Máximo Orellana Tapia
Casa de la cascada (FallingWaterHouse) oCasa Kauffman –Pensylvania, EE. UU. Dibujo de l autor. |
Aún estaba en los primeros
años de mi carrera cuando, revisando algunas imágenes y obras de uno de los
arquitectos norteamericanos más importantes: Frank Lloyd Wright, quede tan
aleccionado que decidí escribir un artículo titulado “Frank Lloyd Wright, profeta de la arquitectura moderna” sin
conocer alguna obra suya.
Sin embargo, hace semanas,
tuve la oportunidad de recorrer uno de sus proyectos más emblemáticos, al oeste
del estado de Pensylvania: la “Casa de la
cascada” (FallingWaterHouse) o “Casa
Kauffman”, como también se le conoce, que viene a ser uno de los edificios más
visitados de los Estados Unidos.
Desde el inicio de nuestro trayecto
en Baltimore, cada instante era más interesante conforme nos acercábamos a las
casa, como si fuéramos a entrevistarnos con su creador para hacerle varias
preguntas. Al cabo de tres horas de ininterrumpido viaje para salvar los 360
km. y previa reserva “online” de los tickets correspondientes, recorrimos parte
del condado de Fayette y ya dentro del paraje de MillRun, pudimos arribar a
este magnífico conjunto arquitectónico.
Desde el puente de llegada
sobre el río Bear Run, se ingresa por la puerta principal y de ésta a la sala,
construida sobre una inmensa roca, lugar predilecto donde la familia Kauffman
solía realizar sus “picnics”.
Comenzando nuestro recorrido
fue sorprendente ver cómo las habitaciones han sido resueltas con materiales y
mano de obra en gran parte del mismo lugar, tales como los pisos, paramentos de
piedra, carpintería de madera, entre otros. Sobre todo llamó mi atención el
tratamiento de la luz natural y artificial, tan bien tamizada que genera una
atmosfera acogedora y cálida, así como la visualización permanente del paisaje
circundante.
En la obra de este genial
arquitecto se puede encontrar una predilección por cuidar cada detalle del
edificio, incluyendo el mobiliario que diseñó para esta casa: lámparas de noche,
armarios empotrados, ventanas en esquina o una chimenea, resueltos con gran
ingenio y aguda simplicidad.
La expresión de su
arquitectura, en todo momento, aflora con naturalidad, como si estuviera
emergiendo de las mismas rocas, va sucediendo, transcurre y va ganando o
perdiendo altura a lo largo del tramo de montaña que la contiene y sostiene; es
eso lo que nos deslumbró y cautivó durante todo el recorrido.
Esta obra, para la fecha en
que fue construida (1936-1939), no solo es una magnifica sucesión de espacios, sino
también una elucubración estructural audaz e interesante cuando, por ejemplo,
en la cubierta que une el conjunto principal con las habitaciones
complementarias de servicio, se recurre a una pérgola laminada de concreto
reforzado que se sostiene en un solo eje de pilares, cuyo objetivo, además de
ir ganando la pendiente, fue la de evitar que el espacio exterior se vea
interrumpido en su conexión con los espacios de recorrido internos.
“La arquitectura debe pertenecer al entorno
donde va a situarse y adornar el paisaje en vez de desgraciarlo”, dijo él en una entrevista por
aquellos años. Es así que cuando asumió este encargo, con el firme apoyo del
propietario, hizo lo posible para lograr su cometido, cuyo resultado trasciende
el tiempo, las distancias y el territorio. Así que, luego de muchos años y
desde una perspectiva más completa, vuelvo a evocar a través de estos párrafos,
las enseñanzas de este gran maestro, su brillante derroche de reflexión
profunda y creatividad, paradigma profesional de toda una vida entregada a la
arquitectura.
Todos los del grupo de
visitantes, a juzgar por las miradas que intercambiábamos, no hubiésemos
querido que el día terminara, porque cada momento era mágico, el paisaje
cambiante y acogedor, relajante y poético; nos encontrábamos dentro de un bello
ejemplo, una obra maestra del siglo XX, que debiera, a quienes pretendemos
hacer buena arquitectura, impulsarnos a crear entornos construidos en verdadera
conexión con el paisaje. El tiempo nunca se detiene, era hora de retornar,
escribir este nuevo artículo y compartir la alegría de estas vivencias.
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