sábado, 15 de enero de 2011

Tunantada, expresión poética de los sentimientos


Isaac Lindo Vera

La tunantada es una expresión de los sentimientos similar al torrente sanguíneo que transmite una increíble vitalidad. Es la manifestación de los sentimientos artísticamente ejecutados a través de los movimientos del cuerpo; una danza fastuosa que sólo puede ser expresada por aquellas personas por cuyas venas corre poesía. En cada paso, en cada quiebre, en cada giro al compás de los huaynos melodiosos está la manifestación más sublime de una de las expresiones artísticas más celebradas de Jauja.

La tunantada es un baile individual, espontáneo, a diferencia de otras danzas en que se debe seguir la coreografía o a los movimientos al compás de una pareja. En la tunantada no ocurre eso. Por ello su ejecución equivale a la declamación poética (en la declamación el artista expresa sus sentimientos a través de ademanes y gestos: despersonalizarse de acuerdo al ritmo del poema, por medio de mímicas, gestos y la voz. En la tunantada ocurre lo mismo). Mientras la declamación se ejecuta con la voz, en la tunantada se hace con el cuerpo. Ambas expresan a su manera sentimientos, pero dicen lo mismo. En el pentagrama de las tardes, la tunantada es una danza que se baila con el corazón. El público aplaude en las calles sus quiebres exquisitos, el colorido de sus vestuarios y la música.

Quienes aprecian este atractivo baile por vez primera no llegan aún a comprenderla en profundidad. Es a medida que van involucrándose y asimilándolo que van interiorizando su significado, hasta finalmente sumergirse en la elegancia de sus pasos y sentimientos. Muchas personas son fieles a esta manifestación cultural y vuelven al terruño desde cualquier rincón del mundo para reencontrarse en la bulliciosa plaza cada 20 de enero. Sólo tras haber bailado y disfrutado de esta grandiosa fiesta, se marchan cargando nuevos recuerdos, pues la tunantada, que se repite año tras año, ya es parte de la cultura, tradición e identidad.

La tunantada no sólo se baila en Jauja; ahora se baila en todo el valle del Mantaro, tan igual que el Huaylash y el Santiago. Lo cultivan, además de los jaujinos, todos aquellos en cuyos corazones vibra un sentimiento tunantero por excelencia. Este baile se ha diversificado en el Valle y fuera de él gracias al crecimiento y masificación de las orquestas típicas. La presencia de la música fue vital para que la tunantada finalmente tuviera mayor presencia en la dinámica social del siglo XX y a lo largo de la década que acaba de terminar.

La tunantada se remonta a tiempos antiguos, e involucra a la religión, a los pueblos de nuestro país y a los países latinoamericanos. Es una danza que trasciende a la filosofía, al arte, a la ética, a la literatura y a la historia. Por todo ello esta danza es una de las más bellas de la creación humana, y es la expresión cumbre que convierte a Jauja y Yauyos en el “Paraíso y capital de la tunantada” del país. ¡Salud por ella!

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