Sandro Bossio
Hace poco la Municipalidad Provincial de Huancayo otorgó con holgada razón la distinción de Hijos Ilustres a dos importantes escritores huancaínos: Isabel Córdova Rosas y Carlos Villanes Cairo. Yo mismo, alguna vez, fui reconocido con ese título aunque se ha extraviado mi diploma.
La semana pasada la misma institución reconoció como Huésped Ilustre a la Miss Perú Mundo 2011, Odilia Pamela García Pineda, fulgurante belleza a decir verdad, pero que no debió merecer esa credencial sino, seguramente, la de Visitante Ilustre. Esto nos da pie para aclarar la diferencia entre estas dos distinciones y referirnos a otras.
En primer lugar, Hijo Ilustre (o Hija Ilustre) es un privilegio que una corporación territorial concede a alguien destacado, nacido necesariamente en su ámbito, con trascendencia intelectual (pero también deportiva o artística).
La distinción de Hijo Predilecto (o Hija Predilecta) es distinta: se le otorga a una personalidad nacida en el lugar y muy estimada por su labor eminentemente pública. Su aplicación es más extendida en Europa. Por ejemplo, en España se dice que “todo Ayuntamiento (aquí municipalidad) puede conceder a un ciudadano el título de ‘Hijo Predilecto de la Villa’, y sólo podrá recaer en quienes habiendo nacido en el Ayuntamiento otorgante del título, hayan destacado de forma extraordinaria por sus servicios prestados en beneficio y honor del lugar, y hayan alcanzado consideración indiscutible en el ámbito de lo público. Dicho título, podrá concederse también a los ciudadanos que concurran en los merecimientos citados, como homenaje póstumo”.
En nuestro medio, don Ramiro Prialé fue reconocido como Hijo Predilecto de Huancayo (aunque, creo, con pocos méritos médicos para haberle puesto su nombre al Hospital Nacional de Huancayo). Imagino, aunque no estoy seguro, que el gran Picaflor de los Andes y la faraona Flor Pucarina también fueron distinguidos con la misma prerrogativa. Espero que sí.
Por otro lado, Visitante Ilustre, es la consideración que un organismo otorga a un invitado resaltante que se encuentra temporalmente en la ciudad por cuenta propia. En esa línea, el escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, fue declarado hace poco Visitante Ilustre de Montevideo, distinción que no fue bien recibida por el director de la Biblioteca Nacional de Uruguay.
Aunque puede parecer igual, o semejante, Huésped Ilustre tiene otra connotación: es más que una distinción, una jerarquía que se le debe reconocer a una persona de alta investidura (presidente, embajador, nuncio) que llega de visita a un país con todos los gastos pagados por el Estado anfitrión. Este reconocimiento es muy protocolar, lo otorga la municipalidad, pero obligatoriamente comprende actividades como visita al monumento cívico más importante de la ciudad donde el huésped colocará una ofrenda floral; saludo del invitado de honor al presidente de la República en Palacio de Gobierno (o al Presidente Regional); saludo al Presidente del Congreso y condecoración congresal de ser el caso; saludo al presidente del Poder Judicial en Sesión de Sala Plena de la Corte; saludo al alcalde de la Municipalidad Metropolitana o provincial y entrega de la llave de la ciudad, si fuera pertinente; almuerzo o banquete ofrecido por el Presidente de la República (o Presidente Regional) en honor del ilustre huésped; entre otras diligencias oficiales.
También existe la distinción de Huésped Honorario, que se aplica a las personas que reciben sólo los honores de un cargo, pero que es poco usada en nuestro medio.
Hay otros títulos, como el de Hijo Adoptivo (o Hija Adoptiva), que se otorga a alguien que sin haber nacido en el lugar ha vivido con buena trayectoria en él; el de Alcalde Honorario (o Alcaldesa Honoraria) para quienes son considerados emprendedores civiles; título de Cronista Oficial para periodistas visitantes destacados; firma en los Libros de Honor; y Mención Honorífica Especial, que se da en casos especiales.
Todas estas distinciones y gentilezas deben estar inscritas en el Reglamento de Ceremonial Municipal, y debidamente aprobadas por el Consejo Municipal. Esperemos que en nuestro medio tengamos un documento oficial actualizado –que no se preste a confusiones– para que no vuelva a procurársele el trato oficial de una presidenta de la República a una emperatriz de la belleza por más reina que sea.
En primer lugar, Hijo Ilustre (o Hija Ilustre) es un privilegio que una corporación territorial concede a alguien destacado, nacido necesariamente en su ámbito, con trascendencia intelectual.
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