domingo, 23 de octubre de 2011

PERFUME DE MUJER

Triste, solitario y final

Osvaldo Soriano

El detective abrió un poco más la puerta y miró hacia adentro. La mujer estaba de pie, en medio del living, desnuda y sin consuelo. Tenía el cuerpo tostado por el sol, salvo en los lugares que un bikini pequeño había ocultado. Los pechos eran firmes y erectos; el vello del pubis era ralo pero suficiente, y los muslos, agresivos y suaves. No se tapaba más que la cara y tenía convulsiones ahogadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí.