Las canciones de Almodóvar
Jorge Jaime
Valdez
La banda sonora en una película es
fundamental y los grandes creadores lo supieron desde siempre. Se recuerdan
asociaciones brillantes de músicos y cineastas: Bernard Herrmann y Alfred
Hitchcock, Angelo Badalamenti y David Lynch, John Williams y Steven Spielberg,
Danny Elfman y Tim Burton, Howard Shore y David Cronenberg, Alberto Iglesias y
Pedro Almodóvar; la lista podría seguir, pero nos detendremos en esta última
dupla para referirnos al universo musical del director español.
El estilo de Almodóvar es una marca
registrada, y parte importante de este logro es la música compuesta y dirigida
por Alberto Iglesias, el responsable de ponerle sinfonías al cine intimista del
manchego, casi tan universal como el Quijote.
Sin embargo, no sólo la columna sonora
de Iglesias es memorable en los filmes de Almodóvar, sino también su exquisita
selección de temas de la música popular de diferentes partes del mundo, que dan
cuenta de una sensibilidad especial para elegir temas y ubicarlos en el momento
preciso y decisivo para conmover con naturalidad a sus rendidos admiradores.
Varios cantantes interpretaron
personajes dentro de la ficción, como Alaska en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas
del montón” (1980), primer largo del cineasta, o Miguel Bosé en “Tacones lejanos”
(1991). Otros tantos aparecieron interpretando sus propios temas, con sus voces
y presencias pusieron un sello particular a la galería de personajes memorables
del variopinto universo “almodovariano”.
Recordemos a Chavela Vargas en “La
flor de mi secreto” (1995), a Caetano Veloso cantando “Cucurrucucú paloma” en
“Hable con ella” (2002) —mientras varias “chicas Almodóvar” lo contemplan y el
actor argentino le dice conmovido a Rosario Flores (hija de otra grande, Lola
Flores), que “ese Caetano le parte el alma”—, o a Concha Buika, cantante de
origen africano, en “La piel que habito” (2011).
Por otro lado, intérpretes del son popular
fueron rescatados del injusto olvido, y los escuchamos con sus inconfundibles
voces poniéndole alma a las ficciones, en algunos casos exageradas, del buen
Pedro. “Lo dudo” de Los Panchos en “La ley del deseo” (1987) no podía sonar
mejor, para dar cuenta de un amor homosexual que se debate entre el deseo y la
muerte, o “Ne me quitte pas”, ese
clásico francés, en la misma cinta.
Lola Beltrán cantando la ranchera “Soy
infeliz” resulta una compañía inmejorable para las “Mujeres al borde de un
ataque de nervios” (1988), o La Lupe cerrando este filme con “Puro teatro”, que
le dio presencia internacional a su director. El gran cantante cubano Bola de
Nieve y Chavela Vargas acompañan en su dolor a una mujer caracterizada por
Marisa Paredes que sufre por amor en “La flor de mi secreto”.
Otro grande que acompañó a Almodóvar en
“Tacones lejanos” fue Ryuichi Sakamoto, quien había ganado el Oscar por “El
último emperador” (1987) de Bernardo Bertolucci. Marisa Paredes aparece en el
escenario cantando “Piensa en mí”, ese bolero inmortal, que en realidad
pertenece a Luz Casal, con esa voz que acaricia.
En
“Todo sobre mi madre” (1999), Ismael Lo, cantante senegalés, acompaña
con “Tajabone” a Cecilia Roth volviendo a Barcelona para reencontrarse
con su pasado. En “Volver” (2006) vemos a la hermosa Penélope Cruz cantando ese
tango desgarrador que da nombre a la cinta, sin embargo, está detrás la voz de
la catalana Estrella Morente.
Además de los mencionados, colaboró
con Pedro Almodóvar, Ennio Morricone que compuso la banda sonora de “Átame” (1990),
que mezcla a Miles Davis y “Resistiré” del Dúo Dinámico cantado por Antonio
Banderas, Victoria Abril y Loles León al final de la historia. Extravagancias
que pueden resultar solo con un artista de la talla del creador que nos ocupa.
Lo exquisito y lo “kitch” se dan la
mano sin sonar discordantes.
Cerramos este apretado repaso hablando
de “Carne trémula” (1997), que tiene uno de los “soundtracks” que más se recuerda, no sólo por las partituras de
Alberto Iglesias, sino por la voz agrietada de Chavela Vargas cantando ese
bolero de siempre: “Somos”, mientras dos amantes se quieren con pasión. “Sufre
como yo” es una canción de despecho absoluto interpretada por Albert Plá, o “El
rosario de mi madre” compuesta por el peruano Mario Cavagnaro, ese clásico de la
música criolla, suena inmejorable en su versión flamenca, poniéndole sonido al
dolor lacerante de Javier Bardem.
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