El
libro de la almohada
Sei Shônagon
Para encontrarse con el amante el
verano es la estación apropiada. (...) En invierno, cuando hace mucho frío y
una está sepultada bajo la ropa de cama escuchando las amorosas palabras de su
amante, es una delicia oír el sonoro gong del templo, que parece salir del
fondo de un pozo. Los primeros cantos de las aves, que todavía ocultan sus
cabezas bajo las alas, suenan extraños y en sordina. Luego los pájaros, uno
tras otro, cantan respondiéndose. Placentero es yacer oyendo el sonido que se
vuelve más nítido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.