lunes, 7 de mayo de 2012
Las cruces de mayo
Leonardo Mendoza Mesías
En nuestro Perú, mayo es un mes que tiene dos fechas importantes: la Fiesta de las Cruces y el Día de la Madre. Empecemos por la Fiesta de las Cruces llamada también Cruz de Mayo.
La Fiesta de las Cruces es una festividad religiosa católica popular, pues no sólo comprende el fervor religioso tradicional, sino también, un reencuentro de amistades, familias y feligreses, comilonas, bailes, etc. Es religiosa porque obedece a normas y preceptos de la confesión católica, simbolizada y acrisolada en la cruz cristiana. Las fechas de su celebración son los primeros días de este mes, las cuales se extienden por algunas jornadas más.
¿Qué significados encierra la cruz? En principio, es un símbolo muy antiguo y empleado en muchas religiones y pueblos. La cruz tiene cuatro puntas, y éstas, a su vez, proyectan sobre sí los puntos cardinales de la tierra: norte, sur, oriente y occidente; representan los cuatro elementos naturales, las cuatro edades: oro, plata, cobre y hierro; las estaciones del año; o las fases de la luna, además de los cuatro caminos: ciencia, filosofía, arte y religión. Al hablar de ellos debemos comprender que todos son uno solo. Esta connotación más filosófica acerca de la Cruz ha ido perdurando en el tiempo y las generaciones bajo una percepción más sencilla y religiosa. Por ejemplo, en nuestros pueblos, las cruces tienen un significado más devoto, protector, y no como receptáculo de acrisolamiento de elementos o etapas. En concreto, la gente las venera y hasta humaniza por ser consideradas símbolos protectores y de defensa contra los malignos, cuyo poder recae en el respeto, la veneración y el cariño que le demuestran sus creyentes como culto a Jesucristo crucificado.
Para ser más explícitos, vayamos a ver cómo es una Cruz de Mayo. Tiene dos maderos cruzados, en la parte superior está la imagen del Cristo coronado de espinas, a los lados están las manos clavadas y de igual forma los pies. Otra forma clásica es una cruz con la imagen del Cristo coronado y una estola que viene alrededor del palo vertical, pasando por los maderos laterales hasta caer a la altura de los pies. A ello le acompañan imágenes del sol, la luna y las estrellas, también hay una escalera. En este gráfico rápido podemos observar que si bien están los maderos entrecruzados acompañados de imágenes del cuerpo de Cristo, a su vez, por elementos de la naturaleza, del universo.
Es decir, las cruces de mayo tienen una connotación cosmogónica del hombre respecto al mundo. Ellas son una representación de las fuerzas telúricas de nuestra existencia. Por eso, y quizá en representación de ello, confundida entre los preceptos católicos, el poblador andino mantiene vigente dicha devoción hasta nuestros días. No tanto para entenderla, ni interpretarla, sino más bien para invocar su protección, lo cual es más evidente en las zonas rurales y que, gracias a la migración del campo a la ciudad, se han visto recreadas en las metrópolis. Como un ejemplo de esto tenemos la Cruz del cerro San Cristóbal en Lima.
En Huancayo, hace unas cuatro décadas atrás, la celebración de la fiesta de la Cruz de Mayo estaba circunscrita a por lo menos tres lugares: El Tambo, Ocopilla y Chilca. Hoy, con el crecimiento poblacional y las migraciones, podemos encontrar muchas más expresiones de esta índole, desperdigadas en todo lo largo y ancho de nuestra ciudad.
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