El autor de “The Cure en Huancayo” ha sorprendido a la
crítica especializada por su última novela: “Ojos de pez abisal”. Con la
técnica fresca y un argumento sólido, nos hace recorrer las calles del Japón
para responder a los tormentos del protagonista. Ulises Gutiérrez conversó con
nosotros sobre este libro en la siguiente entrevista.
Luis Puente de la Vega Rojas
Cuéntanos un
poco sobre tu último libro: “Ojos de pez abisal”.
La novela en sí comienza con el
reencuentro de dos huancaínos en Japón, uno de ellos que ya radica ahí —“el
zancudo”— y el otro que desea pasear por Tokio. El reencuentro dura tres días.
En ese tiempo “el zancudo” descubre que el asesino de su hermano, que murió en
la época terrorista, era el amigo con el que estaba paseando. Es entonces donde
nace el dilema de perdonarlo o vengarse.
El título es
algo curioso, ¿por qué lo elegiste?
En una noche de insomnio cuando estaba
navegando por internet, encontré la imagen de un pez abisal que nadaba en la
oscuridad con una bolsa de bacterias en la cabeza, como un minero en un
socavón. La imagen me llamó mucho la atención, empecé a investigar y descubrí
que estos peces viven en la fosa de las Marianas (islas en Micronesia), un
lugar a 11000 metros de profundidad, un sitio inhóspito por la oscuridad y la
profundidad.
Entonces nació la pregunta del porqué
ese pez viviendo en esas condiciones no había desarrollado otros sentidos, y había
preferido quedarse con los que tenía y adecuarlos a su manera de vivir. Esta
metáfora me llamó mucho la atención y decidí que así se llamaría mi novela, porque
justamente trataba de eso, del “zancudo”, alguien que a pesar de tanta
desgracia y oscuridad en su vida, había encontrado la luz en su camino.
¿Cómo nace el
libro?
Cuando uno escribe, siempre empieza
con una imagen, y a mí siempre me llamó la atención la historia de Colcabamba,
el pueblo donde vivía de niño: Sendero ingresó al pueblo, no exactamente a
Colcabamba sino a las afueras, en el río Mantaro, y asesinaron al hijo de uno
de los vecinos. La mamá de este niño era amiga de mi madre. El pánico era
grande y había muchos rumores, como que las personas que acudieran al entierro
iban a ser asesinadas.
Lo que narra mi madre es que las
mujeres cargaban el ataúd de sus hijos, mientras los padres se morían de miedo
en sus casas. Esa imagen me impactó muchísimo y quise entonces retratarla,
quería contar la historia de alguien que murió de ese modo y cómo el amor de una
madre puede hacer muchísimas cosas.
Tú eres conocido
por ser un escritor de cuentos, ¿cómo te has sentido al pasar a la novela?
El escribir cuentos es estresante ya
que uno tiene que contar la mayor cantidad de cosas con la menor cantidad de
palabras. Tienes que seducir al lector en 10 líneas. En cambio en la novela
tienes más amplitud de poder escribir muchas más cosas con muchos más detalles.
Aún sigo escribiendo cuento y también novela, estoy haciendo ambas cosas.
Tú radicas en
Lima, pero estás publicando esta novela con una editorial huancaína (Bisagra
editores).
Cuando yo tenía el manuscrito de “Ojos
de pez abisal”, lo envié a todas las editoriales de Lima. En realidad, para que
estas grandes editoriales te apoyen tienes que ser famoso o por lo menos
mediático; las pequeñas editoriales me aceptaron, pero hubieron ciertos
inconvenientes.
Entonces decidí trabajar aquí, ya que
aparte de conocer a Jorge y Juan Carlos, somos amigos, además los tres tenemos
amor por la literatura y somos de Huancayo.
¿Cuáles son tus
próximos proyectos?
Estoy trabajando en una segunda novela, que pienso
llamarla “Cementerio de trenes” (…), es una historia urbana que también estará
relacionada con Los Andes.
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