sábado, 14 de mayo de 2011

Antonio Cisneros, el oso hormiguero

Luis Puente de la Vega Rojas

Antonio Cisneros es, sin lugar a dudas, uno de los mayores exponentes de la poesía peruana, quien ha logrado un reconocimiento indiscutible al que muchos anhelan llegar. En la siguiente entrevista, lo descubriremos en sus distintas facetas: poeta, crítico, viajero, y escritor. Este es un encuentro con actual presidente del jurado del II Concurso de Poesía FELIZH 2011, y el significado de la poesía en su vida.

¿Cómo inicia, Antonio Cisneros, su carrera como poeta?
Yo nunca me he dado cuenta de cuando empecé, porque cuando era niño ya lo hacía. Cuando empecé a escribir, ya pretendía hacer versos en la escuela, a las flores, no sé, a los caballos, al día del maestro, al día de Miguel Grau, al día de la madre, en fin, me la he pasado escribiendo. Nunca me he dado cuenta de cuando empecé. Ahora, la primera vez que escribes en serie es cuando te confrontas con la gente, cuando publicas, y ya no hay marcha atrás.

¿Quiénes eran o son sus principales referentes?
La verdad son muchos. A todos los que he leído, seguro con algún interés, me han tenido que influenciar. Si pensamos en literatura universal, digamos que me ha interesado el Siglo de Oro español, fundamentalmente de Juan De la Cruz ,o Góngora y Quevedo, como grandes maravillas; pero también te puedo decir sobre los poetas chinos de la dinastía Pan, del siglo XII, como Li Po, Wang Wei, de quienes sus versos son maravillosos, como te hablaría de los poetas, anglosajones, ingleses, americanos del siglo XX, de Elliot, Lowell, Ollson, y más, que son gente tan importante como los griegos del siglo XX, concretamente Kabasis y Cepheris, quienes son fundamentales para mí. En realidad, no hay ninguno en particular, pero todo aquel a quien yo haya leído con amor, en algún momento, ha sido fundamental para mi obra.

Todo artista tiene compañeros de crecimiento y aprendizaje. ¿Quiénes lo han acompañado durante su desarrollo, o hay algún colectivo al que haya pertenecido en algún momento?
No. Eso de colectivos, no voy a nombrar a los colectivos que existen, pero eso es un equipo de fútbol, en realidad. Naces y mueres solo, yo lo dije, nadie nace ni muere por ti. Eso de agruparse no funciona así, ahí hay un gran poeta, hay un muchacho que no sabe escribir, o uno que trata de hacerlo. Y no por uno podemos decir, tal grupo es así o asá. Hay grandes poetas, unos mediocres, y otros pésimos. Yo nunca he formado parte de un colectivo, pero sí he tenido grandes maestros, generosos, cariñosos, como Washington Delgado, Javier Sologuren, realmente maestros que me han prestado libros o que han conversado conmigo. Después, en mi grupo, pero que nunca hemos sido un equipo, ni nada por el estilo, éramos Javier Heraud, Luis Hernández, César Calvo, y más, muy buenas personas.

¿Por lo que usted me dice, percibo que usted es un contra Hora Zero? ¿Es cierto eso?
No. Para mí Hora Zero no existe. Verástegui es un gran poeta, Coco Pimentel es un estupendo poeta. Yo no estoy contra Hora Zero, estoy contra hacer equipos de fútbol. Es muy sencillo, yo no creo en los clubes literarios o poéticos que tienen un manifiesto y se ponen un nombre. Pero sí creo en los individuos; hay poetas estupendos y hay otros muy malos. Yo estoy contra la idea de creer que la gente puede armar un equipo de fútbol, y que puede esconderse uno atrás del otro. Cada uno es un individuo y punto.

Bueno, cambiando totalmente de tema, hay muchos cronistas, conocidos suyos, que afirman su miedo a los animales.
No es nada como para meterte en un manicomio, pero es cierto, tengo una cierta fobia a los animales domésticos. Sin embargo, no voy a creer que un perrito me va a hacer algo, pero no me gusta. Yo tengo un caso muy claro. Por ejemplo, a mi gran amigo Ricardo Uceda, periodista chiclayano, en un momento dado, dejé de frecuentarlo porque tenía unos perrazos horribles. Le di a elegir entre ellos o yo, y bueno, ganaron los perros. (Risas)

Usted ha pasado mucho tiempo en el extranjero, es así que el mundo se convierte en una gran fuente de inspiración, ¿Es así?
Mira, no lo sé. Gran parte de mi obra, tanto en prosa como en poesía, tiene que ver con el viaje. Tengo muchas crónicas de viaje, y bueno en poesía, los libros siempre son un viaje. En las crónicas, es un viaje más o menos objetivo, y en poesía es el viaje es interior.

Usted tiene muchos libros, y en varios de estos usted se define como un “buen salvaje”, ¿A qué se debe esto?
Sí pues, es que mira: la mayoría de mis libros están ambientados en Europa, y en la mayor parte que los europeos nos definen a nosotros, durante el siglo XVI o XVII, es como el buen salvaje, a quien descubren en América, y en mis libros a su vez, el buen salvaje descubre al europeo.

El mundo ha sido, entonces, una pieza importante para su obra, y ¿Qué es Lima?
Lima es mi ciudad de toda la vida, a veces la veo maravillosa, como una hembra bellísima, inalcanzable; a veces, o con demasiada frecuencia, la veo como a un hijito feo y tarado, pero ¿Qué puedo hacer?, lo quiero igual porque es mi hijito. Yo soy un hombre urbano, me siento cómodo acá, hay una relación de amor y odio, no es que todo sea perfecto, pero es mi hogar.

Usted ha viajado mucho por el mundo, ¿Y por el Perú? ¿Conoce Huancayo? ¿La ha visitado?
He viajado bastante, y conozco casi todo el Perú, y en el Valle del Mantaro he estado varias veces. La primera vez, viaje con mi grupo de amigos, incluyendo a Raúl Vargas Vega de RPP, quien había “secuestrado” a una novia suya, llevándosela a Muquiyauyo. Luego fui a Concepción, Ingenio, Santa Rosa de Ocopa, Jauja, etc., y en “La Incontrastable” he estado como seis veces. Te mentiría si te digo que es bonita, pero el Valle del Mantaro sí es precioso.

Durante un recital le preguntaron si usted se metería en política, y a esto contestó que no, que usted es un hombre decente.
Claro, osea, como profesional de la política, jamás. Pero de la política, en sí, hay que estar al tanto, pues si tú no manejas a la política, la política te maneja a ti igual ¿no?

Durante la FELIZH 2011, usted va a presidir el jurado del concurso de poesía, y a esto viene mi última pregunta, ¿Ser poeta hoy o ayer es distinto? O acaso, ¿la poesía sobrepasa el tiempo?
No sabría decirte, pero creo que ser poeta ayer, hoy o mañana, es lo mismo. Es buscar las palabras para describir las cosas, de manera distinta, cada vez. El poeta ha sido el mismo en el siglo XIV, XVII o XX, y lo será, probablemente, en el XXII.

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