lunes, 13 de mayo de 2013

Solo 4. Edición 469, del 11 de MAYO de 2013. Año IX


LA CITA:

« El corazón de una madre es el más hermoso lugar para un hijo y el único que no puede perder aun cuando él lleve ya canas. En todo el espacio del Universo sólo hay un corazón como éste.»

Adalbert Stifter

LO ÚLTIMO: “Amar con alevosía”, homenaje a Javier Heraud


Con el objetivo de revalorar la vida y obra del poeta Javier Heraud, a cincuenta años de su muerte, el Gremio de Escritores del Perú, en coordinación con el Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo, convoca a los promotores de la cultura, el arte y la literatura de la región central del país, a sumarse a este mancomunado esfuerzo. 
Este homenaje se dará el próximo 16 de mayo, desde la 1:30 pm, con la inauguración de la Feria del Libro “El viaje del río”, a cargo del Gremio de Escritores del Perú. A las 6:00 pm, se iniciará la mesa redonda: “Trascendencia de Javier Heraud en el tiempo”, donde participarán diversos intelectuales de la región. Además, se proyectará un cortometraje sobre el poeta, se presentará la revista “Alevosía” y se cerrará este homenaje con un recital intergeneracional poético – musical. Están todos invitados al Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo. Para mayores informes y contacto con la organización: 994467866 ó *980054.

Mi mamá “también” me mima


Jhony Carhuallanqui


“Mamá” es la primera forma expresiva recurrente en infantes de diferentes y alejados lugares del mundo, esto debido a su fácil pronunciación, pues se logra al repetir una sílaba de formación labial que no amerita mayor esfuerzo de articulación, es por eso que se constituye (con ligeras variaciones) en el primer vocablo de la persona; sin embargo, prefiero aquella explicación tierna que la describe como “la prueba” irrefutable del vínculo indisoluble entre madre e hijo: dos seres que comparten un latir nueve meses y un respiro toda la vida.
Madre proviene del latín “mater” (matriz) o “mamma” (mama o pecho), pero alumbrar y amamantar un hijo es una dimensión muy pobre de lo que en verdad significa ser madre, pues ésta aborda el compromiso de cuidar, asistir y proteger siempre a sus niños. Incluso, en algunas ocasiones para fortalecer este vínculo, luego del parto, la madre abraza al recién nacido (sin asear, ni cortar el cordón umbilical), en una escena única de lazo sanguíneo-espiritual que, en los últimos años, se ha ido popularizando.
Si bien, las celebraciones para la madre se remontan a Isis (Egipto), Rhea (Grecia) o Cybele (Roma), la festividad como la conocemos ahora, se inició en EE.UU., dónde Julia Ward Howe iniciaría las movilizaciones a favor de un día de reconocimiento que, años después, Anna Jarvis consolidaría e institucionalizaría en una fecha, el día de la muerte de su propia madre: el segundo domingo de mayo.
El reconocimiento fue progresivo, a tal punto que su proclama oficial por Woodrow Wilson (expresidente Estadounidense) se dio en 1914 y de ahí la réplica mundial era inevitable. En Perú, Augusto B. Leguía —a solicitud y presión de un grupo de sanmarquinos—, lo aprobaría en mayo de 1924.
Jarvis también popularizó el portar este día claveles blancos si la madre había fallecido, o rojos si estaba viva, una práctica que en nuestro país se ha ido extinguiendo. Años después, ella misma protestaría (incluso fue arrestada) por el sentido mercantil que le habían dado a su logro. Nunca se casó, ni tuvo hijos, pero su aporte es mundial, aunque hay días diferentes de celebración. Por ejemplo, en Rusia es el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), en España es el primer domingo de mayo, en México es el 10 de mayo, en Argentina el tercer domingo de octubre y en Panamá el 8 de diciembre (Inmaculada Concepción), por mencionar solo algunos casos.
Mamá es el impulso de nuestras aspiraciones, es la que aprende a respetar nuestro extraño orden y nuestra discutible profesión o pareja. Es la que con una mirada te dice «lo sabía», «te lo dije» o «explícate».
Quien no ha llorado en sus brazos no conoce la paradoja de sentirse tan vulnerable y, a la vez, tan protegido. Aún ahora le agradezco el corregir la doble raya del pantalón que plancho y ser el despertador más efectivo para ir al trabajo. Además, estoy convencido de que todavía no se ha inventado un alcoholímetro tan preciso como ella.
Aprendí a escribir y leer con «mi mamá me mima» y el primer poema que le recité en la escuela —disfrazado de nube—, decía: «Del cielo cayó una rosa, mi mamita la cogió, se la puso en el cabello y que linda le quedó», aún le gusta y a través de ella quiero saludar la tenacidad de las madres solteras, de aquellas que están hospitalizadas o en los asilos, y desearles que una sonrisa corone este día.

¿Es el hombre un ente de mil realidades?


Miguel Ángel Villalobos Caballero

Otra muestra de la violencia humana: 27 muertos, la mayoría niños, en la masacre de Connecticut (EE. UU.), una de las peores en la historia.
Una de las cosas más fascinantes en el mundo del conocimiento y de la reflexión filosófica es saber y encontrar una respuesta certera sobre lo que es la especie humana, a la que más bien se le podría llamar “especie inhumana”, si nos fijamos en los acontecimientos mundiales actuales, donde se ve inseguridad ciudadana provocada por tanta violencia verbal y física de humanos contra humanos, que siendo así, los hechos han convertido a la “vida”, en vida de violencia e inseguridad, como algo que ya no solo preocupa a una región, sino al mundo entero.
Así resaltan hechos tan horribles y detestables como aquellos que ocurren en Estados Unidos o en otras partes del orbe, como nuestro país, donde demuestran que hay que volver a indagar y reflexionar sobre esa vieja pregunta: ¿qué es el hombre?, o más modernamente: ¿qué es una persona?
Pregunta nada fácil de responder si se tiene que en el mundo obran y pululan tantos puntos de vista e ideologías, tantas cosmovisiones y religiones que afirman de lo que es o puede ser un hombre o la especie humana, así, por cuestión de raza o nacionalidad podrían haber diferencias importantes que los hagan diferentes; sin embargo, en el fondo, cualquier humano, en relación a otros, no es más que otro humano: todos vivimos, todos morimos.
En todas partes encontraremos humanos ricos o pobres, inteligentes o absurdos, pasionales o fríos, benditos o malditos, y, curiosamente, todos ellos en un mundo como el de hoy no son más que seres con prejuicios que los limitan a entender a cabalidad el mundo, sí, ese prejuicio de siglos pasados que continua en el siglo veintiuno y continuará con ignorancia, superstición, miedo e intolerancia y, por qué no, también con envidia y codicia, que creará diferencias para desnaturalizar y excluir conforme a sus intereses de grupo, creando más criterios subjetivos  para diferenciar antes que para igualar.
Es que hoy, el hombre o la persona nunca hallará la tan ansiada igualdad, ésta es lo mismo que el mito, es algo que no existe ni existirá en este tiempo u otro, salvo se trate de la igualdad como derecho, así la ley positiva siempre dará derechos individuales (vida, nombre, opinión) así como derechos sociales (educación, trabajo, seguridad social), pero no la igualdad que sueñan lo tocados: igualdad de ojos, tez o espíritu.
Es por eso que el hombre, como vida y como especie, siempre será “sui generis” frente a otras realidades no humanas: una mezcla de virtudes y fracasos, por no decir de vicios, que lo hacen terrible o benignamente humano, siempre indescifrable, metido en un tiempo, en un espacio, en una circunstancia, en una condición que lo lleva a una aventura para ahora y para siempre.

PERFUME DE MUJER:


El libro de la almohada

Sei Shônagon


Para encontrarse con el amante el verano es la estación apropiada. (...) En invierno, cuando hace mucho frío y una está sepultada bajo la ropa de cama escuchando las amorosas palabras de su amante, es una delicia oír el sonoro gong del templo, que parece salir del fondo de un pozo. Los primeros cantos de las aves, que todavía ocultan sus cabezas bajo las alas, suenan extraños y en sordina. Luego los pájaros, uno tras otro, cantan respondiéndose. Placentero es yacer oyendo el sonido que se vuelve más nítido.

MICROCUENTO:


Dislexia

Ricardo Calderón Inca


esarÉ una vez un erbmoh que escribía todo al séver.

La V Feria del Libro Zona Huancayo – FELIZH 2013 se aproxima

Willy Mateo, organizador; Lurgio Gavilán, escritor; Katherin Retamozo, Directora de Cultura, en el lanzamiento de la FELIZH 2013.

Este 2013, la V Feria del Libro Zona Huancayo, “Todo un valle de lectura y cultura”, se realizará del 19 al 30 de junio y contará con el invitado internacional, escritor, periodista y cronista chileno, Juan Pablo Meneses.
Además, habrá diferentes homenajes, entre ellos, uno al escritor peruano Alonso Cueto por su larga trayectoria en el mundo de la literatura, y otro a nuestro celebrado artista plástico Josué Sánchez.
El libro “Equipaje de mano”, del escritor Juan Pablo Meneses, será editado en nuestra ciudad bajo el sello de Acerva Ediciones. También habrá más de 80 escritores y personalidades, entre ellos Jorge Coaguila, Jorge Eslava, Isabel Córdova Rosas, Fernando Ampuero, Oscar Colchado, Octavio Santa Cruz, Cronwell Jara, Lurgio Gavilán, Pepe Cabana, y entre muchos otros.
Durante los 12 días de la FELIZH 2013, se realizarán más de 120 actividades culturales entre presentaciones de libros, recitales de poesía, cuentacuentos infantiles y danzas. Asimismo, se premiará a los ganadores de los concursos de cuento y poesía, certámenes que cerraron este viernes 10 de mayo, con un viaje a México para visitar la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, en noviembre de este año.
Finalmente, el público podrá apreciar exposiciones dedicadas a Antonio Cisneros, así como también del Centenario de Paisajes Peruanos de José de la Riva Agüero.

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE (ENTREGA ESPECIAL)


Suegra, dos veces madre

Sandro Bossio Suárez


Dicen que cómo serán de malas las suegras (es decir las madres políticas) que si les quitamos la palabra “madre” nos queda solo la “política”. Pero esa regla no es infalible. Yo, por ejemplo, tuve muchas “madres políticas” y ninguna se asemejó al diablo. Por el contrario, todas fueron laborosas, cordiales, sumamente benignas.
La suegra más pretérita que recuerdo es una argentina engominada, de gran donosura, que preparaba inmejorables buñuelos rioplatenses. Miriam, mi adolescente enamorada, después de patinar me llevaba a su casa a tomar la merienda y, mientras ella jugaba con su gato en el sofá, mi suegra freía los buñuelos y los probaba cada tanto: «Deliciosos», decía. Recuerdo el día en que la vi más feliz que nunca: el día en que, en 1982, las tropas inglesas abandonaron las Islas Malvinas. Aún la veo gritar, agitar la matraca, secarse el sudor con el pañuelo de seda que, al mismo estilo de las Madres de Mayo, empleaba como parte de su personalidad.
Mis suegras posteriores resultaron un pan de Dios. Tanto, que una de ellas se metió a monja después de que su marido murió y de que su hija se hizo profesional.
Una suegra llena de ímpetus es la recordada Marujita, temperamental y distinguida dama que reclamaba a su hija por tenerme demasiado flaco. Seguro debido a ello, me abrió las puertas de su cocina. Recuerdo que una noche Nidia y yo nos demoramos más de lo debido, y cuando llegábamos a su casa vislumbramos una sombra solitaria que daba vueltas por el parque. Era Marujita, quien había salido a esperarnos en una actitud tan silenciosa, tan dramática que nos dolió muchísimo más que si nos hubiera pegado la raspa.
Mi época universitaria me hace perder la cuenta de la cantidad de suegras que me tocaron en suerte. Estudiante desaplicado y periodista precoz, salté tanto de brazo en brazo que ahora sólo tengo recuerdos fragmentarios de ellas. Hubo una época, incluso, en que tuve suegras cada fin de semana. Ninguna de ellas, por supuesto, se acuerda de mí.
Al casarme, heredé otra suegra de grandes atributos culinarios y artísticos: Rebequita. Alta, sólida, consolidó su vocación maternal (y algo machista) conmigo, a quien prohijó de inmediato, anteponiéndome incluso algunas veces ante su propia hija. Me ganó el ánimo por el estómago: cada fin de semana armaba verdaderas fiestas gourmet en su casa. Estupenda bailarina de twist y pasillos ecuatorianos, se empecina en querer mucho a mis hijas y eso es más que suficiente para merecer todo mi respeto.
Muchos de los matrimonios no duran para siempre. El mío perteneció a esa estirpe, pues un día se extinguió, más no así la excelente amistad que mantengo con la madre de mis hijas, la siempre tímida y verbosa Soledad, y la cordial relación con Rebequita, que todavía me prepara deliciosos saltados picantes cuando la visito.
Pero la que se lleva todos los laureles es Vilma, la más bondadosa, tierna, cómplice, quien jamás obstaculizó la relación que su brillante hija y yo mantuvimos durante cinco largos años. Extraño mucho sus deliciosos tallarines en salsa roja.
Vino una suegrita bondadosa, una viejecita de algodón, a la que poco vi porque mi relación con Carla no tuvo futuro.
Mis suegras actuales llegaron por partida doble: las dos madres de mi bella y celosa Delicia, ambas simpáticas, gárrulas, sinceras en extremo. Una de ellas, Nilda, capaz de cantarte las cuarenta sin intermediarios, y la otra, Doris, estoica y ganadora de la vida. Ahora mismo la última acaba de enviar de su finca tropical una buenísima dotación de carne exótica para apaciguar mi goloso tubo digestivo.

SALUDOS A MAMÁ:


Vilma Rojas:

Nunca va a ser suficiente decir cuánto te admiro: no conozco a alguien más valiente que tú, más decidida, eficiente y digna, capaz de curar cualquier dolor con solo un abrazo. ¡Te amo mamá!

Luis Puente de la Vega Rojas

Isabel Carhuamaca:

A quien cambio la pomadita para el golpe en la rodilla por  sensatos consejos para vivir mejor y feliz: ¡Gracias ma’!

Jhony Carhuallanqui Carhuamaca

Genoveva Valdez:

Ninguna  persona en este mundo es más importante que tú mí querida mamá. Un sincero y lejano abrazo por este día en que se te celebra. Gracias por tu inmenso amor.

Jorge Jaime Valdez

Isabel Córdova:

Si hay alguna “mamá grande” aquí es usted. Su apoyo incondicional y su perseverancia nos hacen quererla y admirarla como nuestra madre intelectual. ¡Feliz día!

Solo 4

Diana Casas:


Tu amor es el motor que mantiene a nuestra familia en movimiento. Tus palabras nos ayudan a ser mejores cada día. Con tu apoyo yo puedo darlo todo y conquistar el mundo. Te amo mamá.

Álvaro Sánchez Casas

Olga Revollar:


Hay personas que nos marcan de por vida. Pero ninguna como la mujer que además del soplo de vida, nos forjó con abnegación, severidad y mucho amor, todo junto. Feliz día, mamá.

Juan Carlos Suárez Revollar

Mi madre, mi ángel en el cielo


Daniela Lucía Peña Habich
12 años. Colegio Andino

¿Cómo olvidar aquellos momentos que pasé a tu lado? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste tan sola?
Aún me acuerdo de cuando me cantabas, me abrazabas, me hacías reír por cualquier cosa.
Ahora que voy por la calle triste y callada, veo a muchos niños con sus madres y todas, todas me recuerdan a ti.
¿Por qué no aproveché aquellos momentos a tu lado, en los cuales prefería hacer otra cosa?
Ahora que ya no estás conmigo no logro ser la misma de antes, la niña sonriente, alegre y coqueta que conociste.
¿Pero cómo superarlo ahora? Ya no tengo a nadie a quien querer como a una madre.
Jamás podré superar tu ausencia, jamás llenaré este vacío que dejaste en mi corazón.
¡Te extraño, mami, vuelve a mí!

POESÍA:


Madre Sofía

Nilthon Vílchez Bruno

Con el alma de un ángel
con el corazón de poeta
más aún con todo el amor
de tu amado hijo.

Hoy, en el día de las madres, mi corazón ya no sonríe
el canto de los pajarillos es también un profundo silencio.
Madre, es el segundo domingo de ese mayo que espero
yo aquí de pie; bien peinadito para entregarte mis florecitas.

Sigo sentado junto a las pálidas rositas que te compré;
pensando en mis chocolates como en tus ojos marrones
recordando ese frágil cabello negro y tu dulce aroma
interrogando tu presencia y la sangre tuya que es mía

¡Señora! es domingo, es tu día y es medio día todavía
quiero verte, besarte y cantarte; entregarte mi poesía
mi soneto de amor en español directo al cielo de Dios.

Quiero que sonrojes a mis rositas, baja y tiéndeles tu mirada
desciende pronto;¡pronto!, para no irme a inundar tu casita.
Domingo noche y tu hijo te sigue esperando ¡bien peinadito!