Comunicación e inclusión social
Sandro Bossio
Suárez
Lamentablemente, el Perú se encuentra
a la zaga de la comunicación inclusiva en América Latina, porque hasta ahora no
ha tenido una experiencia de políticas públicas en comunicación, y vamos a refrendarlo
con algunos ejemplos.
Retrocedamos en el tiempo para hablar
de algunos acontecimientos nacionales que conmovieron enormemente al país. El
primero, el proyecto que pretendía construir una hidroeléctrica llamada 'Paquitzapango', que en
realidad causó grandes inconvenientes porque cuando estaba a punto de
suscribirse, nos enteramos de que no se había hecho ningún trabajo con las
poblaciones nativas. Ruth Buendía Mestoquiari, representante de la comunidad
asháninca de la zona, comunicó dos cosas increíbles: una, que ellos no sabían
nada de este proyecto. Ciertamente, esta comunidad salió de este lugar porque
tuvo que refugiarse de la violencia armada y luego el Estado hizo un gran
esfuerzo para reinsertarla en sus territorios, pero después de tanto, les
dijeron nuevamente que iban a sacarlos, porque allí se iba a construir una
hidroeléctrica. Lo segundo, lo más clamoroso, es que el término 'Paquitzapango' alude a un ave mitológica
gigantesca, que cada cierto tiempo baja de los cielos a raptar niños para
devorarlos en las peñas.
Otro caso importante es del poblado de
Tapairihua, en Apurímac, donde se encuentra uno de los puentes incaicos más
atractivos de toda la zona sur. Hasta el año 2000 no se había construido un
puente importante que ayudara a la interconexión del poblado, pues éste se
encuentra partido en dos y, por eso, la gente seguía utilizando el incaico al
que periódicamente le hacían un trabajo de reforzamiento. Sin embargo, entre
1998 y el 2000, se construyó uno que fue inaugurado con bombos y platillos,
pero la gente sólo asistió a la inauguración y no volvió a utilizarlo. El
Estado, desconcertado, envió al Ejército para que empuje a los pobladores a
utilizar el puente. Este hecho desató una controversia no solamente política,
sino también social pues el pueblo aun con el ejército de por medio y con el
puente viejo cerrado, siguió negándose a utilizar el viaducto, e, incluso,
llegó a construir balsas para cruzar el río. Todos creían que se trataba de una
simple actitud de rebeldía, cuando, en realidad, era un tema profundamente
cultural: la creencia es que todo puente se construye enterrando a una persona
para que éste no se caiga. Entonces, allí había un profundo nudo cultural y
comunicacional no resuelto.
El Baguazo es, seguramente, el caso
más emblemático, más sangriento y más vergonzoso de la falta de comunicación en
el país. Como se sabe, el 5 de junio de 2009 se dio el Decreto Legislativo N°
1064, en el marco del convenio económico y comercial con EE. UU., que permitía
el ingreso de empresas petrolíferas extranjeras para que exploren en
territorios de nativos huambisas, aguarunas, shuaras y lamas, quienes no
estaban enterados de lo que iba a ocurrir. Ellos creían, tenían la plena
seguridad y certeza de que el Estado estaba interviniendo sus zonas para
quitarles sus territorios y contaminar sus ríos y tierras. Un estudio posterior
dio cuenta de que el Estado nunca llegó a esta zona y no se comunicó con estas
poblaciones para explicarles que se estaba haciendo una exploración y que el
riesgo de contaminación era mínimo. La gente estaba aterrada, porque hacía dos
años algunas ONG y representantes de la iglesia católica, así como algunos
grupos evangélicos, habían llegado a la zona para darles información diferente.
Este decreto vulneró el Convenio 169
de la OIT, que dice que los pueblos nativos deben ser consultados en los casos
normativos que los involucren, pero, asimismo, no respetó los derechos de los
pueblos indígenas contemplados en la Declaración de las Naciones Unidas. Desde
luego, se hubiera evitado este derramamiento de sangre si el Estado hubiera
implementado una correcta intervención comunicacional.
Estos tres ejemplos nos hablan
claramente de la necesidad de contar con una política nacional de comunicación
para contribuir al logro de una verdadera inclusión social en el país.
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