Cielo
oscuro: la cárcel de los celos
Jorge Jaime Valdez
Joel Calero (Huancayo, 1968) tardó
ocho años en ver su película proyectada en la pantalla grande. Hizo un par de
cortos, uno con Mónica Sánchez (“El verano próximo”) y dos documentales con
cierto reconocimiento, sobre todo “Palpa y guapido” (2003). La larga espera no
decepciona, porque nos presenta una obra por encima del nivel promedio del cine
peruano.
La historia que desarrolla “Cielo oscuro”
(2009) es sencilla de resumir: un comerciante cuarentón de Gamarra, separado y
con un hijo pequeño, se enamora de una chica mucho más joven, estudiante de
teatro, Natalia (Sofía Humala) que acusa una ausencia paterna que la atormenta.
La relación se verá enturbiada por los celos excesivos de Toño, interpretado
por Lucho Cáceres.
Llama la atención que se aborda, por
primera vez y con solvencia, un universo tan rico y complejo como el emporio
comercial Gamarra y su dinámica endiablada. Esta cinta también retrata con
seguridad a una clase media baja, emprendedora, pujante; y en medio de esto nos
presenta una historia de pasión.
Un amor desigual, no solo por las
edades de sus protagonistas, sino por las barreras psicológicas que irán, de a
poco, carcomiendo lo que podría ser una relación sana y normal. Los celos enfermizos
del Toño se irán manifestando desde las primeras imágenes y serán como una
enfermedad silenciosa que lo va infectando todo; este es el lado psicológico y
oscuro de la historia.
Por otro lado, la presencia de
artistas populares de la televisión peruana, como Mariella Zanetti o Lucho Cáceres,
recrean un Perú “criollo” donde la “pendejada” y la viveza son una forma de
vida y, lamentablemente, una característica de los peruanos. Muchas de estas
peculiaridades están bien retratadas y logran momentos divertidos, relajados,
que disimulan el infierno interior de Toño que irá destruyendo cuanto toca.
Las dos secuencias iniciales son
emblemáticas para entender la naturaleza enferma del personaje principal, su
celopatía no se manifiesta pero ya se avizora: su conversación con la
prostituta y luego con su ex esposa dan cuenta de su enfermedad. Les pregunta
con mucho morbo por sus ex parejas o con quiénes salen y se deleita cuando la
primera abunda en detalles. Los celos han sido un tema recurrente a través de la
historia, existen prototipos como el Otelo de Shakespeare hasta películas
notables como “El infierno” (1994) de Claude Chabrol, que es fuente y referente
directo de la cinta que nos convoca.
En “Cielo oscuro” hay un correcto
tratamiento en la dirección de actores, en el guión, fotografía, puesta en
escena y banda sonora. Quizá la única observación que le podríamos hacer es que
falla, por momentos, en la narración, que se nota fragmentada por los cortes
continuos de las secuencias que no tienen un hilo conector que les dé fluidez a
pesar de su corta duración. Esta es una observación mínima para un trabajo que
se ve con agrado.
Hay que destacar que un filme peruano
de este corte haya sido estrenado en nuestra ciudad, y causa tristeza ver que
nadie es profeta en su tierra. Hacemos notar esto debido a la poca afluencia de
público. Estuvo solamente una semana y fue retirado de la cartelera a pesar de que
se trata de un huancaíno, que está haciendo cine de verdad a pesar de las
enormes dificultades que esto conlleva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.