Porque
no solo de “Grandes Éxitos” vive el hombre
Roberto Loayza Cárdenas
Haber tenido a Yes en un concierto
mágico, donde presentaron de corrido tres de sus discos más emblemáticos como
“The Yes Album”, “ClosedToTheEdge” y “GoingForTheOne”, ha sido todo un
acontecimiento, aunque echamos de menos su obra maestra “Fragil” en una
presentación íntima y alucinada en el anfiteatro del Parque de la Exposición, y
con sillas.
La agrupación es de lejos la que más
fiel se mantuvo en su sonido a lo largo del tiempo, a diferencia de sus
contemporáneos Emerson, Lake & Palmer, Genesis y King Crimson, que conforme
avanzaron los años fueron perdiendo casi del todo el sonido que los convirtió
en baluartes de este sub género llamado Rock Progresivo, que llevó a la música
por senderos grandiosos y brindó un gran peso y credibilidad al viejo rock and
roll con clarísimas influencias del jazz e, incluso, de la música clásica.
La presentación, el último jueves, de
la legendaria banda da pie a ciertas reflexiones sobre la calidad de artistas
(y sus “set lists”) que tocan en nuestra capital, ya que, por lo general, las
provincias quedan relegadas a planos extremos donde las “estrellas” son
imitadores de programas de dudosa calidad.
Muy al contrario de lo que cierta
estrella de rock nacional, también de precarios atributos, escribió en una
columna, hay miles de peruanos con un gran conocimiento musical y un muy
desarrollado oído, por lo que en definitiva este tipo de conciertos no deben
ser excepciones. No todos vivimos de lo que en forma fascista nos ofrecen las
emisoras nacionales; a las locales ni mencionarlas.
No solo Paul McCartney está harto de
su “Yesterday” o Elton John de su “Candle in theWind”, hay muchas ganas por
explorar, por recordar, por darle a la música el lugar que merece. Es que acaso
si en algún momento hubiera venido Pink Floyd, ¿los asistentes se hubieran ido
luego de su “AnotherBrick in the Wall”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.