Jorge Eduardo
Eielson
Se pierde el
tiempo, las sedosas sombras
Que ruedan entre
esferas de esmeralda
Hacia la muerte.
Frente al otoño
Respiro como un
ángel, escucho el silbido
De las flores
vivas, veo grandes cielos,
Y corrientes
frías de olvidados rostros
Pasan por mi
frente. Yo sé bien,
Corazón mío,
gorgona púrpura y girante,
Cómo es de
oscura tu sonrisa y cómo se agita
Tu corona de
gusanos en la sombra. Rey vulnerado
Por las
detonaciones lilas del otoño,
Heme aquí,
transido ante los fuegos estelares,
Mirando cómo
arden en una azul columna,
Agreste y
solitaria, mi corazón, los árboles y el viento.
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