Arsenio
Inga Briceño, 33 años de ausencia
Josué Sánchez
Arsenio Inga Briceño, 1978. |
Arsenio Inga Briceño (Huancayo
1932–1980) es un artista plástico representativo del valle del Mantaro. Desde
muy niño se dedicó a confeccionar alcancías e imaginería que vendía en la feria
dominical; de esa forma pudo estudiar primaria en la Escuela Estatal 511, hoy
Sebastián Lorente, y secundaria en la G.U.E. Santa Isabel de Huancayo.
Familiarizado con el dibujo, la
pintura y la escultura, profundizó sus estudios como autodidacta, haciendo
calcos y reproducciones de obras clásicas de diferentes autores que
influenciaron su arte; entre ellos, Miguel Ángel, Sandro Botticelli, Leonardo
da Vinci, Ignacio Merino y los indigenistas peruanos.
En la década del sesenta, formó parte
de la Asociación de Artistas Aficionados, que posteriormente creó la Escuela
Regional de Bellas Artes.
Entre los años 1960 y 1963, pintó los murales religiosos de estilo
clásico que se encuentran en la cúpula y en los dos lados del altar mayor de la
iglesia franciscana de María Inmaculada de Huancayo, entre los que destaca el
mural que representa a Cristo en la cruz
rodeado de las tres Marías: María, madre de Jesús, María de Betania y María de
Magdala, una piadosa expresión de la crucifixión.
Propaganda diseñada de Arsenio Inga Briceño |
Inga consideraba el arte místico como
una herencia sublime del renacimiento.
En 1964 y 1965, pintó otro mural en la Iglesia del Carmen en Celendín,
Cajamarca, ratificando su estilo clásico religioso con una técnica al óleo cada
vez más depurada en cuanto al tratamiento de la luz y las sombras.
A su retorno a Huancayo fue llamado
para trabajar en el Sistema Nacional de Movilización Social - SINAMOS. Allí
desarrolló una intensa y fructífera labor artística diseñando más de un
centenar de afiches con un compromiso social que superó las expectativas
del área cultural de ese organismo, utilizando para ello el dibujo
y la técnica del grabado serigráfico, que por entonces se hacía en forma
manual.
Arsenio Inga recreó pictóricamente su
compromiso social con los trabajadores y las clases menos favorecidas,
retratando las luchas de los mineros y de sus sindicatos, la vida de los
campesinos, sus luchas por la tierra, sus costumbres y danzas.
Sus pinturas, de influencia
indigenista, muestran técnicamente un buen manejo de la composición y la
armonía, recreando paisajes que cobran vida por su colorido y la aplicación
impresionista del óleo.
Sus obras, cuidadas y preservadas
amorosamente por su esposa e hijos, se exhiben actualmente en la Galería de
Arte del Centro Cultural Los Andes, que realiza una exposición retrospectiva de
sus pinturas y afiches como reconocimiento a su trayectoria artística y su
invalorable aporte a la cultura nacional.
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