Cuando un amigo se va
Pío Altamirano
Pío Altamirano
“Queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las agua de un río”, canta Alberto Cortez en una memorable canción. La partida de músicos amigos, el año que pasó, nos llenaron de nostalgias, recuerdos y reflexiones. Felipe Lazo “Chocho”, director del grupo de música del recuerdo “Los viejos verdes”, nos dejó por una enfermedad mal tratada. Zósimo Matos, por un fortuito accidente, dejó de pulsar la guitarra eléctrica, esa del rock de los 80 y 90, como él sabía. Esto llevó a la necesidad de plantear un gremio que vele por las necesidades de los músicos, y así, se formó la Asociación Cultural de Artistas Musicales de la Región Junín – ACAMUREJ.
El recordado y querido Beto Mieses, fundador del grupo The Five The, de los 70s, una formidable guitarra rítmica, voz y contador de anécdotas memorables, fue fundador de la movida rock – pop en Huancayo, desde la década de los sesenta.
Un grande, de la guitarra clásica y popular, nos dejó consumido por la depresión y la miseria. Sólo sus amigos más cercanos velaron por él hasta sus últimos días: Roger Jerí, huancavelicano, afincado en nuestra tierra, para orgullo nuestro.
Allá por los años ochenta, el único auditorio, el de la municipalidad de Huancayo, se agitaba durante todas las semanas, con espectáculos vivos de danzas, teatro, poesía, música andina y latinoamericana. El público, entonces, abarrotaba el lugar y en silencio, escuchaba las propuestas musicales. Los “Llaqta Wayra”, “Sierra Intensa” y el grupo “Illareck” con la cálida voz de Rubén Morales , llamaban a la reflexión, marcando un estilo propio. Así, Rubén hizo docencia, por donde transitó. Su talento lo llevó por la música, la danza, el teatro, la declamación y el periodismo. Grandes ausencias, que invitan a reflexionar sobre la labor de nuestros artistas, y de otros anónimos que no los mencionamos aquí. Hasta siempre amigos.
El recordado y querido Beto Mieses, fundador del grupo The Five The, de los 70s, una formidable guitarra rítmica, voz y contador de anécdotas memorables, fue fundador de la movida rock – pop en Huancayo, desde la década de los sesenta.
Un grande, de la guitarra clásica y popular, nos dejó consumido por la depresión y la miseria. Sólo sus amigos más cercanos velaron por él hasta sus últimos días: Roger Jerí, huancavelicano, afincado en nuestra tierra, para orgullo nuestro.
Allá por los años ochenta, el único auditorio, el de la municipalidad de Huancayo, se agitaba durante todas las semanas, con espectáculos vivos de danzas, teatro, poesía, música andina y latinoamericana. El público, entonces, abarrotaba el lugar y en silencio, escuchaba las propuestas musicales. Los “Llaqta Wayra”, “Sierra Intensa” y el grupo “Illareck” con la cálida voz de Rubén Morales , llamaban a la reflexión, marcando un estilo propio. Así, Rubén hizo docencia, por donde transitó. Su talento lo llevó por la música, la danza, el teatro, la declamación y el periodismo. Grandes ausencias, que invitan a reflexionar sobre la labor de nuestros artistas, y de otros anónimos que no los mencionamos aquí. Hasta siempre amigos.
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