Rodolfo Enrique Facundo Cabral nació un 22 de mayo de 1937, en Argentina. Este destacado cantautor, compositor y productor tuvo una niñez muy dura por el desamparo paternal que sufrió, y la pobreza familiar que lo rodeaba.
A pesar de ello, y sobreponiéndose a una experiencia carcelaria, se impulsó como músico y cantante, cuyo nombre artístico inicial fue “El indio Gasparino”; posteriormente, se presentaría con su apellido verdadero. Es así que, en 1970, grabó: “No soy de aquí, ni soy de allá”, éxito que lo consagra al nivel de Alberto Cortez, Julio Iglesias y otros.
Fallecido el presidente argentino Perón, el gobierno es asumido por la Vicepresidenta María Estela Martínez de Perón quien, al poco tiempo, deja el cargo en manos del gobierno militar encabezado por Jorge Rafael Videla. Transcurría 1976 cuando por estas causas, y por ser considerado un cantautor de protesta, Facundo Cabral se ve obligado a salir de su país, radicando en México y recorriendo, según dicen, más de 159 países.
Una de las más destacadas presentaciones fue la realizada junto a Alberto Cortez titulada: “Lo Cortez no quita lo Cabral”, en la cual unen el humor, poesía, canciones y música. Enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46.
Pero además de la música, Facundo Cabral destacó por su intensa espiritualidad basada en Jesús, Gandhi y Teresa de Calcuta, predicando una especie de misticismo cristiano, aunque, declarándose siempre reacio a practicar religión alguna. Esta tendencia espiritual inconformista se enrumbo en una crítica social constructiva matizada por el más fino humor. Por otro lado, no se conoce que Cabral haya tenido participación militante en movimiento político alguno; sin embargo, por muchos años abogó por el “pacifismo” como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como "violentamente pacifista" y "vagabundo de primera clase”.
Este febril cantautor argentino, a sus 74 años, fue asesinado el pasado 9 de julio, en ciudad de Guatemala, víctima de un atentado, aparentemente, dirigido a su anfitrión, el empresario Henry Fariña. Es una pena, pero hay mucho que tenemos que aprender de él, por ejemplo, y para terminar, recordemos algunos de sus más célebres pensamientos: “Cuando un pueblo trabaja, Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama”. “Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo”, y por último: “Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas”.
Por muchos años abogó por el “pacifismo” como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como "violentamente pacifista".
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