domingo, 25 de noviembre de 2012

MICROCUENTO:


El lobo albino

Sara Bravo



El señor Fuentes heredó el último cuadro que había pintado su amigo, cuyo cuerpo se había encontrado mutilado y mordido en su casa. Se trataba de un hermoso paisaje frío. En él, las ramas de los árboles eran movidas suavemente por el viento. Había un cielo celeste con rayos brillantes de luz que hacía buena compañía a todo al panorama albino. Las líneas de los bajos montes blancos eran apenas nítidas. Entre ellas, y muy cerca al pino más alto, se encontraban unos ojos de mirada intensa y unas orejas se camuflaban con el color de los gruesos tallos. Un día, sintió que lo estaban observando. Recorrió su casa para cerciorarse si había alguien escondido. Hasta que llegó al cuadro y se detuvo para admirar el paisaje. Unos minutos después, cuando comenzó a caer una intensa nevada, el lobo excavaba para esconder su presa.

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