jueves, 14 de marzo de 2013

Nelly Munguía y su canto vivo


Erika Balvín V.


Un río de palabras sumisas al dolor se desbordó entre los medios de comunicación y los artistas andinos, por la enorme pérdida de la cantante Nelly Munguía, una mujer reconocida por su gran voz y su defensa por la ecología.
Nelly creó, amó y cantó con dulzura y energía. Quizá por eso resulta tan creíble su declaración en cada entrevista: «Ofrezco mis canciones llenas de poesía, amor y esperanza».
Había nacido en Ayacucho, en el distrito de Paucar del Sara Sara, empezó a cantar desde muy niña, haciéndolo en la Iglesia Desamparados de Breña, donde formaba parte del coro infantil. Emigró cuando tenía dos años hacia Lima, juntamente con sus padres y hermanos.
Inició su camino artístico cuando era adolescente, interpretando huaynos huancaínos, preferentemente las mulizas y los nostálgicos huaynos ayacuchanos. Desde aquel entonces, los emblemáticos temas "Huérfano pajarillo" y "Adiós pueblo de Ayacucho" adquieren una nueva melodía en la voz de Nelly.
Los años pasaron y ella no sólo cantaba los temas sentidos de los tormentos andinos, sino también decide ser portadora de mensajes esperanzadores. A fines de los ochenta decide apropiarse de una actitud que tome en consideración la defensa de la vida, de nuestro planeta, y funda la Asociación de Ecologistas “Canto Vivo”, conjuntamente con otros compañeros artistas populares y amigos profesionales.
Desde aquel entonces se impuso una cuidadosa selección de su repertorio musical, el mismo que manifestaba su identificación con la defensa de la vida y de los valores humanos, así como de la naturaleza.
Después de una exitosa carrera y de su ardua defensa por la vida y la naturaleza, lamentablemente, víctima de una penosa enfermedad, la mujer sencilla y amigable nos dejó el último lunes, 4 de marzo, en San Francisco (EE. UU.) Ahora la recordamos, mientras en el cielo los ángeles disfrutan de una de las más grandes exponentes de la música andina.

2 comentarios:

  1. Cierto: mujer talentosa e inmensamente humilde. Engrandeció a la música vernácula no prestándose a que humillen su arte en esos despreciables programetes de música folclórica. Nelly es ejemplo a seguir.

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  2. Es muy cierto. Que yo recuerde nunca la vi en los programas folkóricos marcadamente comerciales y chabacanos de la televisión quizás porque no quería ser sometida a burlas como si lo hacen todos los demás cantantes del folclore. Alguien seguirá sus pasos? No creo, todos están pensando en marketearse convirtiendo a nuestra música en vil mercancía.

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