miércoles, 24 de agosto de 2011

ARTÍCULO PRINCIPAL:


Una redención llamada Bob Marley

Omar Arzapalo

Una voz, puede hacernos sentir bien. Una canción puede ayudarnos a ver que la luz al final en verdad existe, aún como una estrella, quizás como un gran sol, o una lámpara al lado de la cama, un farol sobre la banqueta donde abrazamos el amor.
Hizo de su voz y su música, Bob Marley, esa luz, que nos enseñó a cantar y a compartir más con nuestro prójimo; ese halito luminoso en cada paso de idas o regresos. Siempre hay motivos para sentirnos bien, mejor aún si somos más.
Disfunciones ideológicas sobre la raza, que se percibían en su entorno, edificaron en él una fuerza inagotable, indiferente a lo que decía, sin vergüenza ante la sociedad jamaicana de entonces. La escasez no le fue ajena, peor aún sin padre, pero con una madre generosa que le hizo saber que para generar la luz se necesita energía y ésta siempre está en nosotros, solo necesitamos alimentarla.
Tuvo devaneos de amante, una descendencia impropia, pero respetuosa a su legado musical que será lo sobresaliente, porque el éxito existe y puede conseguir todo lo que deseas, eso lo supo bien y ya en su agonía cancerígena dijo: “El dinero no puede comprar la vida”.
Hoy son 30 años que Bob Nesta Marley pasea por el nirvana, en redención absoluta, porque si haces bien las cosas serás una persona inolvidable. “Solo has lo correcto si quieres que te recuerde como una luciérnaga entre matorrales nocturnos, cuando sonría al ver las figuras en el cielo sin sol, la fe es cierta, pacífica forma de alcanzar los sueños”.

Disfunciones ideológicas sobre la raza, que se percibían en su entorno, edificaron en él una fuerza inagotable, indiferente a lo que decía, sin vergüenza ante la sociedad jamaicana de entonces.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí.