Esa literatura que quería cambiar el
mundo
Juan Carlos Suárez Revollar
Convencido militante sindicalista,
Julián Huanay hizo de su corta obra un manifiesto al servicio de los ideales de
la izquierda. Al igual que su novela «El Retoño» (1950), el volumen de cuentos “Suburbios”
(1968) pertenece a aquella literatura convertida en arma política. Por eso el
efecto de cada relato sobre el lector está supeditado a la toma de conciencia
acerca de las imperfecciones del sistema. La mayor parte del libro se escribió
entre los cincuenta y sesenta, décadas de grandes acontecimientos sociales en
el Perú —el fallido levantamiento de Luis de la Puente Uceda o la
reforma agraria, por ejemplo—, y esboza en sus doce breves cuentos una sociedad
principalmente urbana (o el campo con mirada citadina), donde se va gestando
una revolución proletaria de futuro todavía incierto.
El riesgo de escribir historias con
tanto peso ideológico es que este puede prevalecer sobre la anécdota (en
ocasiones, casi absorberla). Esto ocurre con frecuencia en el libro, pero hay
excepciones, como en “Maruja”, en que ambos elementos se equilibran. Aunque su
contenido político es acorde al de los demás relatos, se compenetra con el
drama humano que retrata. El punto de vista de un personaje niño —igual que
Juanito Rumi de “El Retoño”—, contribuye a atenuar el violento trasfondo del
cuento.
“El negro Perico”, por su parte,
describe a los luchadores (sindicalistas o ideólogos). Su protagonista tiene
breves apariciones en otras historias del libro como víctima del sistema, y
toma en su adultez el rol de agente opositor, cuya muerte es parte de un
proceso ya irreversible. El control social toma la forma de una cárcel, que
pese a ello puede convertirse en escuela: en “El Peladito” o “Dos maestros”.
Una constante es el desarrollo del
contexto antes de comenzar la anécdota, habitualmente referida por un
narrador-testigo. Incorpora además numerosas digresiones con situaciones o
personajes que refuerzan el discurso, aunque esto es una debilidad, pues
extiende el cuento innecesariamente, como en “Champi”.
Los cuentos ambientados en zonas
rurales —“Añoranza”, “Alumbramiento” y “Yimurí”— aportan un contraste con el
caos de la ciudad, pero sin olvidar su propia problemática. El primero en
particular insinúa un armonioso subsistema comunal andino.
“Suburbios” no contiene, como en Émile
Zola, ese sustrato que hace de una ficción la aventura humana que es la
literatura. Limitarse a plasmar la miseria e iniquidad, sin preocuparse por
hacer que la historia siga otros derroteros, restringe su alcance artístico y
torna a los cuentos en meros discursos instructivo-ideológicos. Huanay lo
explica en “Aída”: «Denunciar en literatura o en lienzos que hay entre nosotros
muchas injusticias, demasiada inhumanidad y egoísmo, creo es deber de toda
persona con un poco de sensibilidad».
Pero sus verdaderos defectos están en
la técnica: graves errores en el punto de vista, omnisciencia del
narrador-personaje (quien no podría conocer todo lo que cuenta), retratos
estereotípicos porque el autor toma partido, o diálogos en exceso artificiales.
El libro se aproxima más al Nikolái
Ostrovski de “Así se templó el acero” que al Mijaíl Shólojov de “Lucharon por
la patria”, es decir, a una literatura militante bastante envejecida. ¿Tiene
entonces objeto leer “Suburbios” en la actualidad? Definitivamente sí. Es claro
que aborda una época en que hombres generosos e idealistas daban la vida para
cambiar la sociedad y construir un mundo mejor. ¿No está llena la literatura de
ese inconformismo que busca hacer de las utopías una realidad?
MÁS DATOS:
Nacido
en Sincos (Jauja) el 29 de enero de 1907, pasó su infancia en el valle del
Mantaro, de donde partió hacia Lima tras la muerte de su madre. Se desempeñó
allí en diversas labores: desde ayudante de albañil y mecánico hasta taxista y
obrero. Publicó la novela “El Retoño” en 1950 y el volumen de cuentos “Suburbios”
en 1968. Por sus actividades sindicales y políticas fue recluido en El Sexto
entre 1951 y 1954. Una década más tarde “El Retoño” se tradujo al ruso.
Falleció el 20 de setiembre de 1969 en el Hospital Obrero de Lima.
interesante, donde se puede cosneguir esa edicion de "Suburbios" soy de arequipa
ResponderEliminarsolo una aclaracion Julian Huanay nacio en Leonor Ordoñes - Huancani - Jauja y no en Sincos
ResponderEliminardonde puedo consiguir el libro
ResponderEliminardonde puedo consiguir el libro
ResponderEliminarbusca p cojudo
EliminarDonde puedo conseguir el libro?
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