La caverna de las ideas
José Carlos Somoza
Andaban a gatas, y máscaras exóticas
albergaban sus cabezas. Los pechos bailaban con más soltura en unas que en
otras. Los cuerpos de unas cuadraban mejor con el canon de los efebos que los
de otras. Las había diestras en el gateado, briosas y juncales, y las había
obesas y torponas. Lomos y nalgas, que eran las porciones más palmarias,
revelaban distintos matices de hermosura, edad y lozanía. Pero iban en cueros,
a cuatro patas, soltando hozadores gruñidos de tarascas en celo.
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