El momento decisivo de Henri Cartier-Bresson
Jorge Jaime
Valdez
Fue considerado como el “Ojo del Siglo”,
porque lo vio todo, registró con una cámara pegada a la retina casi todos los
acontecimientos importantes del siglo XX, es considerado el padre del
fotoperiodismo, nos referimos al francés Henri Cartier-Bresson.
Nació en 1908, dentro de un hogar
acomodado. Su interés inicial fue la pintura y el dibujo que retomaría mucho tiempo
después, al final de sus años, dejando la pasión que lo había acompañado casi
toda su vida: la fotografía. Esta pasión lo convirtió en el fotógrafo más
importante e influyente del periodismo gráfico en todo el mundo. Fue asistente
del gran Jean Renoir, quien le enseñó a ver, como lo hicieron los grandes
clásicos del cine, pasando por Griffith, Dreyer y Einsenstein.


Junto a Robert Capa, David “Chim”
Seymour y George Rodger, fundó la cooperativa fotográfica más importante e
influyente de la historia: “Magnum” fue creada en 1947 y, hasta la actualidad,
reúne a los mejores fotoperiodistas del orbe, hombres que con cámaras van
documentando el rodar del mundo desde mediados del siglo pasado.
El periodismo le debe todo al genio
francés. Los reporteros gráficos, de una u otra forma, fotografían, ahora,
influenciados por los fantasmas de “Magnum”.
La
memoria de Cartier-Bresson está en todas las imágenes que nos dejó. Supo poner
la razón, las emociones y el ojo en una imagen que corta el mundo, lo reencuadra
y nos lo presenta como testimonio de algo que nunca volverá. Supo capturar el
alma y cuerpo de los personajes famosos y de la calle que fotografió con su
inseparable cámara Leica, su compañera fiel y la extensión de su ojo. Su
memoria visual la registró en películas en blanco y negro, y a pesar que partió
el 2004, sigue viviendo en las miles de imágenes que nos heredó.
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