domingo, 23 de octubre de 2011

La “Yacumama” y nuestro derecho al agua

Leonardo Mendoza Mesías

Octubre es un mes que trae fechas importantes. Nos invita a la reflexión no sólo por el Señor de los Milagros sino también por las fechas significativas que se presentan. Por ejemplo, el 21 de octubre es el Día del Agua. Pero, ¿cuál es la finalidad de rememorar este día? Principalmente, la de concienzar a las poblaciones, organizaciones y autoridades sobre las posibilidades y los problemas que lo involucran. El agua es vida y, por ello, es fundamental cuidarla. Es un requisito para la supervivencia y el bienestar de la humanidad.
Está en muchos lugares: en las nubes, en los ríos, en la nieve, en el mar. También, donde no la podemos ver, como en el aire mismo, en nuestro cuerpo, en los alimentos y bajo la tierra. El agua es necesaria para la vida del hombre, los animales y las plantas. Es una de las riquezas más importantes de un país. El Perú es inmensamente rico, cuenta con 54 cuencas hidrográficas, 52 de las cuales son pequeñas cuencas costeras que vierten sus corrientes al océano Pacífico. Las otras dos pertenecen a la cuenca del Amazonas, que desemboca en el Atlántico, pero muchas de éstas las estamos contaminando.
Cuenta una leyenda de la selva que había un cacique quien, con la ayuda del “ayahuasca”, se atrevió a visitar la morada de la gran madre selva, porque quiso averiguar dónde se encontraban los cuerpos de tres niños ahogados en el río, cosa que logró sin mucho esfuerzo. En este sueño sagrado se le reveló cómo nacieron los torrentes y las grandes “cochas”, descubriendo que en el principio de los tiempos toda la selva era un gran pantano donde las lluvias se acumulaban; ese era el reino del gran espíritu del agua, la gran boa madre, “la Yacumama”, quien tenía tres cabezas: con una de ellas se alimentaba, con la otra podía ver a sus antepasados que alguna vez habitaron este mundo, y con la tercera veía las estrellas en las noches silenciosas. También pudo apreciar que los ríos y “cochas” fueron hechos por ella en su afán por alimentar a sus crías. Finalmente, luego de su largo viaje por el tiempo, se le dictó la siguiente sentencia: “Todo ser vivo que se alimenta y vive gracias a las aguas creadas por el gran espíritu de la selva debería ser respetado y protegido, de lo contrario terribles consecuencias se desatarían, y el hogar de la gran madre selva tendría que ser preservado utilizándolo estrictamente sólo para lo necesario”. Dicha recomendación fue transmitida por el curaca a sus congéneres, pero los familiares de los niños ahogados vieron un día que una enorme boa de agua salía del río justo en el lugar donde desaparecieron. Pensando en desquitarse, la persiguieron hiriéndola mortalmente. La serpiente se arrastró como pudo río abajo, desapareciendo luego en el afluente. El curaca al enterarse del hecho presagió terribles consecuencias por la desobediencia de la ley.
¿Serán estas las razones por las que recientemente un grupo de jóvenes ashánincas salieron en protesta realizando una marcha nudista, por las calles de la Merced, para mostrar su rechazo por el desastre ecológico del 7 y 8 de octubre de 2010, en los ríos Chanchamayo, Monobamba y Uchubamba que ocasionó la muerte de miles de peces? ¿Sólo fue una forma de llamar la atención de la comunidad, nación y autoridades? Al respecto, Miguel Samaniego, dirigente de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central (CECONSEC) señaló: “Nuestro objetivo es concienzar a todos para salvaguardar el medio ambiente, pues han enfermado nuestros ríos, que son nuestros hermanos que nos brindan alimento, los han maltratado. Tenemos derecho a ríos limpios y a un medio ambiente sano”. Las frases que usaron durante la marcha fueron: “Tenemos derecho a ríos limpios y un medio ambiente sano”, “Nuestros ríos están enfermos, atendámoslos”, “Justicia por la muerte de los peces”.
Finalmente, el joven dirigente Miguel Samaniego expresó su preocupación debido a que las autoridades hasta la fecha no han identificado y sancionado a los responsables del desastre. “Es necesario que haya justicia, sanción, pero sobre todo prevención”, exigió invitando además a la población a sumarse a esta movilización en defensa de la vida y la naturaleza.

En el principio de los tiempos toda la selva era un gran pantano donde las lluvias se acumulaban; ese era el reino del gran espíritu del agua, la gran boa madre, “la Yacumama”.

1 comentario:

  1. hola Leonardo
    mucho gusto por favor me podrias decir quien es el autor o dueño de la iamgen donde vemos el rio?
    gracias
    gabriel.

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