En nuestros días, muchísimos pueblos de distintas partes del orbe vienen reclamando, cada vez con mayor fuerza, “un lugar en el mundo”. Es decir, manifiestan un clamor creciente por ser reconocidos en el contexto de la sociedad global, dominada en muchas formas por la cultura de la civilización occidental. De un tiempo a esta parte, este reclamo en el contexto andino parece reflejarse en el surgimiento de una serie de discursos orientados al fortalecimiento de las identidades locales, recurriendo a visiones bastante fantasiosas del remoto pasado prehispánico, en las cuales se suelen exaltar atributos “naturales” de los pueblos de los cuales dicen descender muchas comunidades modernas. Curiosamente entre tales atributos adscritos a esas “naciones” –ése es el término popular empleado en nuestros días– se incluyen, por lo general, rasgos como la virilidad, rebeldía y su carácter aguerrido e indómito, gracias a los cuales fueron incluso capaces de hacerle frente al imperio inca.
En el caso del Valle del Mantaro, desde los años de 1970, comenzó a cobrar popularidad una visión bastante singular de su historia prehispánica, estimulada por los escritos del historiador Waldemar Espinoza, en la cual una “nación” huanca, sólidamente establecida en un “reino” y, obviamente, encabezada por su “rey”, le hizo frente a las tropas incaicas hasta que su “ciudad capital”, Siquillapucara, cayó heroicamente, vencida por hambre y sed. Lejos de someter esta historia a una evaluación crítica, basada en evidencias científicas, muchos intelectuales y escritores de la región procedieron a aceptarla sin mayores reparos, dando lugar a la difusión de un discurso de identidad que tiene como elemento clave a la categoría denominada “Nación Wanka” (así, con W y k). Más aún, en otras partes de la sierra central peruana muchas otras poblaciones contemporáneas también empezaron, poco a poco, a construir visiones propias de su historia local, dando como resultado la afirmación de la existencia de muchísimas “naciones” más, que también están sirviendo de base para la construcción de nuevas identidades en esos espacios locales. Éste es, aparentemente, el caso de la famosa “Nación Anqara”, que debió ocupar, según sus defensores, buena parte de los territorios de las actuales provincias de Angaraes y Acobamba, en Huancavelica.
Precisamente con la intención de poner en discusión la naturaleza y características de la denominada “Nación Anqara” es que la Universidad para el Desarrollo Andino, de la ciudad de Lircay, ha organizado el Conversatorio: “Investigaciones Recientes en la Sierra Central y la Nación Anqara”, el mismo que se desarrollará en las instalaciones de dicha casa superior de estudios el día martes, 20 de diciembre, a horas 9:30 am. en su campus. En este evento participarán investigadores como Carlos Hurtado Ames, Manuel F. Perales Munguía, Ernesto Sosa Bustíos, Jesús Caso Álvarez y José Luis Príncipe Huamán, quienes presentarán los resultados de sus estudios recientes acerca de la historia, arqueología, lingüística y realidad socio-cultural de la provincia de Angaraes, Huancavelica. Esperamos, entonces, que este evento se constituya en un espacio académico de buen nivel para evaluar los distintos planteamientos que, últimamente, se han venido dando acerca de la hoy tan mentada “Nación Anqara”.
Muchas otras poblaciones contemporáneas también empezaron, poco a poco, a construir visiones propias de su historia local, dando como resultado la afirmación de la existencia de muchísimas “naciones” más.
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