martes, 18 de octubre de 2011

PERFUME DE MUJER

Una cuestión personal

Kenzaburo Oé

Una joven delgada, joven y completamente desnuda permanecía de pie junto a la puerta como impidiendo el paso y miraba a Bird con ojos agudos. En la penumbra, su cuerpo parecía no haber llegado todavía a la plenitud. Mientras se apretaba con una mano los diminutos pechos, con la
otra se acariciaba un vientre plano y se tironeaba el vello púbico. Luego separó los pies poco a poco y hundió un dedo suavemente en su vulva perfilada con toda claridad, durante un momento, por la escasa luz que penetraba por una ventana a sus espaldas.

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