lunes, 7 de mayo de 2012
COLUMNA: Desde el atelier
El tejido en el Perú
Josué Sánchez
El tejido en el Perú tiene una tradición primigenia, que viene desde la fabricación de cuerdas, sogas y canastas en las primeras etapas del desarrollo humano, debido a la existencia de fibras vegetales y animales.
Posteriormente, se confeccionaron prendas como la hallada en Huaca Prieta, una de las telas más antiguas de los Andes peruanos, que data de más de cinco mil años, cuando las prendas de vestir se hacían entrelazando los hilos con las manos. Hace tres mil años, se conoció el telar de cintura o callwa, así llamado porque el soporte inferior del tejido se sostiene de la cintura del tejedor —en épocas antiguas únicamente mujeres—, mientras que el extremo superior se sujeta de un parante. De un soporte a otro se extienden los hilos formando la urdiembre que es atravesada, perpendicularmente, por otros hilos que forman la trama; de esta forma se hicieron los maravillosos tejidos pre-hispánicos paracas e incas, que se pueden apreciar en los mejores museos del mundo. Actualmente con esta misma técnica se tejen las llicllas, las mantillas, las mantas y los chumpis o fajas de fina trama y urdiembre.
Entre los años 100 a 1532 se utilizó también el telar de estacas plantado en el suelo por sus cuatro extremos, para tejidos de mayor dimensión.
El desarrollo técnico en el antiguo Perú enriqueció el arte textil hasta llegar a convertirlo en un espacio de comunicación iconográfica lecturable, perdido durante la Colonia debido a la imposición cultural de occidente y que hoy investigan estudiosos como Victoria De la Jara, Emilio Hart Terré y Verónica Cereceda, entre otros. A inicios de la Colonia, España trae el telar de pedal para ser utilizado en los obrajes y solucionar, de esa manera, el problema del vestido para la población española, importado de la metrópoli a un costo elevado y escaso por la rápida adopción de la moda española por indígenas y negros. En 1564 se prohibió que los indígenas usaran ropa española y se incrementó el número de telares a pedal en los obrajes.
Durante la República, estos telares mejoraron en calidad técnica. Los peines de madera fueron reemplazados por peines metálicos de máquinas industriales, permitiendo mayor rapidez en el trabajo.
En la actualidad, el uso del telar a pedal y la callwa subsiste en las zonas rurales para la confección de prendas de vestir. La manufactura no industrial de tejidos aún se sujeta a los elementos estéticos tradicionalmente aceptados por la comunidad, de modo que los diseños, colores y distribución de formas se mantienen a pesar de que las técnicas y materiales utilizados han variado.
Códigos visuales prehispánicos se encuentran vigentes en mantillas y fajas, especialmente en estas últimas, permitiendo por los íconos, colorido y diseño utilizados, identificar la comunidad de origen de las personas que las usan.
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