Batman: El caballero de la noche asciende
Jorge Jaime
Valdez
La semana pasada comentamos “El
sorprendente Hombre Araña”, destacando sus méritos, pero después de ver “El
caballero de la noche asciende” queda como un juego de niños. La última entrega
de Batman es una película poderosa y muy superior al héroe arácnido de Marvel.
Christopher Nolan es el director de la
saga del héroe más popular y querido de DC Comics: “Batman inicia”, “Batman: El
caballero de la noche” y “Batman: El caballero de la noche asciende”. Esta reciente
cinta es tan buena o mejor que la anterior. La discusión estará abierta para
determinar cuál de las dos es superior, como sucede siempre que se habla, por
ejemplo, de “El Padrino”: determinar si es mejor la primera o la segunda es una
discusión sin fin.
Probablemente, la parte anterior de
Batman es considerada superior a ésta por la presencia magnética del Guasón,
interpretado por el fallecido Heath Ledger que compuso a uno de los villanos
más inquietantes y mejor logrados de la historia del cine.
El Guasón hizo que Batman pasara a un
segundo plano y se robó el protagonismo. En el filme que nos ocupa, el enemigo
de Batman es Bane, un personaje muy logrado, sin llegar al registro realmente
psicótico del enemigo anterior.
En “El caballero de la noche
asciende”, vemos que Batman es superado en fuerza por Bane y que Ciudad Gótica
es secuestrada por el mal. Bruce Wayne volverá después de muchos años de
autoexilio a vestirse de murciélago para defender a los ciudadanos de las
fuerzas malignas. La visión de Nolan, como en las cintas anteriores, es sombría;
sin embargo, en esta última, su lectura es más apocalíptica y pesimista, Ciudad
Gótica nunca lució tan desolada y Batman jamás pareció tan frágil e inseguro.
Este personaje de historieta es uno de
los más trabajados desde el punto de vista psicológico. Bruce Wayne es un ser
oscuro, complejo, rico materialmente así como en los diversos matices de su
personalidad. Es soberbio y excéntrico, a la vez que compasivo y justo.
La historia que nos presentan ahora es
notable en cuanto a datos escondidos, de a poco vamos descubriendo una serie de
hechos sorprendentes, que obviamente no revelaremos. La película, a pesar de su
largo metraje —más de dos horas y media—, es entretenida y no decae en ningún
momento.
El reparto es impresionante, la música
siempre adecuada para crear atmósferas y ritmos, la fotografía soberbia, y el
guión sorprendente para añadir datos que logren cerrar todos los vacíos que
podrían quedar como resultado de una historia tan larga y arriesgada, con
tantos personajes y situaciones. Pero, como nada es perfecto, la copia que
trajeron a nuestro único cine local llegó doblada al español, esto quiere decir
que llegó mutilada.
El lenguaje audiovisual, propio del
cine, está compuesto por imágenes y sonidos en una proporción de cincuenta por
cincuenta. Si les quitamos la voz original a los personajes —que están en
inglés— y nos llega sólo en español, les estamos despojando de mucho.
Parte importante de la riqueza del
filme está en la voz propia de los actores, no es lo mismo escuchar a Christian
Bale, Morgan Freeman, Gary Oldman, Anne Hathaway, Marion Cotillard o Michael
Caine hablando en su idioma original que doblados por mexicanos. Debió llegar
alguna copia subtitulada, para disfrutar del audio original, pero eso es pedir
mucho para Huancayo. Todas las películas taquilleras y masivas llegan dobladas
como si la gente aquí no supiera leer. Considerando, además, que ésta no es una
historia para niños, sino para adultos, por su complejidad y violencia. De
todas formas merece verse.
“Batman:
El caballero de la noche asciende” es un notable cierre para una de las mejores
trilogías que produjo el cine norteamericano reciente.
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