EDICIÓN ESPECIAL
LA CITA
“Me detuve en el Perú y subí hasta las ruinas de Macchu Picchu (…) Desde la ciudadela carcomida y roída por el paso de los siglos se despeñaban torrentes. Masas de neblina blanca se levantaban desde el río Wilcamayo. Me sentí infinitamente pequeño en el centro de aquel ombligo de piedra; ombligo de un mundo deshabitado, orgulloso y eminente, al que de algún modo yo pertenecía”.
Pablo Neruda, Confieso que he vivido
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