«¿Ves como nadie es lo que aparenta?». Clave de lectura de la deslumbrante novela de Sandro Bossio dicha por uno de los personajes principales de “La fauna de la noche” al concluir la confidencia que hace a una compañera incrédula de cómo él se gana la vida de noche mientras de día termina la carrera de medicina, puesto que no recibe ayuda de sus padres, y que se aloja en el pobre altillo de su abuelo en una zona periférica de Lima.
Cuando he llegado a Lima procedente de Francia, María Ramos, esposa del escritor Roberto Reyes Tarazona, me prestó un ejemplar de la novela La fauna de la noche.
Al leerla, inmediatamente cautivada por la historia, entendí la perseverancia y el esmero con el que su autor (a quien conocí en España hace algunos años) ha pulido antes de editarla. Remedando a Pierre Corneille en su obra de teatro “El Cid” digo que lo que quiso hacer fue una obra maestra. Y es que se trata de una novela inmensa: policial, del tránsito a la adultez, social, sicológica, histórica etc. Sumamente documentada.
Antes el abrir el libro, la combinación del título y de la foto de la carátula intrigan: ¿son símbolos de secreto bien guardado aquellas máscaras vacías con la boca cosida? O más bien, ¿son cabezas rapadas a las que han arrancado los ojos y cosido los labios? ¿Por qué descansan sobre un mapa antiguo que un escalpelo moderno ha cortado, haciendo brotar una mancha de sangre fresca?...
Quien no conoce al autor podría imaginar que tiene entre manos una sencilla novela policial, de detectives y oscuros traficantes de antigüedades, ambos grupos sin piedad ni escrúpulos. ¡Nada de eso!
Hay que leer la novela. Según el índice, la obra consta de tres partes o libros, y un colofón a la manera de los antiguos tratados. Sin embargo, al hojear la novela nos percatamos que cada «libro» tiene sus divisiones: un primer capítulo, que refiere escritos antiguos, principalmente a la historia del médico salmantino Avenario Calatastro ; mientras que en los siguientes se relata una fascinante intriga policial ambientada en nuestra época, donde dos detectives en edad universitaria van detrás de un asesino que mata siguiendo las ritualidades de un viejo codicilo médico (un libro con hojas sueltas donde los médicos anotaban sus experiencias y las heredaban a sus mejores pupilos).
A lo largo de las 400 páginas, Bossio Suárez reconstruye una sociedad urbana contemporánea, con sus males y sus generosidades, con sus apariencias y sus realidades encubiertas. Fascina cómo, casi sin parecer quererlo, la novela denuncia varias debilidades de la sociedad, cómo los diálogos hacen pasar la intriga de un espacio a otro, o de una época a otra. Cerrado el libro, los personajes inventados por Bossio Suárez con gran sensibilidad e inmenso respeto por el ser humano de cualquier condición, siguen cautivando al lector, conminándolo al mismo respeto. Sí, “La fauna de la noche”, es una gran novela.
Le agradezco a Bossio Suárez por las gratas horas de lectura que me ha proporcionado con esta novela. Espero que pronto se traduzca a muchos idiomas para que sean numerosos los que compartan mi entusiasmo.
Fascina cómo, casi sin parecer quererlo, la novela denuncia varias debilidades de la sociedad, cómo los diálogos hacen pasar la intriga de un espacio a otro, o de una época a otra.
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