Josué Sánchez
Se ha escrito bastante sobre el estudioso, folklorólogo y artista plástico Emeterio Cisneros Córdova respecto a sus obras publicadas en 1934 y 1940: “Así es el alma de mi pueblo” y “Folklor huanca”, respectivamente. Sin embargo, aún no se ha dicho lo suficiente sobre su contribución a las artes plásticas, en las que fue pionero al rescatar y recrear las formas y diseños de las culturas del ande, como lo hicieran Elena Iscue, y Alejandro Gonzáles Trujillo, de quienes tomó inspiración.
Emeterio Cisneros nació en Chupaca el año 1899 y ya como estudiante isabelino colaboró con dibujos en la revista “Ondas isabelinas" mostrando su vocación artística desde esa edad. Por ese entonces se dedicó también al estudio del dibujo y la práctica del grabado de forma particular.
El grabado es una técnica de impresión, por la cual una imagen dibujada a buril sobre una plancha rígida, preparada para retener tinta en la huella dejada por el dibujo, puede imprimirse a manera de sello. Las posibilidades expresivas del grabado dependen fundamentalmente de la superficie utilizada: madera, metal, linóleo o piedra, y de la técnica que se utilice para grabar.
La xilografía es el grabado impreso sobre una plancha de madera. Este procedimiento llamado imprenta plana era ya conocido por los romanos del siglo III después de Cristo, y practicado en occidente hacia fines del primer milenio de nuestra era. Los egipcios practicaron esta técnica para imprimir sobre los tejidos en el siglo VI. Se conservan naipes italianos de impresión sobre madera del siglo XIII. En el siglo XV se editaron libros escritos a mano con figuras reproducidas mediante la técnica de la xilografía, como la “Biblia de los pobres” de Heidelberg, quien perfeccionó posteriormente la imprenta.
Cuando el grabado se perfeccionó, este arte dio grandes cultores como Albert Durero en Alemania y Francisco de Goya en España. En nuestro país, el pintor indigenista José Sabogal incursionó y difundió el grabado en madera, registrando temas andinos. Enterado Sabogal de la existencia del artista grabador Emeterio Cisneros, que paralelamente a él y su grupo indigenista trabajaba excelentes grabados en xilografía, vino a Huancayo a conocerlo personalmente en 1930, entablándose una gran amistad entre ellos.
Emeterio Cisneros se adelantó al grupo indigenista en recrear mediante sus dibujos y grabados el tema andino, haciéndose de un vocabulario plástico con formas tomadas de las costumbres agrarias y ganaderas. Buen observador, registró también diseños de la iconografía de los tejidos y la cerámica del Valle del Mantaro en los grabados: “Mayu y Ut-ra”, de estilo “yunca”, recogido de la textilería huanca; “Amarus blanco y negro”, representación de un mito huanca y “Burilador de mates”, serie de aves y plantas. Así mismo, realizó cuadros pictóricos de monumentos arquitectónicos, lo que le llevó a publicar en 1933 “Arte Andino”, un libro de grabados sobre motivos decorativos de la cultura huanca. Su vocación de maestro lo llevaría a publicar después “El grabado” (1946), “Técnicas de dibujo” (1948) y “La serigrafía” (1950), libros de carácter eminentemente didáctico. Por sus exposiciones y su labor de difusión cultural el Consejo Provincial de Huancayo y la Sociedad Nacional de Industrias le otorgaron diversos premios y distinciones.
A más de tres décadas de su muerte, este artículo tiene el propósito de proponer a la Municipalidad Provincial de Chupaca, realizar una exposición permanente de la obra de don Emeterio Cisneros Córdova en una sala de la municipalidad que lleve su nombre y esté destinada expresadamente a ese fin, en reconocimiento a sus calidades de maestro, artista y estudioso del mundo andino.
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