jueves, 17 de enero de 2013

PERFUME DE MUJER:


Como agua para chocolate

Laura Esquivel



Tita, de rodillas, inclinada sobre el metate, se movía rítmica y cadenciosamente mientras molía las almendras y el ajonjolí.
Bajo su blusa sus senos se meneaban libremente pues ella nunca uso sostén alguno. De sus cuello escurrían gotas de sudor que rodaban  hacia abajo siguiendo el surco de piel entre sus pechos redondos y duros (…) Permanecieron en éxtasis amoroso hasta que Pedro bajó la vista y la clavó en los senos de Tita. Ésta dejó de moler, se enderezó y orgullosamente irguió su pecho, para que Pedro lo observara plenamente.

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