella se aprende a ser mejor cada día. Es quien corrige tus domésticos defectos con el afán de convertirte en un verdadero homo sapiens, e ir alejándose del pequeño cavernícola que todo hombre lleva dentro. Es ser el ratoncito valiente, el caballo de madera, la muñeca que tu hija peina, maquilla o desmaquilla con fruición.
Algunos dicen que a esa edad la música te parecerá ruido, o que te empezarán a decir “señor” y ya no “joven”. Por ello,  es importante prepararse para ese día, para no caer en el ridículo de no aceptar el ciclo de la vida. Porque así funciona la naturaleza: seremos el abono de las nuevas generaciones, comprendemos que esa empieza a ser nuestra misión. Llegar a los cuarenta no es un año más, es empezar a subir la cuesta más difícil, pero también la más maravillosa.

PERFUME DE MUJER:


"Los excluidos"

Elfriede Jelinek



Anna tiene catorce años. Está sentada en el suelo, desnuda y con las piernas separadas, intentando desvirgarse con la ayuda de un espejo y una cuchilla; quiere deshacerse de un pellejito que le aseguran que tiene ahí abajo. No tiene conocimientos anatómicos y se pega un tajo en el perineo que sangra abundantemente.
Nada más salir del water maloliente del instituto, Sophie la envuelve y la sepulta bajo una aureola nívea. Sophie ¿Te pasas esta tarde por mi casa? De acuerdo. Anna bombea con fuerza y perseverancia pero no sale ni sangre (como entonces), ni tinta, ni zumo de frambuesa.

¿De quién y para quién es la navidad?


Jhony Carhuallanqui

Soldados alemanes celebran la Navidad en Afganistán.
La Navidad hace alusión al nacimiento de Jesucristo en el pesebre de Belén, razón por la cual es una costumbre ligada al Cristianismo, y cuya práctica (y prédica) no son consentidos ni difundidos entusiastamente por Judíos, Musulmanes o Budistas, pues este hecho está ausente o es contradictorio a sus creencias.
Algunos países musulmanes como Irán, Malasia o Arabia Saudí han sido claros en su legislación “antinavideña”, porque la consideran una “innovación herética” —producto de la depravada globalización—, que al ser fomentada de alguna forma, conlleva a sanciones que pueden ir desde los latigazos hasta la decapitación. Arabia Saudí, por citar solo un ejemplo, prohibió incluso los saludos telefónicos en esta fiesta (incluyendo a residentes extranjeros).
Los judíos tampoco festejan la Natividad, pues consideran que Jesús no es el mesías, así que no hay motivo que conmemorar. Sin embargo, tienen una festividad llamada el Hanuka (Januca) que se inicia el 21 de diciembre, dura ocho días, y algunos llaman equivocadamente la “Navidad Judía”, cuando en realidad, está referida a la reconsagración del Templo de Jerusalén (del cual hoy solo existe El Muro de los Lamentos).
En un hecho anecdótico, Afganistán (país musulmán) este año permitirá su celebración “confinada” a los cristianos en su territorio. Otra extrañeza es Israel (estado Judío) donde desde hace algún tiempo, se compran árboles navideños y se intercambian regalos, lo que demuestra que esta fiesta ya no es un distintivo religioso “aislado”, sino un elemento cultural (y acaso comercial) que se va generalizando.
Néstor García Canclini refiere que, en estos tiempos, las “reclusiones culturales” son utópicas y las “apropiaciones culturales” son un hecho inevitable hacia la “hibridación cultural”.
Un caso especial es China (principalmente Budista) donde el “Espíritu Navideño” se vive intensamente, pero no por religión, menos tradición, sino por comercio. No importa que no compartan las costumbres cristianas, pues, siempre que haya compradores, esta nación adoptará cualquier creencia y la nutrirá de mercancías con el rótulo “Made in China”, que indudablemente notaremos en cuanto escaparate contemplemos.
Es cierto que esta fiesta se banalizó y que hay dudas sobre la fecha del nacimiento de Cristo, o sobre el significado del árbol de navidad; es cierto también que Papa Noel fue empleado publicitario de Coca Cola y que los renos cambian de orden, nombre y cantidad en cada región del mundo; además, frases como “un abrazo es suficiente en estas fechas” se van desvaneciendo. Eduardo Galeano dice que últimamente “lo que no tiene precio, no vale”, pero creo que la ilusión de los niños no comprenderá esto, pues esta fecha (religiosa, cultural o comercial) es de ellos.
Esta festividad necesita de renos voladores, duendes fabricantes de regalos y medias (botas) en la chimenea, pues su “magia” invita a soñar a los infantes. Bill McKibben afirmaba que “no existe la Navidad ideal, solo la Navidad que uno decida crear como reflejo de sus valores, deseos y tradiciones”.
Si ella no existiera, estoy seguro que inventaríamos una fecha —como pretexto— para sentirnos bien. Un día para decir te extraño, te quiero o lo siento, donde un abrazo diluya torpes rencores y renueve nuestra fe: no en Santa Claus sino en el hombre, un ser que jamás dejará de tener una parte espiritual.
Si algunos creen que es necio ir por la calle tarareando el villancico “Noche de paz” de Joseph Mohr, diremos que es un necio feliz, pues la felicidad no tiene lógica. Démosle vacaciones al Grinch que la adultez (o sus traumas) nos dejó. ¡Feliz Navidad! 

IMPRESCINDIBLES / REGALOS NAVIDEÑOS


Operación Regalo

¿Cómo lograrías transportar juguetes con tanta eficacia, por todo el mundo, en solo contadas horas? ¿Cómo sabe Santa cuándo un niño fue bueno o no? ¿Papá Noel puede jubilarse? Todas estas preguntas se responden con mucho humor e ingenio en la película británica de Sarah Smith (Arthur Christmas, 2011). Se acerca la hora de dejar de ser Santa Claus, así que él decide legar esta responsabilidad a su hijo Steven; sin embargo, no contaba con que millones de niños, por un descuido, se han quedado sin obsequios.



WhyNot nº 14

Esta revista de colección, pequeña, de bolsillo, ha llegado a su número 14, y aborda las fiestas navideñas y de año nuevo. Ha sido sumamente elogiada por formato innovador y su presentación impecable. Es el complemento perfecto para las fiestas, y para los cada vez más desnutridos bolsillos de  nuestros lectores.
No se preocupe más, se vende al menor precio (S/. 1) y puede ser el mejor regalo navideño. Búsquela en las librerías Íbero y La Familia, o en quioscos del centro de nuestra ciudad.


PLAN LECTOR N° 4: TRADICIONES ORALES ANDINAS


El amigo de Manuel

Isabel Córdova Rosas

“Niño Manuelito”.
 La madre de Manuel había madrugado para ir al campo a trabajar. Llovía torrencialmente, y desde la casa del niño sólo se divisaba un manto plateado que cubría la aldea.
Chato, su perro, se recostó junto al fogón buscando abrigo, pero de pronto, comenzó a ladrar. Manuel vio que la puerta se abría y apareció un niño que tiritaba y chorreaba por todas partes.
—¿Puedo pasar? Tengo mucho frío —dijo.
Manuel lo acercó hasta el fogón y le hizo sentar en una banca de madera.
—Voy a traerte ropa. La tuya es bonita pero de seda, por eso te has empapado. Felizmente somos del mismo tamaño.
De un viejo baúl, sacó las prendas que su madre le había tejido para que se las pusiera en la fiesta del pueblo. Le ayudó a vestirse.
—Manuel, gracias.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Lo he adivinado.
—¿Y tú, cómo te llamas?
—A ver si lo adivinas —le respondió el pequeño.
—Luis, José, Víctor… —pronunció una decena de nombres sin lograr acertar— Me rindo. Ya que no quieres darme tu nombre, yo te voy a poner uno: Inti.
—Me gusta —le contestó con una sonrisa.
Después de desayunar, Manuel sacó sus juguetes de arcilla y madera para ponerse a jugar. Entre risas y bromas se pasaron todo el día.
Había cesado de llover y la tarde se adornaba con un hermoso arcoíris que se paseaba por la aldea de lado a lado. El sonido de la trompeta de Justo ascendió por las montañas, y se entretuvo unos instantes en la casa de Manuel. Inti, al ver que oscurecía, no tuvo tiempo de cambiarse y salió corriendo.
—Hasta mañana Manuel —se despidió.
 Cuando Inti llegó a su casa, miró con cautela y al no encontrar peligro, con gran agilidad, se acunó en el regazo de su madre, cubriéndola de mimos.
—¿Dónde has estado mi niño?  Me has tenido preocupada.
—En la casa de mi amigo Manuel. Él tampoco tiene hermanitos con quienes jugar. Me ha prestado su ropa, porque la mía estaba mojada.
—Eres muy pequeño para estar fuera todo el día. El niño sonrió y se quedó dormido.
Julio, el anciano sacristán, hacía todas las noches un repaso por la iglesia. De pronto levantó los ojos y vio al pequeño en los brazos de su madre:
—Madre Mía, ¿por qué permite salir al niño? Mire la traza que lleva, sus zapatos con lodo. Si se entera el señor cura, ni cien avemarías me salvarían —cogió al niño y lo llevó a la sacristía para cambiarlo.
Pasaron los días y los dos niños sacaban a pastar a las ovejas, y disfrutaban jugando con los saltamontes, grillos y mariposas.
Una tarde, Inti se despidió de su amigo y le dijo que se verían en la fiesta del pueblo, que allí conocería a su madre. Con las prisas, dejó una sandalia.
 Llegó la Navidad. Manuel, por primera vez, bajaba al pueblo. Entraron a la iglesia y cuando giró la cabeza, deslumbrado, vio al niño en los brazos de María, su madre.
—¡Mamá, es mi amigo Inti! Nunca me has creído que venía a jugar conmigo —sacó de su macuto la sandalia y se acercó a ponérsela al niño.
—Es Jesús, hijo de la Virgen María —le dijo la madre.
—¡Hola amigo Jesús. Tu mamá es preciosa!
Jesús le sonrió y le hizo una señal para que guardara silencio.
—Amigo, mañana te espero.
El pequeño Jesús asintió, mientras la madre de Manuel lloraba con profunda emoción.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Solo 4, “448”, del 15 de DICIEMBRE de 2012, año IX

Edición especial Fin de los tiempos

LA CITA:

«El sol se puso tan negro como vestido de luto, la luna toda se volvió como sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la tierra (…) El cielo se replegó como un pergamino y no hubo cordillera o continente que no fuera arrancado de su lugar.»

El libro del Apocalipsis

LO ÚLTIMO: Navidad llena de regalos


La Navidad los invade nuevamente. Tal vez es por el ritmo de vida agitado, o porque los centros comerciales y calles se atiborran de adornos y árboles multicolores desde inicios de noviembre, pero las fiestas de fin de año parecen llegar cada vez más pronto.
En Solo 4 también nos preparamos para esta fiesta, pues aunque digan que este viernes será el fin del mundo, razón de esta edición “apocalíptica”, estamos envolviendo regalos para nuestros lectores.
El próximo sábado, Solo 4 le traerá obsequios inesperados, que, esperamos, alegren más estas fiestas. Ahora sucumbamos a la maldición maya y dejemonos envolver por el “fin de los tiempos”.

Profecía y negocio de otro fin del mundo


Jhony Carhuallanqui

Los cuatro jinetes del apocalipsis – Autor: Durero.
Millones de personas sintonizaban la radio, era 30 de octubre de 1938, cuando de repente, un enlace “en vivo” daba cuenta de una invasión marciana iniciada en New Jersey (EE. UU.). Miles salieron desesperadas a las calles, cundió el miedo, el caos y el llanto. Orson Welles había demostrado el poder (y credibilidad) de los medios de comunicación, y aún después de haber confesado que era una “dramatización”, la histeria colectiva tardó en disiparse.
Hoy no es la radio sino el internet, y la muestra de ello está en la “Profecía maya del fin del mundo”. Los estudiosos de esta cultura establecieron que el 21 de diciembre es el final de una era para dar comienzo a otra, en ningún momento indicaron tal fecha como el apocalipsis. Esta “verdad” se ha masificado por la inocencia de algunos y la viveza de muchos, y es que en una civilización como la nuestra, Google tiene más credibilidad que la propia NASA.
¿Y cuándo empezó la confusión? Frank Waters publicó en 1975 su obra “México místico: la llegada de la sexta era de la conciencia”, a partir de ello, afanosos internautas le dieron una interpretación antojadiza que fue creciendo, deformándose y multiplicándose por apocalípticos que remarcaban el “Fin de los tiempos”.
Según astrofísicos prominentes —como Stephen Hawking—, el planeta si desaparecerá, pero para ello faltan unos 7590 millones de años,  y esto ocurrirá cuando el sol termine por engullírsela, mas el problema radicará en que sí será habitable. Para Hawking el futuro de la humanidad está en “colonizar el espacio”, pues las condiciones no serán las adecuadas para nuestra supervivencia.
Además, la amenaza de un impacto (devastador como el que extinguió a los dinosaurios) estará siempre presente, y aunque podríamos saberlo con antelación, tampoco seríamos capaces hacer nada. Sin embargo, la información que el asteroide  Nibiru colisionará con la tierra este viernes, es una revelación tan falsa como el Eslabón perdido de Piltdwon, o los incubos (fantasmas violadores), o la Sirenita del Huaytapallana, así que no hay por qué alarmarse.
Evidentemente, la destrucción del planeta implica el exterminio de nuestra especie; sin embargo, quizás el hombre devaste primero la Tierra con la contaminación o, tal vez, la naturaleza arrase al ser humano primero: James Lovelock en la “Venganza de Gaia”  refiere que los daños al medio ambiente por el calentamiento global son ya irreversibles y que la madre tierra nos exterminará cumpliendo su ciclo de autorregulación. Este científico asegura que billones de personas morirán antes del fin del siglo, y que los sobrevivientes terminarán refugiados en el ártico.
Lo positivo de esta profecía es que el turismo mexicano se incrementó de 18 a 62 millones, y se espera llegar a los 80 antes del apocalíptico 21, mientras que en china, Yang Zongfu ha vendido más de veinte Arcas de Noé —esferas “indestructibles” ante caídas, terremotos, lava volcánica— a poco menos de un millón de dólares.
A todo esto se suma, como cereza en la torta, que el apacible poblado de Sirince (Turquía) está abarrotado de visitantes, pues se divulgó que allí no llegaría el fin del mundo, “porque Jesucristo lo eligió para resucitar este viernes”.
Sólo se espera evitar hechos como el suicidio masivo de la secta Heaven’s Gate, acontecido en el paso del cometa Hale-Bopp en 1997, que también estaba ligado a una profecía apocalíptica matizada con la creencia OVNI.
Mi abuela dice que el fin del mundo será cuando “la mula pueda parir”, y le tengo tanta fe a ella como a Nostradamus, San Malaquías, Edgar Cayse, Gordon Scallion o Parravicini.