lunes, 19 de agosto de 2013

Nota aprobatoria para ser universitario

Miguel Ramón Llulluy


En el último proceso de admisión a la Universidad Nacional del Centro del Perú, se presentaron 4035 postulantes para cubrir 1340 vacantes, que incluyen  exámenes en las modalidades: primeros puestos, deportistas destacados, hijos de comuneros, víctimas de la violencia política, personas con discapacidad, traslado interno – externo, y el examen de ingreso a través del Centro Pre Universitario (Cepre).
Para satisfacción de muchos, lograron ingresar en las diferentes carreras 907 postulantes, pero un total de 433 vacantes no se cubrió al no superarse el 10.5 de puntaje. Aproximadamente, 3028 postulantes, que no lograron ingresar, seguirán preparándose para el próximo proceso y, algunos, “tentarán” esta posibilidad en universidades particulares.
Estadísticamente se pudo comprobar que los estudiantes que postulan a la universidad estatal provienen, principalmente, de colegios nacionales de la ciudad y de colegios públicos que se encuentran en las zonas rurales y periféricas de la región Junín, Huancavelica, Ayacucho y Cerro de Pasco.
Para realizar un análisis de lo que está pasando en el proceso de enseñanza – aprendizaje que reciben los estudiantes de secundaria en las zonas rurales, es necesario analizar los resultados en la modalidad “hijos de comuneros” que muestran notas de 03 ó 04, lo cual es preocupante pues muchos de ellos no ingresan en el primer intento, sino que tienen que prepararse en una academia para lograr su objetivo, a pesar de que el examen, para ellos, contiene preguntas de nivel básico.
Realmente, en la educación básica, ¿se logra cumplir con las 1200 horas académicas?, teniendo en cuenta que existen denuncias de los padres de familia porque hay profesores que dictan entre 10 y 15 días al mes en las zonas rurales. Este hecho podría ser uno de los factores por el cual los alumnos no superan la valla del 10.5 para el ingreso a la universidad pública.
Este puntaje mínimo, que aplica la Comisión de Admisión UNCP, es un mecanismo de selección, pues permite contar con los mejores recursos humanos para ser formados en las diferentes facultades y, luego, se conviertan en profesionales útiles al servicio de la región; sin embargo, contraria a esta valla, en la totalidad de las universidades particulares, ingresan todos los que postulan. Adicionalmente, se ofertan exámenes “a pedido de los padres de familia”, de los abuelos, tíos, primos o del padrino de promoción.
Otro factor por el que no se logra copar todas las vacantes, también, es el excesivo número de éstas que se consideran en facultades con pocos postulantes; claro ejemplo son las facultades de Educación, Antropología y Agronomía —ésta  última consignó 60 vacantes y solo ha ingresado  uno—.

Sería importante que la Dirección de Educación de Junín (DREJ) evalúe estos resultados y de los últimos procesos de admisión, que son similares en cuanto a la cantidad de vacantes no cubiertas, con la finalidad de tomar medidas correctivas que permitan, progresivamente, copar cualitativamente la cantidad de vacantes ofertadas; además, la universidad debe pensar en un proceso de admisión adicional en aquellas facultades que no lograron superar la nota mínima.

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